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Candidatos apáticos y campañas fantasma en las elecciones locales más aburridas que recuerda Rusia

El Kremlin trata de legitimar los comicios en las zonas ocupadas de Ucrania pese a la guerra, pero suspende la votación en algunas zonas fronterizas por los bombardeos de las fuerzas de Kiev

El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, en una imagen de 2022.Foto: DENIS GRISHKIN (AFP) | Vídeo: EPV
Javier G. Cuesta

Las autoridades rusas no ocultan su indiferencia absoluta hacia las diferentes elecciones locales que se celebran desde este viernes en 85 territorios. Serguéi Sobianin, alcalde de Moscú —y prácticamente seguro ganador de nuevo—, no solo no ha acudido a ningún debate, sino que tampoco se ha molestado en mencionar los comicios en sus redes sociales desde hace meses. La gran novedad de estas votaciones, un aperitivo de las presidenciales de marzo de 2024, son los pseudocomicios convocados en las zonas ocupadas de Ucrania, donde no se presenta ni un solo partido local en unas circunscripciones arrasadas por la guerra. Mientras tanto, la oposición rusa ha vuelto a pelearse desde el exilio y la cárcel.

“En el Día de la Ciudad se podrá montar gratis en las atracciones de los parques de la capital. Esta ha sido la opción que recibió más votos durante la verificación del sistema de votación electrónica”. Este mensaje ha sido lo más parecido a una mención a estos comicios del candidato Sobianin. Fue el 30 de agosto. El alcalde de Moscú hacía referencia al sistema de voto por internet impulsado por el Gobierno que en las legislativas de 2021 llevó al Partido Comunista a protestar en las calles contra un supuesto fraude electoral.

Golos, una reputada ONG defensora de los derechos de los electores, constata que la represión contra candidatos, observadores y votantes ha llegado a tal punto que estos comicios no se parecen en nada a los de 2021, con Alexéi Navalni, el opositor más importante al régimen de Putin, ya detenido.

“Es la campaña más insignificante, aburrida y discreta de la historia moderna de Rusia”, denuncia la plataforma, declarada agente extranjero por el Kremlin y víctima de persecución. Las autoridades arrestaron a más de una docena de sus miembros y abrieron casos contra sus máximos responsables, Grigori Melkonyants y Natalia Guseva, al acusarles de colaborar con la Red Europea de Organizaciones Monitoras de Elecciones (ENEMO, en sus siglas en inglés), una plataforma perseguida penalmente al ser declarada “organización indeseable” por el Kremlin en 2021 y con la que Golos cortó sus lazos desde entonces.

“Parece como si las fuerzas de seguridad dudaran de que las autoridades tuvieran un apoyo real, de que los resultados deseados pudieran lograrse mediante métodos políticos y hubieran decidido tomar todo en sus manos”, señala Golos.

Es llamativa la ausencia de un debate electoral en Moscú, que ha sido objeto de constantes ataques con drones desde mayo. Aunque la popularidad de Sobianin es elevada por su gestión del coronavirus (sin apenas restricciones), la modernización de la ciudad (receptora de gran parte de los presupuestos del país) y su discreto segundo plano en la guerra, no ha habido ningún amago de campaña electoral seria, a diferencia de comicios pasados, donde la oposición tenía más margen de maniobra.

En decenas de regiones del país se celebran elecciones locales durante tres días, del 8 al 10 de septiembre. Las de la capital coinciden con el 876 aniversario de la fundación de Moscú. La ciudad ha sido tomada por los carteles y estandartes de este evento, cuyos colores (blanco, azul y rojo) no solo coinciden con los de la bandera rusa, sino también con los del partido del Kremlin, Rusia Unida.

Sin embargo, es muy raro ver un cartel electoral, especialmente del propio Sobianin. Ni el alcalde de Moscú ni su principal rival, Leonid Ziugánov, candidato del Partido Comunista de Rusia y nieto del líder de esta formación desde hace 30 años, Guennadi Ziugánov, se han prestado a participar en ningún debate político ni a realizar ningún mitin masivo. Su abuelo, valedor del presidente Vladímir Putin, fue quién desactivó las protestas de los comunistas de Moscú contra la supuesta manipulación del voto electrónico en 2021.

Votación bajo la ocupación rusa

Además de la votación de Moscú, este fin de semana serán elegidos los gobernadores de 21 provincias y los miembros de decenas de asambleas regionales y locales.

Los comicios incluyen por primera vez las zonas ocupadas de Ucrania, en las que ya se celebraron pseudoreferendos de anexión de septiembre de 2022. En los territorios vigilados por las fuerzas rusas de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia se llevarán a cabo, en plena guerra, unas pseudoelecciones donde no se presenta ningún partido local, solo las formaciones presentes en la Duma Estatal, la Cámara baja del Parlamento ruso.

Allí serán nombrados los diputados de las cámaras regionales que, a su vez, se espera que nombren al gobernador propuesto por Moscú. Según el jefe adjunto de la Comisión Electoral Central rusa, Nikolái Buláyev, las votaciones en aquellos territorios despoblados por la guerra han arrancado “muy bien”. Yevgueni Balitski, el administrador impuesto por el Kremlin en la zona donde las fuerzas ucranias llevan a cabo su gran ofensiva, Zaporiyia, aseguró el viernes que un tercio de la población que queda votó en las primeras horas con tres días aún por delante.

