Decenas de oligarcas rusos han usado sociedades opacas de Chipre para mover dinero a pesar de la invasión de Ucrania
‘Cyprus Confidential’ desvela cómo al menos 96 empresarios sancionados por su cercanía al Kremlin se han aprovechado de los entramados financieros del pequeño país europeo en los últimos años. La sede local de PwC trabajó con algunos de ellos
La pequeña isla de Chipre es un cruce de caminos geográficos y políticos y un punto de encuentro de pueblos, religiones y dinero. Durante décadas, la isla, en el extremo oriental mediterráneo más cercano a Turquía, Siria o Líbano, ha recibido una asombrosa avalancha de dinero extranjero. Sobre todo de dinero ruso, que ha ido enriqueciendo a unos pocos mientras la isla se ganaba una reputación como turbio centro financiero.
Las sociedades mercantiles registradas en este país europeo han tenido un papel clave, y mayor del que se conocía hasta ahora, para permitir que oligarcas rusos ligados al Kremlin hicieran negocios a pesar de la guerra en Ucrania, como revela una nueva investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), Paper Trail Media y un total de 67 medios, entre ellos EL PAÍS y La Sexta en España.
Bajo el nombre de Cyprus Confidential, este trabajo desentraña cómo funciona la influencia rusa sobre la política y las finanzas de Chipre, a pesar de los controles del Banco Central Europeo. Ilustra cómo, cuando Rusia invadió Ucrania en 2022, la unidad chipriota del gigante de la contabilidad PwC ayudó a los oligarcas rusos a reordenar sus riquezas y a socavar las sanciones occidentales destinadas a cortar la financiación de la guerra de Putin.
Los datos de Cyprus Confidential, filtrados a los medios de esta investigación, son 3,6 millones de documentos de seis proveedores de servicios financieros con sede en Chipre (ConnectedSky, Cypcodirect, DJC Accountants, Kallias & Associates, MeritKapital y MeritServus) y una empresa letona (Dataset SI) que vende información sobre sociedades chipriotas. Son despachos dedicados en su mayoría a crear sociedades en países y territorios que ofrecen un régimen fiscal laxo y garantizan el anonimato del propietario, limitan el acceso a los documentos de la empresa y pueden ser más indulgentes con los delitos financieros.
La investigación revela que estos proveedores han trabajado con al menos 71 clientes rusos objeto de sanciones desde la invasión de Ucrania en 2022. Veinticinco de ellos habían sido sancionados tras la anexión rusa de Crimea en 2014 y la guerra en Donbás. En total, han creado y gestionado sociedades para 96 rusos sancionados.
Entre los clientes sancionados, el ICIJ ha identificado 44 personas políticamente expuestas (PEP, por sus siglas en inglés): funcionarios públicos, sus familiares u otras personas vinculadas a empresas u organizaciones estatales. Además, los archivos de Cyprus Confidential señalan a 67 de los 104 multimillonarios rusos que la revista Forbes incluyó en su lista de 2022.
El análisis de los medios del consorcio ICIJ ha descubierto que una de las firmas, MeritServus, ayudó a administrar cientos de sociedades propiedad de Roman Abramovich o controladas por él. Los archivos revelan pagos de cientos de millones de euros a empresas vinculadas a los agentes de jugadores del Chelsea, club del que fue dueño hasta mediados de 2022, y canalizados a través de sociedades opacas de los que no hay rastro en las cuentas del club.
También hay detalles sobre el entramado societario de Alexéi Mordashov, uno de los industriales más ricos de Rusia, que transfirió una inversión de 1.400 millones de dólares a su nombre un día después de que se le impusieran sanciones occidentales por la invasión rusa de Ucrania. Los datos revelan además cómo funcionaba la red de sociedades de Abacus LTD, vinculada al empresario y anterior dueño del banco Alfa Bank Petr Aven, compañía investigada en el Reino Unido por haber sido un posible vehículo de evasión de las sanciones europeas.
En los archivos filtrados no solo hay sociedades creadas en Chipre, sino también casi 800 empresas y fideicomisos registrados en jurisdicciones secretas y vinculadas a los rusos sancionados desde 2014. Las firmas profesionales de Chipre trabajaron para empresas controladas desde Rusia y registradas en las Islas Vírgenes Británicas, Jersey, la Isla de Man, Liechtenstein y Hong Kong, entre otros. Muchas de estas entidades son empresas fantasma sin empleados ni operaciones, pero hay también filiales de gigantes industriales, como, por ejemplo, la siderúrgica Evraz, que suministra la mayor parte de los raíles de tren que Rusia utiliza para transportar armas y municiones a sus tropas en Ucrania.
