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Malí exige la retirada inmediata de la misión de la ONU

Bamako acusa a la Minusma de “fracaso” a la hora de estabilizar el país ante el avance de grupos yihadistas y de ser “parte del problema” de la inseguridad

Mali
Un casco azul de la Minusma durante una patrulla en el norte de Malí.MINUSMA (Europa Press)
José Naranjo

El ministro maliense de Asuntos Exteriores, Abdoulaye Diop, exigió este viernes ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas la “inmediata retirada” de su país de la misión de la ONU, la Minusma, a la que acusa de haber fracasado en su tarea de estabilizar Malí y de ser “parte del problema” en materia de seguridad. Diop también rechazó las conclusiones del informe sobre la masacre de Moura cometida en marzo de 2022, en el que la ONU señalaba al ejército maliense y a “personal militar extranjero” como autores de la ejecución de 500 civiles y de la violación de 58 mujeres y niñas. “Vemos en este informe orientado un deseo real de determinados Estados de utilizar nuestra organización común para perjudicar o incluso castigar a Malí por sus elecciones soberanas”, aseguró.

“¿Cómo se puede explicar que la situación en Malí fuera mejor en 2013 que hoy en día? El realismo impone la constatación del fracaso de una Minusma cuyo mandato no responde al desafío en materia de seguridad”, aseguró el ministro de Exteriores maliense este viernes en Nueva York. El Consejo de Seguridad debía pronunciarse el próximo 29 de junio sobre la renovación de una misión que expiraba al día siguiente y que fue creada en 2013 con la intención de estabilizar el país ante el avance de grupos yihadistas desde el norte, frenado inicialmente por la operación militar francesa Serval, pero a partir de 2014 fuera de control hasta el punto de contagiar a los países vecinos Níger y Burkina Faso.

“Lamentablemente, la Minusma parece haberse convertido en parte del problema al alimentar las tensiones intercomunitarias exacerbadas por acusaciones extremadamente graves y que son muy perjudiciales para la paz, la reconciliación y la cohesión nacional”, manifestó, en referencia al informe de la ONU sobre la masacre de Moura. “Esta situación genera un sentimiento de desconfianza de las poblaciones malienses con respecto a la Minusma y una crisis de confianza entre las autoridades malienses y Minusma”, concluyó.

Mercenarios rusos de Wagner

Esta misión ha visto reducidos sus efectivos en los últimos dos años, pasando de más de 15.000 uniformados a unos 12.500. La presencia de mercenarios rusos de Wagner combatiendo al lado de las tropas malienses desde finales de 2021 ha sido el detonante del anuncio de retirada de algunos países y que otros se nieguen a enviar tropas. Alemania, por ejemplo, que tiene unos 1.400 soldados desplegados, anunció hace dos meses su repliegue antes de mayo de 2024. La Minusma es una de las misiones con más cascos azules muertos en toda la historia de la ONU: 304 fallecidos en una década.

La fórmula de renovación de esta misión había generado un intenso debate entre Naciones Unidas y el Gobierno maliense, presidido por el coronel golpista Assimi Goïta. Ante las dificultades para mantener el grueso de la misión, el secretario general de la ONU, António Guterres, había puesto sobre la mesa tres opciones, que iban desde un aumento de efectivos a una retirada total de las tropas. Esta semana, sin embargo, recomendó al Consejo una renovación que incluía una reconfiguración de la misma destinada a “racionalizar las tareas de la Minusma alrededor de un conjunto limitado de prioridades con el objetivo de mejorar su eficacia global hasta el fin de la transición política, en marzo de 2024″.

El Gobierno maliense había mostrado su desacuerdo ante esta fórmula, que, de facto, podía implicar el cierre de ciertas bases en las regiones de Kidal y Tombuctú, en el norte del país. En cualquier caso, la ruptura entre las autoridades malienses salidas del último golpe de Estado de mayo de 2021 y los responsables de la ONU comenzó a larvarse cuando el 5 de febrero pasado el Gobierno expulsó del país a Guillaume Ngefa-Atondoko Andali, responsable de Derechos Humanos de la Minusma, a quien declaró persona non grata por cometer actividades “desestabilizadoras y subversivas”.

Antes de la Minusma, el Gobierno maliense de transición también ordenó la expulsión de las tropas francesas de la operación Barkhane que operaban en su territorio, retirada que se llevó a cabo en agosto de 2022. El desencadenante, una vez más, fue la práctica ruptura de relaciones entre París y Bamako debido al acercamiento de las autoridades malienses a Rusia y la presencia de mercenarios de la empresa privada Wagner, próxima al Kremlin, colaborando codo con codo con el ejército maliense en la lucha contra el yihadismo.

El final de la Minusma en Malí deja aún más en el aire el futuro de la misión de formación del ejército maliense de la Unión Europea (EUTM), que también se desplegó en 2013 y en la que España siempre ha aportado un significativo número de tropas. Sin embargo, fruto del descontento europeo por la colaboración militar entre Rusia y Malí, la EUTM también se encuentra prácticamente al ralentí. Con las formaciones suspendidas, ha pasado de contar con hasta 1.100 efectivos en 2021 a tener unos 700 en la actualidad, de los que algo más de 300 son españoles. Alemania también retiró a sus soldados de esta iniciativa.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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