Macron coloca la ayuda “sin límites” a Ucrania en el centro de su pulso contra Le Pen
Los partidarios del presidente francés lanzan la campaña de las europeas con una desventaja de 10 puntos ante la extrema derecha
El presidente francés, Emmanuel Macron, busca cómo reducir la ventaja del partido de Marine Le Pen en la campaña para las elecciones europeas de junio. ¿La fórmula? Colocar la guerra de Rusia en Ucrania en el centro de la campaña. Echar en cara a la nacionalista y euroescéptica Le Pen y a su candidato europeo, Jordan Bardella, su cercanía histórica con el líder ruso Vladímir Putin, sus deudas pasadas con un banco ruso o la propuesta hace dos años de una Alianza de seguridad con Moscú. Esgrimir la defensa de una ayuda francesa y europea al país agredido “sin límites” para forzar a los lepenistas a definirse. No lo tienen fácil.
En el primer mitin de campaña europea de la lista presidencial, este sábado en la ciudad norteña de Lille, unos 4.000 militantes macronistas y sus principales dirigentes se esforzaron por darse ánimos ante unas elecciones que, para ellos, se presentan cuesta arriba. La lista de Bardella les saca 10 puntos o más en la mayoría de sondeos. La candidata de Macron, jefa del grupo liberal en la Eurocámara, Valérie Hayer, es una desconocida. La remontada se antoja improbable a 100 días de las elecciones. El milagro, por lo escuchado en Lille, pasa por presentar a Reagrupamiento Nacional (RN) de Le Pen y a sus amigos de extrema derecha como los agentes más o menos reconocidos de Moscú en la Unión Europea.
“Ayer eran Daladier y Chamberlain, hoy Le Pen y Orbán”, dijo la candidata Hayer en su discurso. Era una alusión a los dirigentes francés y británico que en los años treinta pactaron con Hitler en la conferencia de Múnich y acabaron envalentonándolo para invadir Europa y cometer los mayores crímenes del siglo XX. Hayer les comparó con Le Pen y el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, el más afín a Putin de los líderes de la UE. “Las mismas palabras, los mismos argumentos, los mismos debates. Estamos en Múnich en 1938. Ayer los sonámbulos, hoy los que no quiere ver, por comodidad o cálculo, hoy Le Pen y Orbán. Falta un minuto para la medianoche”.
Ha sido Macron —ausente físicamente en Lille, pues como jefe de Estado tiende a evitar los mítines, pero bien presente con sus ideas— quien ha dado el tono de la campaña al endurecer la posición francesa ante Rusia y en defensa de Ucrania. Empezó el 26 de marzo cuando, al final de una conferencia con líderes occidentales, dijo: “Hoy no existe un consenso para enviar de forma oficial, asumida y decidida fuerzas terrestres”. Pero añadió: “Nada debe excluirse”. La declaración dio la impresión de traspasar lo que, para los países occidentales, era una línea roja: la posibilidad de enviar tropas a Ucrania. Entre los aliados, sembró la discordia. En Francia, la oposición lo acusó de jugar con fuego.
Un Macron diferente
El Macron de 2024 es el mismo que tras la invasión rusa de 2022 mantuvo durante meses conversaciones telefónicas con Putin. No es el mismo que irritó a Ucrania ―y a los socios de la UE que durante la Guerra Fría vivieron bajo el yugo soviético— al proclamar: “No hay que humillar a Rusia, para que el día en que los combates cesen podamos construir un camino de salida por vías diplomáticas”. Ha cambiado. A lo largo de 2023, el presidente dio un giro progresivo en su retórica y estrategia. Entonó un mea culpa ante los socios de Europa central y oriental por haber desoído Francia en el pasado sus advertencias sobre Rusia. Desde el verano, defendió la necesidad de “proporcionar a Ucrania los medios para evitar una nueva agresión”.
El palacio del Elíseo sostiene que Rusia ha cambiado de “postura”. Más agresiva en Ucrania. Más agresiva en Rusia, también, con la muerte en prisión del opositor Alexéi Navalni. Y en Europa, con campañas de desinformación, supuestos planes de injerencia en las elecciones europeas y advertencias en algunas capitales sobre un futuro ataque ruso, más allá de Ucrania. Todo, con la perspectiva de una posible victoria de Donald Trump en Estados Unidos que podría dejar a los europeos sin el paraguas estadounidense. En Praga, esta semana, Macron llamó a los occidentales “a no ser cobardes”. El jueves recibió en el Elíseo a los líderes de la oposición y les dijo que no hay “ningún límite” al apoyo francés a Ucrania.
“La hora es grave”, dijo en Lille el primer ministro, Gabriel Attal, como si replicase a Le Pen y Bardella, quienes iniciaron su campaña una semana antes en Marsella. Le Pen, que ha condenado la agresión rusa de 2022, denunció “las posturas guerreras [de Macron] que han dejado estupefactos a los franceses”. Y es cierto que un 68% discrepa de la posición de Macron al contemplar el envío de tropas, según un sondeo publicado en Le Figaro. Añadió Le Pen: “Francia está totalmente aislada: el conjunto de capitales, de Berlín a Washington, de Madrid a Estocolmo, han rechazado con firmeza este anuncio tan estrepitoso como irrazonable”. No es cierto que Francia está del todo aislada, pero, cuando esta semana se celebre un debate sobre Ucrania en la Asamblea Nacional, la líder del RN siempre podrá escudarse en la postura de Berlín o Madrid para criticar el presunto belicismo del presidente.
Geopolítica y campaña electoral. En Lille, los macronistas no se resignaban a la derrota en junio. “Vamos a esta elección para ganarla”, dijo a EL PAíS Pieyre-Alexandre Anglade, director de campaña de la lista de Valérie Hayer. “Nos negamos a ver ganar a la extrema derecha en las europeas, porque tienen un proyecto de deconstrucción de Europa y sumisión a la Rusia de Putin”. “La guerra en Ucrania”, concluyó, “definir el futuro del proyecto europeo”.
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