Rusia amenaza con represalias tras la mayor ofensiva con drones ucranios sobre su territorio
Una oleada de aparatos no tripulados golpea seis regiones del país, entre ellas, Pskov, junto a las fronteras de Estonia y Letonia. Dos trabajadores pierden la vida en uno de los peores bombardeos rusos contra Kiev de los últimos meses
Rusia ha sido objeto en la madrugada de este miércoles de la mayor ofensiva con drones ucranios desde que el 24 de febrero de 2022 iniciase la invasión a gran escala sobre Ucrania. Varios de estos aparatos no tripulados y cargados de explosivos han dañado en la noche del martes al miércoles al menos cuatro aviones de transporte rusos estacionados en un aeródromo de la región de Pskov, cercana a las fronteras con Estonia y Letonia. Es el primer gran ataque ucranio contra una ciudad en la zona occidental de Rusia. Según la agencia de noticias estatal rusa TASS, al menos cuatro aviones de transporte del ejército Il-76 resultaron dañados por las explosiones. En aquella provincia opera el 334º Regimiento de Transporte Aéreo. Además, la oleada de drones también golpeó otras cinco regiones del país. La portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zajárova, ha manifestado que la ofensiva ucrania “no quedará impune”. Se desconoce si los drones fueron disparados desde territorio ucranio o ruso.
El Ministerio de Defensa ruso aseguró haber repelido un ataque masivo de drones en el centro de Rusia, pero no mencionó Pskov. El departamento que dirige el general Serguéi Shoigú aseguró haber abatido tres aparatos no tripulados en la región fronteriza con Ucrania de Briansk, dos en la provincia de Riazán, y uno en cada una de las siguientes regiones: Oriol, Kaluga y Moscú.
El canal de noticias Mash informó de que el ataque sobre Pskov alcanzó los tanques de combustible de las instalaciones del aeropuerto, lo que causó una enorme explosión. Según las autoridades, el fuego fue sofocado pasada la una de la madrugada (una hora menos en la España peninsular). El gobernador de la región de Pskov, Mijaíl Vedérnikov, acudió de inmediato al lugar del ataque. “Estoy en el lugar desde el comienzo del incidente. Según la información preliminar, no hay víctimas. Se está precisando la magnitud de la destrucción”, manifestó. La ciudad de Pskov, situada a más de 700 kilómetros del punto más cercano de la frontera con Ucrania, había vivido ajena a la guerra hasta ahora.
Las imágenes difundidas desde esta localidad mostraron enormes columnas de fuego en el aeropuerto. Un vídeo compartido por el gobernador recogía el momento del ataque y el sonido de los disparos de la artillería antiaérea. Según los medios rusos, las instalaciones fueron atacadas por una oleada de más de una decena de drones.
El aeropuerto de Pskov fue cerrado tras el ataque. La Agencia Federal del Transporte Aéreo, Rosaviatsia, informó a primera hora de la mañana del “funcionamiento normal” de sus instalaciones de control aéreo, aunque los vuelos fueron cancelados. “El aeropuerto y los servicios regionales están tomando medidas para reanudar los vuelos”, señaló este departamento. Uno de los objetivos ucranios con sus ataques con drones es boicotear el tráfico de pasajeros en Rusia, país donde la capital es clave como escala por la escasez de rutas entre sus propias ciudades. La frecuente presencia de drones en Moscú ha obligado a cerrar temporalmente sus aeropuertos en varias ocasiones.
El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, informó también de otro ataque dirigido contra la capital. Según el político, uno de los drones fue derribado por los sistemas antiaéreos en el distrito de Ruzski, al oeste de Moscú. “No hubo víctimas ni daños”, escribió en su canal de Telegram Sobianin. Es el último de una lista incontable de “incidentes”, como los califica Moscú, que comenzaron el 3 de mayo con el golpe de efecto de los aparatos que alcanzaron el tejado de uno de los palacios del Kremlin, y ha seguido con otros bombardeos contra el distrito financiero de la ciudad, Moskvá-City, y algunos barrios donde se aloja la élite del poder ruso.
Además de golpear el aeródromo de Pskov, los drones ucranios lanzados este miércoles alcanzaron en Briansk tanto un edificio del Comité de Investigación ruso como una planta de la compañía Kremny EL. Según el diario independiente Vazhnye Istorii, se trata de uno de los principales fabricantes de microelectrónica del país y un importante proveedor del ejército para la fabricación de los antiaéreos Pantsir y los sistemas de misiles Iskánder.
Ofensiva contra Kiev
La ofensiva ucrania con aparatos no tripulados sobre Rusia durante la madrugada del miércoles ha coincidido con el bombardeo ruso contra Kiev. El bombardeo ha recordado a sus ciudadanos los peores días de mayo, cuando Rusia atacaba prácticamente cada noche con decenas de misiles y drones la capital ucrania. Como en aquellas semanas de mayo e inicios de junio, los fogonazos y el estruendo de las explosiones de las defensas antiaéreas, también de las ametralladoras de gran calibre que sirven para derribar drones, han sorprendido el centro de la ciudad en varios momentos. Dos guardias de seguridad de 26 y 36 años que trabajaban en el turno de noche de una empresa de Kiev fallecieron por el impacto de fragmentos de los proyectiles interceptados por las defensas antiaéreas.
La primera ola de la madrugada, con drones iraníes Shahed, alcanzó la periferia de Kiev en plena madrugada. La segunda, de misiles disparados desde bombarderos en el mar Caspio, tuvo lugar cuando ya se había levantado el toque de queda nocturno y el tráfico de vehículos en la ciudad empezaba a activarse.
El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, reiteró el domingo en una entrevista televisiva que las ciudades ucranias deben acostumbrarse a vivir con la amenaza permanente de bombardeos, y que el modelo de protección aérea en el que se reflejan es el israelí. Los municipios de Israel están protegidos por el sistema de defensa antiaérea Cúpula de Hierro, que permite a la ciudadanía desarrollar una vida normal pese a la interceptación de misiles procedentes de los territorios palestinos. La diferencia es que la intensidad y la potencia con la que Rusia ataca Ucrania son mucho mayores y Kiev depende del apoyo internacional, sobre todo, de las baterías estadounidenses de defensa antiaérea Patriot.
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