Rusia evacuará a 9.000 niños de la región de Bélgorod por los bombardeos desde Ucrania

Las autoridades de la región rusa de Bélgorod, fronteriza con el norte de Ucrania, han anunciado este martes la evacuación en los próximos días de unos 9.000 menores a otras provincias. Los ataques ucranios con drones y proyectiles se han intensificado en aquel territorio en los últimos meses, y durante la semana pasada murieron al menos 16 civiles, mientras otros 98 resultaron heridos. Además, prosiguen las incursiones de pequeñas unidades de asalto ucranias en la frontera. Estas escaramuzas se han convertido en una de las principales preocupaciones del presidente Vladímir Putin tras su reelección.

“Estamos reubicando hoy un gran número de aldeas. Además, planeamos sacar a unos 9.000 niños de [la ciudad de] Bélgorod y de los distritos de Bélgorod, Shebékino y Gráivoron [estos dos últimos pegados a la frontera]”, ha anunciado este martes el gobernador de la región, Viacheslav Gladkov. El reparto de los menores ya ha sido organizado: “1.200 niños viajarán a las regiones de Penza, Tambov y Kaluga el 22 de marzo. El siguiente destino será Stavropol”, ha explicado el alto cargo.

Los ataques ucranios sobre Bélgorod y otras regiones fronterizas, como Kursk y Briansk, se han intensificado desde finales de diciembre del año pasado como respuesta a las oleadas de bombardeos rusos sobre las ciudades ucranias. El 30 de diciembre murieron más de dos docenas de civiles en una ofensiva ucrania con drones y misiles. A mediados de febrero, otro bombardeo se cobró siete vidas más. Bélgorod, que había vivido prácticamente ajena a la invasión de Ucrania pese a estar separada de Járkov, en el este del país vecino, por apenas unos 80 kilómetros, ha construido refugios antidrones por las calles y se ha convertido en una ciudad fantasma por la desbandada de gran parte de su población.

En vísperas de las elecciones celebradas el fin de semana en Rusia, la tensión en Bélgorod aumentó. Los ataques ucranios se saldaron la pasada semana con 16 civiles muertos y 98 heridos, según las autoridades de la región. Esto después de que otro bombardeo ruso sobre la ciudad ucrania de Odesa matara al menos a 20 personas.

Este martes, el Ministerio de Defensa ruso aseguró haber evitado otra incursión de supuestos saboteadores que trataban de penetrar desde Ucrania. El presidente ruso dedicó parte de sus declaraciones de la victoria electoral del domingo a estos asaltos, protagonizados por paramilitares rusos que luchan en las filas del ejército ucranio contra el Kremlin. “En Rusia no existe la pena de muerte, pero los traidores siempre serán tratados como si estuvieran armados”, advirtió el mandatario.

Esta es la primera vez que la gobernación de Bélgorod evacúa a habitantes —los menores— de su capital provincial. El pasado año sacó a la población voluntariamente de los pueblos más próximos a la frontera con Ucrania, zona de paso de las fuerzas armadas rusas, donde a los drones se ha sumado el fuego de artillería por su proximidad con el frente. Este mismo martes, la localidad de Gráivoron se quedó completamente sin luz debido a la destrucción de una subestación eléctrica.

Pese a la intensificación de los ataques, las autoridades rusas no han declarado el toque de queda en Bélgorod, a diferencia de otras ciudades ucranias del frente en territorio ocupado por las fuerzas del Kremlin como Lugansk. El gobernador de la región anunció la semana pasada que los colegios y los centros comerciales trabajarían con horario limitado, y los menores seguirían combinando gran parte de las horas lectivas con clases a distancia.

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