Altos cargos de la ultraderechista AfD se reunieron en secreto con neonazis para planear la expulsión de Alemania de millones de inmigrantes
Una investigación periodística desvela una reunión secreta de miembros relevantes del partido, segundo en intención de voto, para deportar masivamente incluso a ciudadanos con pasaporte alemán de origen extranjero
Políticos de alto rango de la formación ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), actualmente segunda en intención de voto tras la democristiana CDU, se reunieron en secreto con conocidos neonazis y empresarios para hablar de un “plan maestro” para expulsar de Alemania a millones de inmigrantes. La noticia, una exclusiva del portal de investigación Correctiv, ha causado estupor e indignación entre la clase política, que empieza a plantearse la necesidad de intentar ilegalizar a este partido que cuenta con 78 diputados en el Bundestag y, según los sondeos, ganaría los comicios regionales que se celebrarán el próximo otoño en tres Estados del este alemán.
Los altos cargos de la formación, entre los que hay un colaborador directo de la copresidenta del partido, Alice Weidel, se reunieron en noviembre en un hotel cerca de Potsdam para hablar de la expulsión masiva de personas de origen inmigrante, incluidas las nacionalizadas alemanas, según la investigación de Correctiv, ampliamente citada por todos los grandes medios del país.
“Las posibilidades de devolver a nuestro país a un curso normal y saludable son mayores que nunca”, se lee en la carta de invitación a la reunión. El texto indica que en el encuentro el conocido ultraderechista Martin Sellner presentaría a los asistentes “una estrategia, en el sentido de un plan maestro” consistente en la “reemigración” de inmigrantes y ciudadanos alemanes de origen migrante, lo que afectaría a millones de personas. El plan podría llevarse a cabo en caso de que AfD, que estos días apoya las protestas del campo alemán contra los recortes del Gobierno de Olaf Scholz, llegase al poder en algún momento. Según Correctiv, los miembros de la formación presentes en el encuentro se mostraron de acuerdo con el plan.
Ulrich Siegmund, líder del grupo parlamentario de AfD en el Estado oriental de Sajonia-Anhalt, aseguró que es necesario que su land se vuelva “lo menos atractivo posible para que viva esta clientela”. Gerrit Huy, diputada en el Bundestag, afirmó que llevaba tiempo persiguiendo el mismo objetivo y que ya cuando se afilió al partido había presentado un plan de “emigración de retorno”. El hecho de que en la reunión se encontrara Roland Hartwig, asesor personal de Weidel, demuestra, según los analistas, que las ideas de extrema derecha llegan hasta la cúpula de la organización federal del partido.
La formación no ha negado la existencia del encuentro ni la asistencia de sus miembros, pero asegura en un comunicado que no aprueba el contenido del plan. En sus programas políticos, AfD aboga por una política migratoria restrictiva y acusa a la inmigración masiva de haber disminuido los salarios y aumentado la inseguridad en Alemania. Según la investigación de Correctiv, que accedió a lo que se habló en el hotel, Hartwig prometió trasladar los planes a la cúpula del partido.
Nueva Derecha paneuropea
Martin Sellner, el encargado de presentar el “plan maestro”, es una figura clave de la llamada Nueva Derecha paneuropea. Forma parte de la formación extremista Movimiento Identitario, de cuya rama austriaca fue el líder, y que se opone a las sociedades multiculturales y defiende la teoría conspirativa de un “gran reemplazo” para sustituir a la población blanca de Europa por personas llegadas de África y Oriente Próximo. En el Reino Unido tiene vetada la entrada desde 2019. La policía austriaca le ha investigado por su posible vínculo con el supremacista autor de la masacre de Christchurch, en Nueva Zelanda, que en 2019 acabó con la vida de 50 musulmanes.
La reunión intensificará un debate que venía despuntando estas últimas semanas sobre si AfD debería ilegalizarse ante la preocupación creciente de que represente una amenaza para la democracia alemana. El partido ya ha sido clasificado formalmente como “extremista” en tres Estados federados y se investiga a algunos de sus miembros por declaraciones que podrían ser ilegales. Aunque la oposición conservadora de la Unión Cristianodemocráta (CDU) descarta cualquier forma de colaboración con AfD, en la reunión también participaron algunos de sus miembros, según Correctiv. Se trata de dos afiliados que pertenecen al ala más derechista del partido, llamada Unión de Valores (Werte Union).
Al encuentro acudieron también potenciales donantes para el plan de deportación masiva, que incluye el traslado a algún Estado del norte de África de hasta dos millones de personas. El antiguo copropietario de la cadena de panaderías Backwerk, Hans Christian Limmer, actualmente socio de las franquicias de restauración Hans im Glück, es uno de ellos. Tras conocerse las informaciones, la compañía se ha desvinculado de él: “Estamos sorprendidos y consternados por las acusaciones de que uno de nuestros copropietarios invitara a un evento en el que radicales de derecha pidieron la reemigración de millones de personas, incluidos ciudadanos alemanes”, asegura en un comunicado.
Ilegalizar un partido político es muy difícil en Alemania. No ocurre desde 1956, cuando se prohibió el Partido Comunista Alemán (KPD). En los últimos 20 años el Tribunal Constitucional ha dirimido en dos ocasiones si el NPD —partido de ultraderecha heredero del nacionalsocialismo— debía ser prohibido, para acabar concluyendo que no, pero por una razón ajena a la ideología: en 2017 lo consideró tan irrelevante y con tan escasas probabilidades de ganar adeptos que no merecía la pena tomar una decisión tan radical en una democracia. Ahora AfD lidera las encuestas en los Estados federados del este y a escala federal los sondeos le atribuyen hasta el 22% de los votos si se celebraran elecciones anticipadas.
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