En conjunto, los documentos ofrecen una mirada sin precedentes en el sistema financiero que ha ayudado a empoderar a algunos de los hombres más ricos de Rusia. El modelo chipriota se basa en un sector financiero sobredimensionado con algunas de las leyes de divulgación financiera más débiles de la Unión Europea, un banco central indulgente y un tsunami de más de 200.000 millones de dólares de inversión rusa que ha proporcionado a sus oligarcas una enorme influencia.
En respuesta a una carta del ICIJ sobre los nuevos hallazgos, el actual Gobierno de Chipre (en el cargo desde marzo de 2023) asegura estar comprometido con la lucha contra la corrupción y las finanzas ilícitas y recuerda que ha congelado más de mil millones de euros en inversiones en el país a raíz de las sanciones europeas y que sus bancos han congelado cerca de 104 millones de euros.
Los críticos afirman que la dependencia de la isla del dinero ruso y de otros países ha tenido consecuencias de las que sólo ahora se está tomando conciencia: “Cuando los rusos llegaron a Chipre, no sólo trajeron la corrupción rusa, sino también la delincuencia organizada y los agentes de los servicios de inteligencia rusos”, afirma Boris Demash, una de las pocas voces rusas en Chipre crítica con la influencia del Kremlin.
Alexander Apostolides, historiador económico afincado en Chipre, apunta que las empresas profesionales de la isla “que deberían estar reguladas y tener presencia aquí, parecen encontrar la manera de evitarlo y hacer cosas ilegales o, al menos, poco éticas”.
Los facilitadores
El gigante mundial de la contabilidad PwC, antes conocido como PricewaterhouseCoopers, tiene un papel clave en esta investigación a través de su oficina de Chipre y de sus 1.100 empleados. PwC Chipre trabajó con al menos 12 de los 25 rusos que ya estaban sujetos a sanciones por parte de los gobiernos occidentales o de Ucrania tras la anexión rusa de Crimea en 2014 y la guerra en Donbás. Tardó hasta unos meses después de la invasión rusa de Ucrania en 2022 en anunciar que abandonaba Rusia y ordenaba a sus filiales que dejaran de trabajar para clientes sancionados.
Fue PwC quien ayudó a Alexéi Mordashov a transferir una inversión de 1.400 millones de dólares el día después de que se le impusieran sanciones occidentales. Mordashov fue presidente de Severstal, uno de los mayores fabricantes de acero de Rusia, y acumuló un patrimonio neto de 21.000 millones de dólares, según una estimación de Forbes. Como ya reveló el ICIJ, Mordashov recurrió a PwC para canalizar activos a través de docenas de entidades extraterritoriales que controlaba, como su yate, un jet privado y una cartera de inversiones por todo el mundo.
Los nuevos datos revelan que PwC y Cypcodirect siguieron trabajando con Mordashov incluso después de que algunas de sus empresas fueran objeto de sanciones estadounidenses tras la invasión de Crimea. Es el caso de Power Machines, acusada en 2018 de tratar de crear un suministro eléctrico controlado por Rusia en la región ocupada de Crimea. A pesar de las sanciones, PwC y Cypcodirect siguieron ayudando a cerrar y gestionar empresas ficticias de las que Power Machines era propietaria.
El 1 de marzo de 2022, un día después de que la UE sancionara a Mordashov, PwC Chipre y Cypcodirect intercambiaron correos con asuntos como “URGENTE” y “POR FAVOR APROBAR.” Formaban parte de un intento de ayudar a Mordashov a eludir en el último minuto las sanciones que amenazaban con congelar una inversión de 1.400 millones de dólares en TUI Group, una empresa de viajes alemana, transfiriendo la propiedad a su esposa, Marina Mordashova. Tres meses después, a principios de junio de 2022, fue sancionada por Estados Unidos y la UE.
La portavoz de Mordashov, Anastasia Mishanina, defiende al magnate ante la investigación llevada a cabo por los medios del Consorcio: “Toda la información y las notificaciones reglamentarias con respecto a la transferencia de acciones fueron debidamente reveladas a las autoridades pertinentes y se hicieron públicas en la medida legalmente requerida. Ni una sola vez en su larga carrera el señor Mordashov, ni ninguna de las empresas que dirige, infringieron ninguna ley, ni en Europa, ni en Rusia, ni en ninguna otra jurisdicción”.
Más o menos al mismo tiempo, PwC Chipre ayudó a dos oligarcas de la élite que colaboran con Putin en el esfuerzo bélico contra Ucrania. El 1 de marzo de 2022, mientras Rusia intensificaba la invasión, un directivo de PwC Chipre envió un mensaje urgente a un colega: un par de clientes pedían la transferencia inmediata de 100 millones de dólares entre dos empresas fantasma que controlaban. El origen del dinero era Evraz PLC, una siderúrgica que produce el 97% de los raíles que los trenes rusos utilizan para trasladar munición, material militar y tropas al frente. Los clientes de PwC eran los antiguos dirigentes de Evraz: Alexander Abramov y Alexander Frolov. Científicos y multimillonarios hechos a sí mismos que navegaron por el caos tras el colapso de la Unión Soviética para emerger a la cabeza de uno de los mayores conglomerados industriales de Rusia.
