Alemania se une a EE UU y permite a Ucrania utilizar sus armas contra territorio de Rusia
Washington se abre a flexibilizar más el uso de sus armas en suelo ruso y adaptará su política a la situación en el frente de guerra
Las presiones de varios aliados de la OTAN, las súplicas de Kiev y la situación en el frente de batalla han consumado otro gran cambio en el sostén de los aliados a Ucrania. El Gobierno de Olaf Scholz ha anunciado este viernes que ha autorizado al ejército ucranio a usar armas suministradas por Alemania contra objetivos militares en Rusia, sobre todo para que pueda alcanzar las posiciones, al otro lado de la frontera, desde las que el Kremlin asedia la ciudad de Járkov, en el este de Ucrania. El anuncio de Berlín llega solo un día después de que se conociera que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ya ha dado luz verde en secreto al uso de armamento estadounidense en suelo ruso.
Se trata de una metamorfosis en la política que EE UU ha mantenido desde el inicio de la invasión a gran escala. Aun así, por ahora ese giro se limita a permitir los ataques para defender Járkov, la segunda mayor ciudad del país, donde las tropas rusas han abierto un nuevo frente y llevan semanas presionando con una fuerte ofensiva a través de bombardeos y el avance de la infantería. Sin embargo, Washington se abre a flexibilizar su política aún más, en función de lo que suceda en el frente de batalla. “En el futuro, continuaremos haciendo lo que hemos estado haciendo: adaptarnos y ajustarnos según sea necesario”, ha remarcado el secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, este viernes en Praga, la capital de República Checa, donde ha participado en una reunión de ministros de Exteriores de la OTAN y donde el asunto de permitir a Ucrania usar los misiles occidentales de medio y largo alcance sobre suelo ruso ha estado sobre la mesa.
“En las últimas semanas, Rusia ha preparado, coordinado y llevado a cabo ataques desde posiciones en la zona de Járkov, en particular desde la región fronteriza rusa que es vecina inmediata”, ha explicado este viernes el portavoz alemán Steffen Hebestreit, en un comunicado de prensa. “Juntos estamos convencidos de que Ucrania tiene derecho, en virtud del derecho internacional, a defenderse de estos ataques. También puede utilizar las armas suministradas para este fin de acuerdo con sus obligaciones legales internacionales, incluidas las suministradas por nosotros”. Sin embargo, no ha precisado qué armas procedentes de Alemania podrían utilizarse para ese propósito. Berlín, por ahora, también se ha negado a suministrar a Ucrania sus potentes misiles Taurus, que tienen un alcance de más de 500 kilómetros.
Misiles Scalp y Storm Shadow
Francia y Polonia ya permiten a Ucrania atacar objetivos militares en Rusia y líneas logísticas con el material que le suministran. El Reino Unido no lo ha dicho explícitamente, pero Kiev espera poder emplear pronto tanto los misiles de crucero franceses Scalp como los británicos Storm Shadow para contener el empuje ruso sobre Járkov, donde los ataques rusos sobre la infraestructura civil son constantes.
Como EE UU, Alemania ha hablado de adaptarse a la realidad de la batalla. “Es lo que siempre hemos hecho desde el comienzo de la guerra que [Vladímir] Putin está librando contra Ucrania. Nos hemos adaptado a la situación y hemos ajustado nuestra estrategia en consecuencia”, ha declarado el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, en un encuentro con su homólogo moldavo, Anatolie Nosatii, en la capital del país, Chisinau.
La presidenta de la Comisión de Defensa del Parlamento alemán, Marie-Agnes Strack-Zimmermann, también ha defendido la decisión. “Es lógica y una señal importante en vista de los actuales objetivos rusos”, ha explicado la política liberal. “Ucrania no solo debería poder defenderse de los misiles rusos en su propio territorio, sino que también debería poder impedir que se lancen desde territorio ruso, incluso con armas suministradas por nosotros”, ha afirmado.
Apoyo de China a Rusia
Rusia tiene ahora la iniciativa en Ucrania y la situación es extremadamente complicada. Además, Estados Unidos y la OTAN insisten en que Moscú cuenta con un gran apoyo en China, que no solo está apuntalado la economía de guerra rusa, sino que entrega al Kremlin equipos de doble uso, militar y civil, que emplea en sus ataques contra Ucrania, según sostienen.
Con esta última decisión de permitir el uso de armamento occidental en suelo ruso, los aliados de la OTAN van elevando su sostén a Kiev en fórmulas nunca vistas. “A medida que la guerra ha evolucionado, nuestro apoyo ha evolucionado y seguirá haciéndolo”, ha remarcado el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. El noruego ha insistido en que Ucrania tiene derecho a atacar objetivos militares en territorio ruso para defenderse. “Todos esperamos que esto se haga de acuerdo con el derecho internacional y de manera responsable”, ha dicho en Praga.
La decisión de abrir la mano al uso de la munición occidental contra objetivos militares en Rusia reúne bastante consenso, aunque hay aliados, como Italia, que se han pronunciado en contra. Sin embargo, no está claro si el tipo de material que suministra Roma sería efectivo, en realidad, para ese tipo de ataques. El ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, ha remarcado este viernes que el uso del material español —en su mayoría defensivo— contra las tropas del Kremlin en Rusia no está sobre la mesa porque Kiev no lo ha pedido. “Esta solicitud no se ha producido. Por tanto, el material que estamos entregando es para que Ucrania pueda defenderse y defender su territorio”, ha dicho en la capital checa. “Ni siquiera me consta que hayamos entregado armamento que pueda alcanzar fuera de Ucrania”, ha incidido el jefe de la diplomacia española.
Ucrania y sus aliados se preparan para una guerra larga. Y la OTAN se está preparando para consolidar medidas de apoyo económico, político, diplomático y militar a medio y largo plazo para Ucrania. Fórmulas que se formalizarán en la cumbre de Washington, en julio —donde la Alianza no emitirá una invitación formal a Kiev para que entre en la organización, pero señalará que su camino hacia ella es “irreversible”— y que buscan un apoyo a prueba de retos, como la posible vuelta a la presidencia estadounidense de Donald Trump.
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