La izquierda francesa pide a todas las fuerzas “republicanas” luchar hasta el final para frenar al partido de Le Pen
La coalición progresista, que se perfila como principal bloque frente al Reagrupamiento Nacional, se apoya en su mejora de resultados para movilizarse contra la victoria ultra en la segunda vuelta
Nada está perdido hasta que acaba la partida. Y el juego termina en Francia el 7 de julio, en la segunda vuelta de las elecciones legislativas que, según los resultados de la primera ronda este domingo, auparán en el Parlamento (y potencialmente en el puesto de primer ministro), por primera vez, a la extrema derecha. Pero no es una fatalidad y aún quedan siete días para evitarlo. Para ello, la alianza de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP) —una de las grandes sorpresas de estas legislativas, al pactar concurrir en un solo bloque y quedar en segunda posición con el 27,99% del voto, según los resultados divulgados este lunes— empieza a dar pasos. Poco después de conocerse las estimaciones de voto, este grupo ha apelado a unir a todas las fuerzas “republicanas” del país y se ha comprometido a retirar a sus candidatos en aquellas circunscripciones donde el postulante de otra formación tenga mejores opciones de vencer al Reagrupamiento Nacional (RN) el domingo que viene. Una petición que ha extendido a los demás partidos no aliados con la formación de Marine Le Pen, pero que por el momento ha recibido una respuesta tibia, pese al creciente clamor en las calles.
“El único desafío de la semana que viene es impedir una mayoría absoluta de la extrema derecha”, subrayó el eurodiputado de Plaza Pública Raphaël Glucksmann. “Hoy no hay etiquetas políticas que valgan, la única cuestión es si vamos a permitir a la extrema derecha, por primera vez en nuestra historia, conquistar el poder por las urnas”, instó el ensayista, cuya alianza con el Partido Socialista (PS) en las europeas logró quedar en tercer lugar y rozando la lista macronista, hecho que impulsó la alianza de izquierdas poco después de disolver Macron la Asamblea Nacional.
El compromiso de la izquierda, que ahora se perfila como principal bloque frente al partido de Le Pen, ya había sido trazado en los días previos a la jornada electoral por varios dirigentes que habían llamado a un acuerdo al “desistimiento”, es decir, ahí donde se clasifiquen más de dos candidatos a la segunda vuelta, el que tenga menos opciones de vencer al RN deberá renunciar a presentarse, para favorecer al postulante, sea del partido que sea, que pueda ganarle al de extrema derecha.
Un llamamiento que varios líderes del NFP repitieron en la icónica plaza de la República de París, en una convocatoria para “frenar la extrema derecha” que congregó a miles de personas que lanzaban consignas para combatir al RN en la semana que resta hasta la segunda vuelta definitiva.
“Estoy aterrorizada por el futuro y eso que sé que soy una privilegiada: soy blanca, francesa y tengo estudios. Pero hay que parar al RN, es una frontera que prometimos no cruzar”, decía Maëlle, una estudiante de historia de 23 años que, junto su amiga Diane, agitaba una pancarta con el lema: “No volveré al armario. Que se escondan los fachas”. Ni Maëlle ni Diane son de la comunidad LGTBIQ, pero se trataba, explicaban, de mostrar solidaridad con todas las personas que se sienten amenazadas por un Gobierno de extrema derecha. “Hay que evitar que se repita la historia. No podemos caer en el derrotismo”, decían.
“Miedo profundo”
El “miedo profundo” a lo que puede pasar en Francia, sobre todo “en el día a día”, también atrajo hasta la céntrica plaza parisina a Chantal, originaria de la isla caribeña de Guadalupe pero residente en la capital gala desde hace dos décadas. “No reconozco esta Francia, yo conocía una Francia solidaria, donde hay violencia pero no tan grave, ni tantas divisiones”, lamentaba. La posible llegada del RN, decía con “profunda tristeza” esta trabajadora social, no le sorprende porque “el racismo se ha normalizado y banalizado en los últimos años”, en los que se ha jugado a “dividir a comunidades, priorizando a unas sobre otras, como hace el RN condenando el antisemitismo, pero no el racismo”.
