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Corea del Norte asegura que el soldado Travis King cruzó a su territorio por el racismo que sufrió en el ejército estadounidense

La agencia estatal de noticias informa en un comunicado que King cruzó a su territorio “para buscar refugio”

Travis King
Una pantalla muestra la fotografía del soldado Travis King durante un programa de noticias en la estación de trenes de Seúl, en Corea del Sur.Ahn Young-joon (AP)

Corea del Norte ha confirmado por primera vez que el soldado estadounidense Travis King cruzó a su territorio el pasado 18 de julio. La Agencia Central de Noticias Norcoreana, la KCNA, ha informado este miércoles que King “confesó” “haberse adentrado ilegalmente” en suelo norcoreano “porque albergaba rencor por el trato inhumano y la discriminación racial dentro del ejército estadounidense”. De acuerdo con el comunicado de este medio controlado por el régimen de Kim Jong-un, el militar de 23 años expresó “su voluntad de buscar refugio en la República Popular Democrática de Corea [RPDC, el nombre oficial de Corea del Norte] o en un tercer país” debido a su “desilusión ante la desigualdad en la sociedad estadounidense”. Se trata de los primeros comentarios públicos que Pyongyang realiza sobre el caso, aunque el Departamento de Defensa de Estados Unidos no ha podido verificarlos de forma independiente.

“Según una investigación realizada por un órgano competente de la RPDC, Travis King admitió que se había adentrado ilegalmente en el territorio de la RPDC”, recoge la KCNA. “A las 15.30 del 18 de julio, King, que acompañaba a unos turistas al Área de Seguridad Conjunta de Panmunjom, tuvo que ser sometido por los soldados del Ejército Popular de Corea al entrometerse deliberadamente en la zona del lado de la RPDC situada entre la sala para los contactos militares entre la RPDC y EE UU y la sala de descanso de los funcionarios de seguridad estacionados a lo largo de la Línea de Demarcación Militar”, agrega el texto, que finaliza informando que la investigación continúa abierta.

La madre de Travis King ha pedido al Gobierno norcoreano que trate a su hijo “con humanidad”, según recoge la cadena de televisión estadounidense CNN. “La señora Gates está al corriente del informe publicado hoy por la KCNA. Las autoridades de Corea del Norte son responsables del bienestar de Travis, y ella sigue apelando a que lo traten humanamente. Es una madre preocupada por su hijo y agradecería una llamada suya”, ha declarado Jonathan Franks, portavoz de la familia King Gates.

Por su parte, el Pentágono ha asegurado que el regreso seguro de King “es una prioridad” y que se está “trabajando a través de todos los canales disponibles para lograr ese resultado”. Por el momento se desconoce si las autoridades de Defensa estadounidenses han recibido más detalles desde Corea del Norte. Hasta ahora, los funcionarios citados por medios estadounidenses aseguraban que Pyongyang no habían proporcionado respuestas sustanciales a sus peticiones de información sobre King. Un portavoz del Mando de las Naciones Unidas, que supervisa la aldea fronteriza de Panmunjom, por donde cruzó King, indicó que no tenía nada que añadir a declaraciones anteriores.

Las dos Coreas continúan formalmente en guerra, después de que en 1953 firmaran un armisticio en lugar de un tratado de paz. Por eso, cómo clasificar al joven militar continúa estando en el aire para el ejército estadounidense. Como soldado en activo, podría considerarse un prisionero de guerra, pero factores como la decisión de King de cruzar a Corea del Norte por voluntad propia y vestido de civil lo descalifican para ello, informa Reuters.

No está claro por qué el muchacho decidió convertirse el pasado 18 de julio en el primer soldado estadounidense en cruzar a Corea del Norte desde 1982. King se alistó en el ejército en enero de 2021 y estaba destinado en Corea del Sur, donde EE UU mantiene, 70 años después del fin de la guerra, un despliegue de 28.500 soldados. Pero su puesto en el país asiático había estado marcado por diversos problemas con la justicia. Fue hallado culpable de dos cargos por agresión y daños a la propiedad pública durante un altercado en octubre, apunta Reuters. Multado por un tribunal surcoreano, pasó 50 días detenido por las autoridades locales, que lo soltaron el 10 de julio. El tío de King, Myron Gates, declaró a ABC News a principios de agosto que su sobrino había sufrido racismo durante su despliegue militar y que, tras pasar un tiempo en una cárcel surcoreana, no parecía el mismo.

Tras ser puesto en libertad, sus superiores lo mandaban de vuelta a casa por cuestiones disciplinarias. El 17 de julio, King confirmó a sus supervisores que estaba preparado para subir al avión de American Airlines con destino Dallas que lo llevaría de regreso a su país. Los agentes que lo habían escoltado hasta el aeropuerto Internacional de Incheon, en Seúl, solo lo habían hecho hasta el control de pasaportes, pues no estaban autorizados para pasarlo con él. King pasó aduanas y todos los controles de seguridad, según informaron los funcionarios del aeropuerto a la prensa, pero en la puerta de embarque, el soldado informó al personal de la aerolínea que le faltaba el pasaporte y no accedió al avión. Unos trabajadores de la compañía aérea lo acompañaron de regreso al exterior de la zona de salida de vuelos.

King reservó para el día siguiente una visita con una empresa privada por la Zona Desmilitarizada, el único punto de la fortificada frontera de 260 kilómetros de largo y cuatro kilómetros de ancho en la que no hay alambre de espino ni todo está plagado de minas. Es también el único lugar en el que están autorizados los contactos, públicos o secretos, entre las dos Coreas. Fue durante la excursión que realizaba junto a otras 42 turistas cuando King se escapó, inexplicablemente, a través de la Línea de Demarcación Militar, según indicaron a los medios testigos de lo ocurrido y confirmaron posteriormente funcionarios estadounidenses familiarizados con lo ocurrido.

Ningún estadounidense, detenido o desertor, había cruzado antes Corea del Norte por ese lugar, a pesar de que basta con saltar una pequeña línea de ladrillos para pasar, como hizo en 2019 Donald Trump, cuando el entonces presidente estadounidense se convirtió en el primer mandatario de su país en pisar el suelo de una de las dictaduras más herméticas del planeta.

Tras cruzar la línea, King intentó inicialmente ingresar en el Panmungak Hall, una instalación norcoreana, pero la puerta principal estaba cerrada con llave, por lo que corrió hacia la parte trasera del edificio, momento en el que los guardias norcoreanos lo subieron a toda prisa a una camioneta y se lo llevaron preso.

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