Terror en la Universidad de Carolina del Norte después de que un estudiante matara a un miembro de la facultad

La Universidad de Carolina del Norte (UCN) ha vivido este lunes una pesadilla. Un sujeto armado ha provocado horas de terror en el centro ubicado en Chapel Hill, un pueblo al noroeste de Raleigh, la capital. Un integrante de la facultad ha sido asesinado con un arma de fuego en el sexto día de clases. El suceso hizo que cientos de estudiantes se atrincheraran por horas en las aulas después de oír los disparos en la universidad, una de las más importantes del sur de Estados Unidos. Después de las detonaciones, las autoridades iniciaron un gran operativo en busca del sospechoso, un estudiante del doctorado de Física, quien ha sido aprehendido tras casi dos horas de pánico y confusión.

A las 13.04 (hora del este de EE UU), la UNC envió a sus estudiantes una alerta en la que afirmaba que una persona “armada y peligrosa” estaba “en o cerca” del campus universitario, que alberga a unos 29.000 estudiantes. El mensaje pedía a los alumnos, profesores y empleados buscar refugio en las aulas, dormitorios, bibliotecas y oficinas. La televisión local afirmó minutos después que se había visto al sospechoso dentro de las instalaciones del centro educativo y que se habían escuchado detonaciones. “Posible tirador activo”, se escuchó en la radio de la policía local. Esta, junto con otras fuerzas de seguridad, como la policía estatal, acudieron a la emergencia, que duró más de tres horas.

El pánico ha provocado momentos de terror. Un video en las redes sociales mostró que un par de estudiantes saltaron por la ventana de los edificios para huir del campus. Otros salieron de las aulas con la mochila en la espalda y los brazos en alto para no parecer una amenaza para los numerosos agentes. Eran minutos de caos, pues las autoridades no conocían la descripción del sospechoso. Un profesor describió a una televisión de Raleigh cómo unos jóvenes tocaron a las puertas de su salón de clases buscando refugio de una posible matanza. El maestro confesó que no supo cómo responder, pues el equipo de seguridad de la universidad les había pedido no abrir a nadie ni atender llamados de afuera de las aulas.

Cuando los primeros policías llegaron al sitio, los laboratorios utilizados por los estudiantes de Física y Química, hallaron a un miembro de la facultad muerto en el piso. “Ha sido la única fatalidad y no ha habido más heridos”, ha asegurado la tarde de este lunes Brian James, el jefe de la policía de la universidad. Las autoridades no han dado a conocer la identidad del fallecido y han afirmado en una rueda de prensa que la investigación tomará “varias semanas” antes de determinar el motivo del asesinato.

Testigos del incidente identificaron al presunto autor del tiroteo como Tailei Qi, un estudiante extranjero proveniente de China que se encontraba en su segundo año de su doctorado de Física de la universidad. Minutos después de eso, la policía arrestó cerca de los laboratorios a un joven asiático de características similares. Lo dejaron ir minutos después al comprobar que no era quien buscaban. La universidad continuó cerrada durante tensos minutos del sexto día de clases, mientras decenas de policías rastreaban la zona en busca de otro tirador o de otros heridos.

La identificación del sujeto provocó un gran operativo para detener a Qi, quien huyó del sitio del tiroteo. La policía lo detuvo sobre las 14.30 en una zona residencial ubicada a tres kilómetros de la universidad. No puso ninguna resistencia a los numerosos elementos que lo capturaron. Una fotografía de la prensa local lo muestra sentado en la calle con las manos esposadas en la espalda y la mirada clavada en el piso. James, el jefe de la policía, ha indicado que no se ha encontrado el arma utilizada ni si esta fue comprada legalmente. Asimismo, se ha negado a identificar oficialmente a Qi, pues está a la espera de que la fiscalía local formule los cargos en contra del estudiante.

Un compañero de proyecto de Qi ha dicho a la cadena WRAL que se encuentra “más que sorprendido” al saber que el estudiante es el presunto homicida. “Siempre era muy callado (...) y en su trato era más que amable, nunca pude imaginarme que era el tipo de persona que se atreviera a algo así”, ha dicho Aiden Carter. Qi estudio en la Universidad de Wuhan y se describe a sí mismo en su página de LinkedIn como un aficionado a los deportes como bádminton y atletismo. En las redes sociales mostró su frustración por la solitaria vida que lleva en Estados Unidos. En un mensaje de hace más de un año aseguró haber sido víctima de bullying. La policía, sin embargo, no ha confirmado esto y afirma que está a la espera de entrevistar al sospechoso para aclarar los vínculos que tenía con la víctima.

La alerta se levantó después de tres horas. Entonces salieron de las aulas decenas de estudiantes, varios de ellos en lágrimas. Los padres de muchos se acercaron a la universidad para consolar a los alumnos. “Esta generación vive con la amenaza de un tiroteo masivo cada día. La mitad de los jóvenes asegura que piensa que habrá un tiroteo cada semana”, ha asegurado en X, antes Twitter, la excongresista Gabrielle Giffords, una activista en favor de la regulación de armas. La universidad ha cancelado las clases por el resto del día y para el martes.

El incidente ha ocurrido apenas dos días después de que un hombre blanco asesinara a tres personas en un supermercado de Jacksonville, Florida. El asesino, un sujeto racista con simpatías al nazismo, tenía la intención de llevar a cabo un ataque en una universidad de mayoría negra. Después de que la seguridad del campus le negara el paso al rechazar identificarse, el hombre se fue a un comercio donde abrió fuego con un rifle de alto poder.

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