La UE fuerza a Orbán a rendir cuentas sobre sus reuniones con Putin y Xi
El líder húngaro asegura en un informe confidencial sobre los viajes a Moscú y a Pekín que su objetivo es que Europa presente una iniciativa de paz para Ucrania
La UE ha recibido con preocupación y enfado las visitas de Viktor Orbán al presidente ruso, Vladímir Putin, y al chino, Xi Jinping, en lo que el líder húngaro denomina su “misión de paz” para Ucrania. Esa inquietud ha motivado que el primer ministro de Hungría, que ejerce la presidencia semestral del Consejo de la UE, se haya visto obligado a rendir cuentas de sus recientes reuniones en Moscú y Pekín. En dos informes confidenciales enviados al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y a los líderes de los Estados miembros, el nacionalpopulista Orbán resume las conversaciones y argumenta que Europa debe “lanzar” una iniciativa de paz sin esperar a Estados Unidos. Los próximos dos meses en el frente de batalla en Ucrania serán “más dramáticos que nunca”, sostiene en los documentos, a los que ha tenido acceso EL PAÍS.
“Basándome en mis conversaciones, creo que ahora hay mayores posibilidades de que se reciban positivamente todas las posibles propuestas de alto el fuego y de una hoja de ruta para las conversaciones de paz”, dice el informe sobre su viaje a Moscú del pasado viernes, tres días después de visitar Ucrania, donde pidió un alto el fuego al Gobierno del país invadido. “El liderazgo político proporcionado por Estados Unidos es limitado debido a la campaña electoral en curso. Por lo tanto, no podemos esperar que presente ninguna propuesta de este tipo en los próximos meses. Deberíamos considerar [que está] en el espíritu de la autonomía estratégica europea lanzar una iniciativa europea”, asegura Orbán en el documento, que tiene forma de cable diplomático, y que ha enviado acompañado de una nota después de que varios líderes lo acusaran de “instrumentalizar” la presidencia europea y le pidieran explicaciones.
Budapest asegura que los informes ya estaban previstos, independientemente de la reacción de la UE. Los representantes diplomáticos de los Veintisiete hablarán de la controversia este miércoles en una reunión en Bruselas.
El húngaro —el líder europeo más cercano a Putin y con especial afinidad con el republicano Donald Trump, que aspira a volver a la Casa Blanca— reconoce también que habló con el presidente chino sobre los escenarios posibles para el conflicto tras las elecciones presidenciales de noviembre en EE UU. “Expuse la idea de que un nuevo presidente electo se enfrentará a la presión de presentar un resultado político rápido, incluso antes de asumir el cargo”, dice en el documento, fechado el 8 de julio. “Un alto el fuego que preceda a las conversaciones de paz, así como unas conversaciones de paz rápidas e intensas, podrían ser de interés para una nueva Administración”, remarcó Orbán a Xi. El líder chino “no hizo comentarios sobre la posibilidad de este escenario”, sigue el primer ministro húngaro, a quien no pocos ven como una correa de transmisión de Putin y de Trump.
El veterano Orbán se ve a sí mismo como un mediador, pese a que su país carece de gran influencia en la UE, más allá de la de polemizar y vetar iniciativas. Así, suele dilatar la aprobación de las sanciones a Rusia y mantiene bloqueados más de 6.000 millones para reembolsar a los Estados miembros su ayuda militar a Ucrania. Su objetivo, dice, es abrir canales de comunicación con ambas partes. Tres días después de su reunión en el Kremlin, en la que estrechó la mano de Putin, junto al que habló de paz en una comparecencia sin preguntas, las tropas de Rusia lanzaron un ataque de gran intensidad contra Ucrania y alcanzaron el principal hospital pediátrico oncológico del país, en Kiev.
En sus informes a los líderes, Orbán, considerado el verso suelto de la UE y un político al que le gusta polemizar, relata el argumentario del Kremlin sobre la guerra contra Ucrania y la visión de China sobre la invasión a gran escala. Dice que la UE debería hablar con el gigante asiático —con el que el club comunitario tiene varios contenciosos comerciales y al que la OTAN acusa de ayudar a Rusia a alimentar su esfuerzo de guerra— para preparar un futuro diálogo de paz y que Pekín le ha trasladado que se ve como un “mediador honesto”. “El presidente Xi ve la política de China como una política de paz, mientras que la política de Estados Unidos y Europa es una política de guerra en la que Europa sigue automáticamente la línea estadounidense”, dice el líder húngaro en su informe sobre su visita a Pekín.
Sobre una fórmula de paz, Orbán dice que Putin considera “relevante” la propuesta que se puso sobre la mesa en la primavera de 2022 —la única vez en la que Kiev y Moscú participaron en una negociación directa— con mediación turca.
Se trató de un plan en el que se dejaba a la península ucrania de Crimea bajo ocupación rusa por el momento pero sin reconocimiento ucranio, Kiev renunciaba a entrar en la OTAN, se establecía un límite de tamaño y de capacidad para las fuerzas ucranias y también se recogía que varios países occidentales brindarían “garantías de seguridad” y asistencia a Ucrania, ya país neutral, en caso de ataque. Putin quería entrar en el equipo de países garantes y solicitó que todos —incluida Rusia— debían autorizar cualquier intervención de cualquiera de ellos para ayudar a Kiev, comentan fuentes diplomáticas al corriente de las negociaciones. El leonino reclamo de Putin, unido a los detalles que afloraban de la masacre en la ciudad de Bucha por las tropas rusas, descarrilaron las conversaciones.
Ahora Orbán asegura que Putin y Xi asumen que se celebrarán nuevas conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania antes de final de año. Y cuenta que el líder ruso no hizo ninguna referencia a sus bajas en el frente, pero sí a las ucranias —que cifró en entre 40.000 y 50.000 mensuales— y a que los combates se han intensificado en las últimas semanas. “Por eso, el presidente de Rusia se mostró sorprendido por el hecho de que el presidente de Ucrania rechazara una propuesta temporal de alto el fuego”, dice Orbán. Putin ha planteado a Ucrania un cese de las hostilidades con una serie de condiciones que significan básicamente la rendición de las tropas de Kiev.
Los líderes europeos y las instituciones de la UE advirtieron la semana pasada al polémico Orbán de que no tenía ningún mandato para negociar nada con Rusia en nombre europeo. Kiev ha remarcado también que solo EE UU, China y la Unión (el bloque en su totalidad) pueden aspirar a algún tipo de mediación. Además, varios líderes acusaron al húngaro de utilizar la presidencia del Consejo de la UE. Ahora, Orbán asegura en sus informes que esas críticas y preocupaciones son “infundadas” y que no presentó ninguna propuesta en nombre del Consejo.
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