Al menos 29 muertos en un edificio incendiado durante unas obras sin permiso en Estambul
El fuego se desató mientras se reformaba una discoteca que se encuentra en los bajos del inmueble. Las autoridades dicen que todas las víctimas mortales trabajaban en la obra
Al menos 29 personas han muerto y una permanece ingresada en estado crítico a causa de un incendio desatado durante las obras en una discoteca situada en un edificio de 13 plantas en el barrio de Gayrettepe, en la orilla europea de Estambul. El Ayuntamiento metropolitano ha denunciado que las reformas no contaban con el permiso preceptivo y ocho personas han sido detenidas mientras se investigan las causas del fuego.
Según los medios turcos, el incendio se inició a las 12:47 (una hora menos en la España peninsular), cuando se escuchó una fuerte explosión durante los trabajos de reformas de la popular discoteca Masquerade, con capacidad para cientos de personas y situada en los sótanos del edificio afectado. La cadena Habertürk, citando a testigos, aseguró que el incendio se originó mientras los obreros trabajaban cambiando el material aislante para insonorizar la sala y las chispas de la soldadura prendieron en los materiales que estaban por el suelo. Además, las primeras llamas habrían alcanzado el gas refrigerante de una unidad de aire acondicionado haciéndola explotar, si bien otros medios sugieren que la explosión se produjo cuando las llamas afectaron a varias bombonas de oxígeno. A partir de ahí, el fuego escapó de control, atrapando a los trabajadores en el subsuelo.
Un hombre entrevistado por Habertürk mientras esperaba a que sacasen los heridos del edificio incendiado, explicó que las obras eran muy grandes, dado que el club ocupaba dos plantas subterráneas, y que había “muchos trabajadores dentro”. Aunque la identidad de los fallecidos aún no se ha hecho pública, el delegado del Gobierno en Estambul, Davut Gül, aseguró que los muertos son todos trabajadores de la obra.
Materiales inflamables
Las llamas se extendieron muy rápido por el lugar debido a la presencia de numerosos materiales inflamables, afectando a los pisos subterráneos y varios pisos por encima de la planta baja, en los que hay apartamentos y oficinas, inundándolos de un denso humo negro, según el diario Cumhuriyet. Varias personas tuvieron que ser atendidas por inhalación de humos, informó CNN-Türk. Más de dos docenas de ambulancias y 31 vehículos antiincendios fueron despachados al lugar. En torno a un centenar de bomberos trabajaron en la extinción del fuego y las tareas de rescate, que se prolongaron durante horas debido a la dificultad de acceso a la discoteca.
El club había abierto sus puertas en 1987 y contaba con todos los permisos para operar, explicó el delegado del Gobierno. Durante el mes de Ramadán en curso había cerrado sus puertas, periodo que se aprovechaba para hacer obras, que debían concluir antes del 10 de abril, cuando reabriría sus puertas tras “una renovación” y “con nuevo diseño”, según explica la empresa en su página web. Sin embargo, según el alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, no había obtenido para ello las licencias necesarias: “No hay registros de ninguna solicitud de reformas u obras. Se trata de una obra ilegal”. El primer edil metropolitano explicó que tampoco se habían recibido denuncias sobre las obras. Como la discoteca se encontraba dos pisos por debajo de la planta baja, las obras tampoco eran perceptibles desde el exterior.
Uno de los encargados de la discoteca publicó varios vídeos de las reformas en su cuenta de la red LinkedIn. En el primero, hace dos semanas, poco después de iniciarse las obras, se observa cómo se han desmontado las paredes y se ha extraído el material aislante. En el segundo, publicado unas horas antes del siniestro, se ven pruebas con la plataforma móvil del escenario, además de muchos cables sueltos en las paredes. También se escucha el sonido de lo que parece un aparato de soldadura.
Preguntada por este diario, una persona encargada de la gestión de Masquerade no quiso confirmar ni desmentir la ausencia de permisos de obra, alegando no disponer de la información. “Ahora mismo nuestro dolor es muy grande”, añadió.
El Ministerio de Interior ha abierto una investigación, que lideran tres fiscales y tres inspectores laborales. Ya han sido detenidas al menos ocho personas en relación con los hechos. Entre ellos están, además de un encargado de obra, los dos propietarios del club, el manager, el director de operaciones y el contable, varios de los cuales tienen antecedentes penales por agresión, acoso, consumo de drogas y tenencia ilícita de armas.
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