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Los sondeos de las elecciones legislativas en Corea del Sur dan la victoria a la oposición liberal

El presidente, el conservador Yoon Suk-yeol, busca recuperar el control de la Asamblea Nacional y mejorar su popularidad

Los sondeos de las elecciones legislativas en Corea del Sur dan la victoria a la oposición liberal
Los funcionarios de la Comisión Electoral Nacional cuentan los votos tras el cierre de las urnas en Seúl, este miércoles.Kim Soo-hyeon (REUTERS)

Corea del Sur elige este miércoles a los 300 miembros que compondrán la nueva Asamblea Nacional (el Parlamento), en medio de una atmósfera política cargada de frustración y tensión. Aunque decenas de partidos compiten por el reparto de escaños, la pugna se centra principalmente entre la formación gobernante, el conservador Partido del Poder Popular (PPP), y la oposición, el Partido Democrático (PD), de corte liberal. Los analistas consideran que estas elecciones parlamentarias son cruciales para que el presidente Yoon Suk-yeol, quien tiene por delante tres años más de mandato, pueda impulsar su agenda doméstica. La popularidad de Yoon se ha resentido en los últimos meses y muchos expertos han llegado a considerar los comicios como un referéndum sobre la gestión de su Gobierno. Los sondeos a pie de urna de las cadenas de televisión KBS, MBC y SBS pronostican que el PD y sus aliados mantendrían la mayoría, con entre 183 y 197 asientos.

Yoon, de 63 años, cuya victoria en las presidenciales de marzo de 2022 fue la más estrecha en la historia del país, aspira a arrebatar al PD la mayoría parlamentaria obtenida en 2020. Si el PPP ganara las elecciones, al líder surcoreano se le allanaría el camino para promover sus programas de reforma en áreas clave como la salud, la educación, el empleo y las pensiones, además de cumplir con varias de sus promesas electorales, como la eliminación del Ministerio de Igualdad o reducir el impuesto de sociedades. El PPP no controla el legislativo desde 2016, lo que ha dificultado la gobernabilidad de la Administración Yoon.

No obstante, los sondeos colocan como favorito al PD, lo que puede complicar enormemente el mandato del actual presidente, quien podría, incluso, enfrentarse a la amenaza de destitución. Si la oposición mantiene el control legislativo, Yoon se convertiría en el único mandatario surcoreano de la democracia en no contar en ningún momento con el control de la cámara durante su presidencia, de cinco años de duración y no abierta a la reelección. Además, si el PD obtiene una mayoría de dos tercios, podría eludir los vetos presidenciales ―que Yoon ha ejercido en nueve ocasiones en menos de dos años de mandato― y le otorgaría la posibilidad de aprobar la destitución parlamentaria del presidente, que debería ser después refrendada por el Tribunal Constitucional.

Corea del Sur se enfrenta a una serie de problemas que no tienen una solución sencilla, como una economía que pierde fuelle, precios de la vivienda desbocados, un aumento de la inflación, la sociedad que envejece al ritmo más rápido de todo el mundo o una enorme brecha de género. Además, su sistema de salud se ha visto afectado desde el 20 de febrero por una huelga de médicos internos y residentes que ha obligado a los hospitales a cancelar operaciones y tratamientos. El personal sanitario protesta contra la reforma propuesta por Yoon de aumentar en dos tercios el límite anual de admisiones en las Facultades de Medicina, un incremento de alumnos que, según los profesionales del sector, las universidades no pueden soportar y que socavaría los servicios médicos del país.

Pese a este panorama, cada bando político ha estado centrado en demonizar al contrario durante la campaña electoral, en lugar de ofrecer propuestas y soluciones. El PPP ha calificado a la oposición de “criminales”, mientras que el PD ha alertado de que Corea del Sur se está convirtiendo en “una dictadura” bajo el Gobierno de Yoon. La polarización política es tan profunda en el país que muchos votantes eligen basándose en si desean la destitución de Yoon o el encarcelamiento de Lee, según los expertos. “Los coreanos ven el panorama político como una elección entre el menor de dos males”, apunta Darcie Draudt-Véjares, asociada del Programa para Asia del Instituto Carnegie.

Otra de las grandes controversias la ha protagonizado la primera dama, Kim Keon-hee, por aceptar como regalo un bolso de Christian Dior de unos 2.000 euros. El obsequio viola las leyes surcoreanas que prohíben tanto a funcionarios públicos como a sus cónyuges aceptar objetos valorados en más de 700 euros. El presidente Yoon ha calificado el vídeo, que fue grabado con una cámara oculta, como una “maquinación política”. Previamente, Kim había sido acusada de falsificar su currículum ―lo que la llevó a pedir perdón públicamente―, de plagio académico y hasta de manipulación de acciones bursátiles.

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Los expertos en sondeos coinciden en que las elecciones se decidirán por dos bloques de votantes indecisos: las personas entre 20 y 30 años, y el electorado que se sitúa en un espectro político intermedio, entre progresista y conservador, un 20% de la población. Según los primeros datos de la Comisión Nacional Electoral, la participación puede superar a las legislativas de 2020, celebradas en pleno estallido de la pandemia de covid-19 y en las que votó un 66,2% de los surcoreanos llamados a las urnas.

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