La mansión de la serie ‘Dinastía’ acoge la reunión entre Biden y Xi

Los presidentes de EE UU, Joe Biden, y de China, Xi Jinping, mantienen este miércoles una esperada cumbre en la que aspiran a evitar que su rivalidad derive en confrontación. Y el lugar en el que se reúnen no puede ser más apto —o más irónico— para ese propósito: la histórica mansión Filoli, a 40 kilómetros de San Francisco, uno de los escenarios de la serie ochentera Dinastía, en la que los millonarios clanes enemigos de los Carrington y los Colby se disputaban la supremacía del mundo petrolero.

La finca, levantada en 1917, se expande a lo largo de 264 hectáreas de colinas en la localidad de Woodland, al sureste de San Francisco. La residencia, de 5.000 metros cuadrados, comprende 57 dormitorios y 15 cuartos de baño. Aunque desde 1975 es un monumento histórico y una atracción turística, su emplazamiento es tan discreto que ni siquiera algunos residentes de la zona son conscientes de dónde se localiza exactamente. “Lo veo todos los días desde la carretera, pero pensaba que era una zona de cultivo de nogales”, apuntaba un vecino en un grupo de Whatsapp.

La finca, según figura en su página web, organiza todo tipo de actividades a lo largo del año, desde conciertos musicales en verano a eventos navideños en invierno. Sus terrenos cuentan con cinco ecosistemas diferentes.

En este entorno idílico, Biden y Xi compartirán un almuerzo de trabajo, sesiones de negociación a solas o con sus equipos de asesores y un paseo en torno a los jardines de diseño clásico inglés y los campos de la hacienda. Al término del encuentro, el presidente estadounidense tiene previsto ofrecer una rueda de prensa.

Filoli fue originalmente construida como la residencia privada de William Bowers Bourn II, un magnate de los tiempos de la fiebre del oro californiana, que hizo su fortuna en las minas de Sierra Nevada. El nombre de la propiedad procede de las sílabas iniciales en inglés del lema personal del millonario: “Lucha (fight) por una causa justa; ama (love) a tus congéneres; vive (live) una buena vida”. Diseñada por el arquitecto Willis Polk, la mansión tardó tres años en terminarse y costó el equivalente a 8,5 millones de dólares actuales (8,3 millones de euros).

A la muerte de Bourn, la hacienda cambió de manos en varias ocasiones, antes de acabar siendo donada al Fondo Nacional para la Conservación Histórica en 1975, el año en que abrió sus puertas al público por primera vez. La finca se ha utilizado como escenario en varias ocasiones en series de televisión y películas. Sus exteriores figuran en los títulos de crédito de Dinastía y en algunas de sus escenas.

Que Filoli iba a acoger el encuentro bilateral más esperado en la política internacional se había mantenido en secreto hasta el último momento por motivos de seguridad. Su página web solo indica que se encuentra cerrada desde el lunes 13 hasta este miércoles para “colocar decoraciones navideñas”.

Sigue toda la información internacional en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.