Dos meses después, el Reino Unido declaró a Evraz “de importancia estratégica para el Gobierno de Rusia” y la sancionó prohibiendo a ciudadanos y empresas ingleses hacer negocios con la empresa. También impuso la congelación de activos y la prohibición de viajar a Abramov y Frolov, clasificándolos como parte de la “élite selecta” que sirve a Putin para sostener la invasión de Ucrania.
La transacción de los 100 millones fue solo una de las que los oligarcas canalizaban a través de sociedades opacas establecidas en jurisdicciones de tres continentes conocidas por ayudar a los ultrarricos a ocultar sus fortunas o eludir impuestos. Según los datos en poder del ICIJ, PwC Chipre prestó servicios al menos a 62 sociedades ficticias y fideicomisos controlados o propiedad de Abramov y Frolov, algunas de las cuales fueron utilizadas por los oligarcas para estructurar sus participaciones en Evraz. “Parece una estructura clásica de blanqueo de dinero o quizás de algo peor”, afirma Zoe Reiter, cofundadora del grupo de investigación sin ánimo de lucro Anti-Corruption Data Collective, que revisó los registros de inversión de Abramov y Frolov. “Cualquiera en PwC debería saberlo”, añade
Amparándose en la necesidad de mantener la confidencialidad, PwC ha preferido no hacer comentarios sobre sus negocios con Abramov, Frolov y otros clientes: asegura que cumple con las sanciones de la UE y las Naciones Unidas antes de la invasión de Rusia en febrero de 2022 y que desde entonces ha roto lazos con 60 clientes: “Cualquier acusación de incumplimiento de las leyes y reglamentos aplicables se toma muy en serio, se investiga y se toman las medidas apropiadas si es necesario.” La firma asegura que su oficina de Chipre ha “pivotado hacia un nuevo modelo económico apto para el futuro, transformando su negocio”.
Considerada una de las cuatro grandes firmas de contabilidad, PwC es una pieza fundamental del sistema financiero mundial y tiene como clientes a algunos de los ciudadanos más ricos y con más conexiones políticas del mundo. En algunos casos, esto ha dado lugar a graves infracciones legales y éticas. Una investigación del ICIJ de 2014 reveló cómo PwC Luxemburgo ayudó a empresas gigantes a trasladar beneficios por todo el mundo para recortar miles de millones de sus facturas fiscales. Este año, PwC Australia se ha visto envuelta en un escándalo después de que varios de sus socios principales filtraran información confidencial sobre legislación pendiente a clientes corporativos para ayudarles a eludir impuestos.
Un modelo enquistado en la UE
El “modelo chipriota” se revela así como una gigantesca cinta transportadora para canalizar la riqueza rusa. Pero una cinta situada en un Estado miembro de la UE y con su sistema bancario supervisado por el BCE. En 2020, según el Centro para el Estudio de la Democracia de Sofía (Bulgaria), los rusos habían “invertido” más de 200.000 millones de dólares en Chipre, la mitad de la inversión rusa en Europa y más que en Alemania, Reino Unido, España, Suiza y Austria juntos. Y, sobre el papel, la isla de 1,3 millones de habitantes era uno de los mayores inversores rusos del mundo: en ese momento unas 300 empresas de propiedad rusa representaban el 80% de la riqueza de Chipre.
El flujo de dinero ruso ha supuesto una bonanza para la poderosa industria chipriota de banqueros, proveedores de servicios extraterritoriales, empresas de contabilidad como PwC y otras grandes empresas de contabilidad, con un ejército de 4.000 abogados.
Los analistas describen el modelo chipriota como el corazón palpitante del sistema circulatorio financiero del régimen de Putin, que bombea dinero ruso para almacenarlo en Occidente en forma de activos financieros, yates o propiedades inmobiliarias de lujo, reinvertirlo de nuevo en un control cada vez mayor de la economía rusa o acumularlo en países occidentales.
“Chipre básicamente cerró los ojos ante miles de millones [de dólares] de depósitos de orígenes turbios”, explica al ICIJ Martin Vladimirov, analista del Centro para el Estudio de la Democracia. “El sector bancario europeo tenía todas las reglas del mundo, pero para los grandes [clientes] se llega a un acuerdo con el gerente del banco. Y ellos lo saben”.
Incluso cuando el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación informan de nuevas revelaciones que detallan cómo el modelo de Chipre ayudó a financiar el régimen de Putin, sigue existiendo un hecho ineludible: el modelo hizo metástasis dentro de la propia UE, con los principales bancos de Chipre supervisados directamente por el poderoso BCE. Lo que no está tan claro es por qué se permitió que sucediera casi a la luz del sol.
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