La reunión de Biden y McCarthy acaba sin avances sobre el techo de deuda
“El impago no es una opción. Lo he repetido una y otra vez. Estados Unidos no es una nación morosa”, dice el presidente tras el encuentro
Ha sido una reunión por todo lo alto, pero sin resultado alguno. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha recibido este martes pro la tarde en la Casa Blanca al presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, y a los otros líderes del Congreso en el Despacho Oval de la Casa Blanca. La reunión era de tan alto nivel que el presidente bromeó al principio de la misma con los periodistas: “Vamos a ponernos en marcha, a resolver todos los problemas del mundo”. El encuentro, sin embargo, no ha permitido ningún avance para desbloquear la ampliación del techo de deuda. “No he visto ningún nuevo movimiento”, ha resumido McCarthy. Las expectativas, en realidad, no eran muy altas. Los líderes han acordado volver a reunirse el viernes.
El presidente de la Cámara de Representantes ha comparecido ante los medios junto al líder de su partido en el Senado, Mitch McConnell, también presente en la reunión, en tono desafiante y quejándose de que Biden no haya aceptado entablar negociaciones sobre el techo de deuda hasta que apenas queda tiempo: “Esa no es forma de gobernar”, ha dicho. La Casa Blanca “no tiene un plan B”, ha añadido.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, advirtió la semana pasada de que la fecha X en la que Estados Unidos podría quedarse sin dinero para hacer frente a sus obligaciones puede llegar tan pronto como el 1 de junio, aunque dejando abierta la posibilidad de un plazo más amplio. El techo de deuda, 31,38 billones de dólares, se alcanzó en enero y desde entonces el Gobierno está funcionando con medidas extraordinarias que han dejado un respiro temporal. La agencia Moody’s y los inversores situaban la fecha X a mediados de agosto.
Biden ha repetido insistentemente que es responsabilidad del Congreso ampliar el límite de deuda y que debe hacerlo sin poner condiciones. “Durante nuestra reunión he dejado claro que el impago no es una opción. Lo he repetido una y otra vez. Estados Unidos no es una nación morosa. Pagamos nuestras facturas. Y evitar el impago es un deber básico del Congreso de Estados Unidos. De hecho, lo hicieron tres veces bajo el mandato de mi predecesor sin crear ni una sola vez una crisis, agitar los mercados o socavar la confianza inquebrantable que el mundo tiene en el compromiso de Estados Unidos de pagar sus facturas”.
Los demócratas consideran que imponer condiciones es un chantaje, una toma de rehenes por la que piden un rescate, como la ha definido Hakeem Jeffries, el líder demócrata en la Cámara de Representantes, otro de los asistentes. Este martes, Jeffries se ha mostrado un poco más conciliador y ha dicho que los líderes del Congreso y sus equipos iban a continuar las discusiones sobre el presupuesto federal anual a partir de este mismo martes, a instancias de Biden.
Los demócratas se muestran abiertos a algunos recortes de gastos siempre que no estén vinculados a la amenaza de impago. Quieren que sea parte de la negociación presupuestaria, pero no de la negociación sobre el límite de deuda. Biden también ha insistido en esa idea: “He dicho a los líderes del Congreso que estoy dispuesto a iniciar un debate aparte sobre mi presupuesto y mis prioridades de gasto, pero no bajo la amenaza del impago”.
La mayoría republicana de la Cámara de Representantes ha aprobado una proposición de ley que permitiría elevar el techo de deuda, pero a cambio de recortes en numerosas partidas y de que Biden renuncie a algunos de los principales logros de la primera mitad de su mandato, incluidas medidas de la ley de Reducción de la Inflación y la condonación parcial de la deuda de estudiantes universitarios.
La propuesta no tiene ningún futuro en el Senado, controlado por los demócratas, pero da una baza a McCarthy: “Ambos hemos dicho que el impago no es una opción, pero solo uno de nosotros ha actuado”, sostiene. “Le he hecho al presidente esta simple pregunta: ¿No cree que hay algún lugar donde podríamos encontrar ahorros?”, ha dicho McCarthy a los periodistas en el exterior de la Casa Blanca.
Biden ha criticado la postura del republicano: “El presidente McCarthy ha ofrecido un camino muy diferente. Ha propuesto profundos recortes que, en mi opinión, van a perjudicar a las familias estadounidenses. Y millones de estadounidenses que dependen de Medicaid para su atención sanitaria correrían el riesgo de perderlo”, ha dicho.
El cuarto líder del Congreso presente en la reunión, Charles Schumer, que encabeza a los demócratas en el Senado, ha atacado a McCarthy señalando que está “poniendo en gran peligro a Estados Unidos”. “Utilizar el riesgo de impago, con todos los peligros que tiene para el pueblo estadounidense, como rehén y decir es a mi manera o no, son mayoritariamente a mi manera o no, es peligroso”, dijo Schumer.
La prueba de que no había la menor esperanza de lograr un acuerdo es que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ya tenía programado un acto público para este miércoles en el que se avisaba que era para criticar la postura republicana y los recortes que conlleva y para exigir una elevación del techo de deuda sin condiciones.
Hay alternativas teóricas que permitirían encontrar una salida. Una de ellas es acudir a la facultad de acuñar monedas de platino de cualquier valor y lanzar la moneda del billón de dólares, depositarla en la Reserva Federal y lograr fondos con la misma. Hay también posibilidades de ingeniería financiera: el Tesoro podría emitir deuda con un valor nominal bajo pero un cupón o interés muy alto o canjear deuda para obtener más recursos sin superar el valor nominal autorizado.
Se ha especulado con otra posibilidad que podría conducir a un conflicto constitucional. El apartado cuarto de la 14ª Enmienda de la Constitución dice que “la validez de la deuda pública de los Estados Unidos, autorizada por ley (...) no deberá ser cuestionada”. Usar esa norma para justificar la emisión de nueva deuda con la que pagar la existente sería una interpretación muy polémica y acabar en los tribunales.
McCarthy ha asegurado que esos temas no han formado parte de la discusión de este martes: “Nada de eso se ha planteado”, ha dicho a los periodistas. Después, sin embargo, Biden también se ha referido a ello: “He estado considerando la 14ª enmienda. Y un hombre por el que siento un enorme respeto, Larry Tribe [profesor de Derecho Constitucional en Harvard], que me asesoró durante mucho tiempo, cree que sería legítimo. Pero el problema es que tendría que ser litigado“, ha contestado a preguntas de los periodistas.
La posibilidad de una suspensión o ampliación temporal del techo de deuda que permita cerrar el ejercicio presupuestario que acaba el 30 de septiembre y de paso ganar tiempo para la negociación tampoco parece una opción realista de momento. Los líderes del Congreso volverán a reunirse este viernes.
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