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La misteriosa muerte del interventor de un banco en quiebra siembra dudas en Bolivia

El liquidador de Fassil apareció muerto en una calle de Santa Cruz. Aunque la principal hipótesis es el suicidio, el deceso ha desatado una catarata de especulaciones y ha llevado a un periodista que seguía el caso a irse del país

Los trabajadores del banco boliviano Fassil protestan el pasado viernes en La Paz por el pago de sus beneficios.
Los trabajadores del banco boliviano Fassil protestan el pasado viernes en La Paz por el pago de sus beneficios.Stringer (EFE)

A una estafa de cientos de millones de dólares que causó la quiebra de un banco en Bolivia, se ha sumado una muerte violenta y misteriosa. La noche de este sábado, el liquidador del banco boliviano Fassil, Carlos Colodro, apareció muerto en una calle de la ciudad oriental de Santa Cruz de la Sierra tras, se supone, caer 14 pisos desde la oficina que estaba ocupando temporalmente en uno de los edificios del banco. La hipótesis principal de la policía es la del suicidio, según ha trascendido, pero existen otras teorías sobre lo ocurrido, ya que su tarea como interventor del banco en liquidación estaba afectando poderosos intereses económicos.

La autopsia estableció que murió por “politraumatismos y shock traumático”, según informó el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, en una rueda de prensa. El abogado de la familia del occiso, Jorge Valda, reveló que el cadáver no tenía un globo ocular ni uno de los testículos y “no descartó” que hubiera sido asesinado. “Había heridas punzocortantes en los brazos, la espalda y todo el cuerpo”, relató a los medios. Explicó que el sábado, día de las madres en Bolivia, Colodro había almorzado con su familia, con la que tuvo una “charla normal” y, hacia las cinco de la tarde, se había ido a trabajar al edificio frente al que se halló su cuerpo horas más tarde.

Una carta de despedida que supuestamente escribió Colodro se filtró parcialmente en las redes sociales. “Se deben realizar las pericias correspondientes para corroborar la veracidad de la misma y los presuntos móviles que lo hubieran llevado a suscribir la carta”, declaró a la prensa el ministro Castillo. El funcionario prometió que se realizarán todas las investigaciones necesarias para esclarecer lo que ocurrió. En la carta manuscrita se lee: “Me engañaron, me dieron la espalda, me mataron. Ha llegado el momento de decir basta a este infierno que me tocó vivir desde el 26 de abril (el día en que fue nominado como interventor del banco), un mes que parecen 100 años de sufrimiento”. Posteriormente, da a entender que ha tomado una decisión que no quiere que nadie considere “cobardía”.

Carlos Colodro tenía una larga carrera en el Banco Central de Bolivia y en la supervisión bancaria. La intervención de Fassil era su mayor desafío profesional, por el tamaño del banco, el cuarto por depósitos del país, y por el origen controversial de su quiebra hace algo más de un mes. Después de su designación, se filtró que el Santa Cruz Financial Group, propietario de Fassil, prestaba dinero del banco a diferentes empresarios cruceños y les pedía a cambio sobornos de un porcentaje del préstamo (generalmente cinco millones de dólares) que eran depositados en sus cuentas, supuestamente para “inversiones inmobiliarias”. En algunos casos, este dinero servía para comprar pequeños lotes de acciones del banco.

Un periodista que cubría el caso anuncia que se va del país

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Los accionistas del Fassil también era dueños de la empresa Santa Cruz Inversiones en Bienes Raíces (SIBRA), que se convirtió en uno de los principales operadores del mercado urbano en la capital cruceña. Se alega que tanto SIBRA como el propio banco compraban bienes inmuebles con el dinero de los depositantes, a cambio de sobreprecios y sobornos. El hueco financiero ascendería a más de 600 millones de dólares, que tendrán que ser cubiertos por el Seguro del Ahorrista creado por el país para estos casos. Algunos importantes empresarios cruceños estaban involucrados en estas operaciones. Al mismo tiempo, el grupo propietario del banco incluye a algunas de las familias más prominentes de esta región, que es la más próspera de Bolivia.

El periodista que hizo la mayor parte de las revelaciones sobre este caso, Junior Arias, anunció en sus redes sociales que había decidido “salir del país por un tiempo hasta que se esclarezca la muerte del interventor de Fassil”. Y añadía: “Yo, como muchas personas, no creemos que se haya suicidado, sino que estaba cumpliendo su trabajo con relación a este caso y descubriendo quizá más de lo que hasta ahora sabemos”.

La noticia conmocionó al país y desató una catarata de especulaciones sobre lo que realmente ocurrió con Carlos Colodro. El presidente Luis Arce expresó sus condolencias a la familia de este en Twitter. “Exigimos una pronta investigación que esclarezca las causas de este hecho”, escribió.

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