El jefe de Wagner asegura haber conseguido todo tipo de concesiones para continuar la batalla en Bajmut
Yevgueni Prigozhin afirma que el alto mando ruso le da carta blanca solo dos días después de insultar al ministro de Defensa y amenazar con retirarse el 10 de mayo
El dueño de la compañía de mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin, asegura haber recibido todo tipo de concesiones del alto mando ruso dos días después de exhibir los cuerpos de decenas de sus soldados muertos. Entonces acusó de esas muertes al ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, y al jefe del Estado Mayor y comandante único de la campaña militar, Valeri Gerásimov, a quienes también insultó. El empresario ha manifestado a través de un nuevo comunicado que su agrupación no solo recibirá toda la munición que sea necesaria para continuar en su sangrienta y larga ofensiva por Bajmut, sino que el ejército ruso le proporcionará la cobertura que necesite.
Las autoridades ucranias no creyeron su farol de que la unidad abandonaría la ciudad el 10 de mayo, justo después de la celebración de sacrosanto Día de la Victoria en Rusia, y no vieron ningún indicio de retirada. Pero más allá de la posible maskirovka —engaño militar—, la exhibición de cadáveres y los insultos de Prigozhin han reabierto la tensión en el alto mando ruso cuando la contraofensiva ucrania parece inminente.
“Nos han prometido entregarnos las municiones y armas que necesitemos para continuar con nuestras acciones; nos juran que se desplegará todo lo necesario en el flanco para que el enemigo no nos aísle; nos dicen que podemos actuar en Artemovsk (antiguo nombre de Bajmut) como mejor nos parezca y nos dan a [el general Serguéi] Surovikin como la persona que tomará todas las decisiones en el marco de las hostilidades para la cooperación del Grupo Wagner con el Ministerio de Defensa”, ha manifestado Prigozhin.
Un indicio de las disensiones en el alto mando es precisamente el nuevo nombramiento del general Surovikin, con quien simpatiza el Grupo Wagner y que fue degradado en enero, solo tres meses después de haber sido elegido comandante único de las fuerzas rusas en Ucrania. Su sustitución por Valeri Gerásimov fue vista entre los analistas militares rusos como la escenificación de las disputas internas en el alto mando ruso.
Para el propietario de la agrupación de mercenarios, Surovikin “es la única persona con la estrella de general en el ejército que sabe luchar”. “No hay persona más razonable con esta estrella”, ha subrayado Prigozhin dos días después de denunciar que sus fuerzas apenas recibían un 10% de la munición que necesitaba. “¡Shoigú! ¡Gerásimov! ¿Dónde está la munición? ¡Miradlos a ellos, perras!”, gritaba el empresario a cámara frente a las filas de soldados muertos en un vídeo que ha provocado conmoción dentro de Rusia.
Las rencillas pasan factura en el campo de batalla
Las rencillas en el alto mando ruso han pasado factura a las fuerzas sobre el campo de batalla en una guerra que se alarga ya un año y casi tres meses. Según los documentos de la inteligencia estadounidense que filtró el militar Jack Teixeira, el propio Vladímir Putin tuvo que intervenir en febrero y sentar juntos a Prigozhin y Shoigú cuando el primero comenzó otra campaña de difamación contra el ministro de Defensa. Los informes, revelados por The Washington Post, recogen también que Defensa llegó a plantearse lanzar otra campaña de comunicación en contra de Prigozhin, pero no encontró ninguna figura conocida capaz de poner la opinión pública en contra del empresario.
En su disputa personal contra Shoigú y Gerásimov, Prigozhin ha encontrado varios aliados en las fuerzas armadas rusas. Entre los más conocidos, Surovikin y el recientemente destituido jefe de la logística rusa, Mijaíl Mizíntsev, conocido como el Carnicero de Mariúpol y flamante fichaje de Wagner, ahora como subcomandante de una de sus unidades.
Además, Prigozhin también ha encontrado un aliado en el presidente de Chechenia, Ramzán Kadírov. Ambos lanzaron las críticas más duras contra el Ministerio de Defensa durante la debacle de otoño del año pasado, cuando Rusia se retiró en las regiones de Járkov y Jersón, presionada por la primera gran contraofensiva ucrania. Y ambos contactaron estos días para plantear la posibilidad de sustituir las desgastadas unidades de Wagner por combatientes chechenos.
“No hagamos eso nunca”
En esta crisis, Kadírov volvió a tomar partido por Prigozhin. “Es desagradable para mí, como para todos los que no son indiferentes al destino de nuestro país, escuchar las últimas declaraciones de Yevgueni Víktorovich —Prigozhin—; y es el doble de desagradable que la dirección del Ministerio de Defensa ruso no se reúna con la dirección del Grupo Wagner para tomar cualquier decisión o hacer una aclaración. Después de todo, Prigozhin merece respeto por la inestimable contribución de los miembros de Wagner en la liberación de las ciudades de Donbás”, afirmó el mandatario checheno a través de sus redes sociales tras estallar este nuevo enfrentamiento, y recordó que sus unidades paramilitares, los kadirovtsi, también se han visto desabastecidas en la guerra, aunque dejó un recado a Wagner. “Por cierto, filmar los cuerpos de los camaradas muertos para protestar en público… está mal. No hagamos eso nunca”.
Si el anuncio de Prigozhin es cierto, el alto mando ruso reforzaría a Wagner en su guerra de desgaste en Bajmut justo cuando las autoridades rusas han ordenado sacar a la población de casi dos decenas de localidades de la zona ocupada de Zaporiyia. Temen que comience allí la nueva ofensiva ucrania en los próximos días o semanas.
Según la inteligencia estadounidense, Wagner, nutrida con presos a los que se promete el indulto tras finalizar su contrato de seis meses, ha soportado aproximadamente la mitad de las bajas rusas desde el invierno debido a su brutal ofensiva de Bajmut. Washington asegura que las pérdidas de las fuerzas armadas del Kremlin suman desde entonces 20.000 muertos y 80.000 heridos.
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