Balitski destacó el papel de los militares rusos al llevar las urnas a las casas de los ucranios para que voten. Por su parte, la responsable de la comisión electoral de Jersón, Marina Zajárova, informó de que su sede tuvo que ser evacuada al menos dos veces por ser el objetivo de varios ataques con drones.

Las autoridades de ocupación tratan de mostrar una supuesta normalidad electoral, pero en la frontera rusa se han suspendido los comicios para minimizar riesgos, como es el caso del asentamiento de Shebékino, muy próximo a la ciudad ucrania de Járkov y objetivo de los ataques ucranios por ser un paso clave de las tropas rusas.

Fusión del Estado y del partido de Putin

El partido independiente Yábloko logró afianzarse en la ciudad de Véliki Nóvgorod en 2018, donde sacó más del 5% necesario para poder tener escaños en la asamblea local. Este año se presentaba con el lema Por la paz, pero sus miembros también fueron arrestados en agosto. Una candidata, Oksana Sergueyevna, tenía una fotografía con una bandera blanquiazul de la oposición, y otro político, Valeri Kóchnev, había publicado en sus redes sociales en el año 2021 un videoclip de la canción Zombie, de The Cranberries, con imágenes de la Alemania nazi en los años treinta. Ese tema denuncia la manipulación de los niños con la glorificación de las armas.

Por otro lado, Golos denuncia que “se está intensificando la fusión del aparato estatal y del partido gobernante”. En los edificios de la administración, en los carteles de los colegios y transportes públicos, la línea que separa el partido Rusia Unida de los organismos públicos es cada vez más difusa.

Asimismo, en estos comicios no ha destacado ningún candidato que pueda hacer sombra al Kremlin. “Ahora los jefes de las regiones deben ser fieles soldados del partido y del rumbo elegido por los líderes del país, ejecutores de su programa popular”, añade Golos.

Sin oposición en Moscú

A las elecciones de Moscú no se presenta nadie de la oposición, perseguida incluso tras haber sido relegada al ostracismo. Dos conocidos disidentes, Ilia Yashin y Alexéi Gorinov, fueron condenados estos meses a ocho años y medio y siete años de cárcel por criticar la guerra, pese a que solo podían hacer política como concejales de distrito.

“Al comienzo de su carrera en la capital, Sobianin quería la legitimidad de unas elecciones competitivas y, lo más importante, el Kremlin se lo permitió. Por lo tanto, dejaron participar a Navalni en los comicios a la alcaldía de 2013″, recuerda Yashin en una columna difundida por su equipo desde la cárcel. “Pero Alexéi [Navalni] recibió un tercio de los votos y puso muy nerviosas a las autoridades. En las elecciones posteriores, los candidatos de la oposición fueron borrados y solo se registraron extras”. “La apoteosis de la conversión de las elecciones de Moscú en un montón de basura fue la introducción del voto electrónico a distancia”, subraya el disidente.

Luchas entre opositores

Navalni ha sido el protagonista del último enfrentamiento entre los opositores. El disidente permanece encerrado en una prisión bajo aislamiento estricto por varias condenas que suman más de 30 años. Quien fuera su asesor en la campaña a la alcaldía de 2013, Maxim Katz, también condenado en ausencia a ocho años de cárcel, le acusó en una carta abierta de no haber sido “un político predecible” y no proponer nada más allá “del lema No mientas y no robes, que es una buena base moral, pero no sirve en absoluto como base para un político”.

Alexei Navalny
El líder opositor ruso, Alexéi Navalni, durante uno de sus juicios, en febrero de 2021. HANDOUT (AFP)

El choque entre Navalni y Katz comenzó cuando el primero criticó a otro disidente en el exilio, el empresario Mijaíl Jodorkovski, por haber animado a los rusos a unirse al golpe del Grupo Wagner de junio para derribar a Putin. “Ayudemos con gasolina (…) ¡Ayuda [al jefe de los mercenarios, Yevguenni Prigozhin] si decide oponerse a este régimen! Si un criminal está dispuesto a oponerse, no es el momento de volver la cara. Ahora tenemos que ayudarle y luego, si es necesario, luchar contra este también”, publicó entonces Jodorkovski.

Las redes sociales de Navalni publicaron su dura crítica al empresario en el artículo Mi miedo y odio, criticado por Katz, que consideró que esta columna no habría sido escrita por el opositor, sino por alguien de su equipo. “No ataco a Navalni, sino a vosotros, idiotas. Tratan de utilizar los recursos mediáticos de Navalni, que está en prisión, para luchar contra (...) Jodorkovski”, afirmó Katz.

Posteriormente, otra columna firmada por Navalni respondía a su exasesor. “Por segunda vez en mi vida (la anterior con Jodorkovski) me enfrento a la mentira descarada de que no soy yo quien supuestamente escribe los textos”.

No obstante, Navalni insistió en que los opositores deben decir lo que piensan: “La frase ‘la oposición vuelve a discutir’ es una idiotez. Esto es un debate político, incluso a través de comentarios en Twitter o Facebook. Sin ellos no hay vida ni progreso. Si quieres que las personas con diferentes puntos de vista no discutan entre sí, entonces deberías unirte a Rusia Unida o al Partido Comunista”.

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