La inquietud ante un Gobierno de extrema derecha que logre llegar al poder por las urnas por primera vez en la historia de Francia ha supuesto un fuerte revulsivo. Incluso el líder del partido radical de izquierdas La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, cuya posición ninguno de los otros aliados se había atrevido a aventurar antes de sus palabras, dejó claro, nada más conocer los resultados, que unirá fuerzas, sin condiciones, para “contener” al RN: “En ninguna parte permitiremos que gane el RN, por lo que, en la hipótesis de que llegue en cabeza y nuestro candidato quede tercero, retiraremos nuestra candidatura”, declaró desde la sede de LFI poco después de conocerse las proyecciones. La consigna, subrayó, es “clara y directa: ni un solo voto, ni un escaño de más al RN”.
Manuel Bompard, exeurodiputado y mano derecha de Mélenchon, declaró este domingo: “Esta noche no es para celebrar, pero tampoco para llorar, empieza una semana para luchar circunscripción por circunscripción, casa por casa, votante por votante para infligirle el domingo una derrota al RN”.
“No habrá ninguna excepción”, confirmó el secretario general del PS, Olivier Faure. “Ningún candidato de izquierda se mantendrá si hay riesgo de que ello haga elegir un candidato de la extrema derecha”, prometió. “Depende de nosotros que la extrema derecha no pueda gobernar. Están a las puertas del poder y tenemos que cerrárselas”, agregó.
Aunque ha quedado en segundo lugar tras el RN en la primera vuelta, el NFP es consciente de que la victoria de la izquierda es difícil, si no imposible. Pero no se trata tanto de eso, por mucha consigna pública que den algunos de sus líderes, sino, como subrayan todos —ante las cámaras y también sin micrófonos—, de impedir que la extrema derecha logre la mayoría absoluta. Y para ello, recordaron todas las partes, no basta solo un compromiso de la izquierda. Se requiere un esfuerzo “republicano” de todos los partidos alejados de la esfera del RN.
En este sentido, la secretaria nacional de los ecologistas, Marine Tondelier, llamó a la “construcción de un nuevo frente republicano” con todas las fuerzas, incluidas las macronistas y la derecha tradicional. “Sería incomprensible que algunos continúen evitando diferenciar entre la izquierda y la extrema derecha”, dijo en referencia a la campaña del campo macronista que ha hablado indistintamente de “extremos”.
“La mayoría macronista tiene una gran responsabilidad, porque no funciona ya el ni-ni [ni la extrema derecha ni la extrema derecha] y va a tener que posicionarse”, decía también en los locales del PS la alcaldesa de Nantes y número dos del partido, Johanna Rolland. “El momento histórico impone claridad” y el macronismo y la derecha de Chirac “deberían hacer lo mismo”, agregó en conversación con periodistas. “Deben decir de qué lado de la historia están”.
La respuesta, no obstante, era matizada el domingo. “Ante el RN, es hora de un amplio agrupamiento claramente demócrata y republicano para la segunda vuelta”, dijo el presidente Macron, sin especificar sin embargo si ahí caben todas las fuerzas del arco político fuera del RN, especialmente los insumisos a los que ha calificado de “extremistas”, equiparándolos con el RN. El ex primer ministro Édouard Philippe, líder del partido Horizons que forma parte de la alianza macronista Ensemble (Juntos), se comprometió a que sus candidatos “desistirán” si llegan en tercer lugar, pero siempre y cuando el beneficiado no sea de LFI. De igual modo, la presidenta saliente de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet, de la mayoría presidencial, también llamó a votar por el candidato “más republicano, el que comparte nuestros valores” en la segunda vuelta, pero excluyó “cierto número de candidatos” de la alianza de izquierda. “Es innegable que cierto número de miembros de La Francia Insumisa hicieron comentarios claramente antisemitas y se comportaron de forma claramente indigna en la Asamblea Nacional”, declaró en la cadena TF1.
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