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El presidente de la BBC, forzado a dimitir por ayudar a Boris Johnson a conseguir un préstamo

El exbanquero de inversión Richard Sharp, investigado por supuestas incompatibilidades con el cargo, se mantendrá en el puesto hasta finales de junio

Rafa de Miguel
Richard Sharp, en el Parlamento británico, el pasado febrero.
Richard Sharp, en el Parlamento británico, el pasado febrero.Getty

El presidente de la corporación de radiotelevisión pública británica BBC, Richard Sharp, ha tirado finalmente la toalla, después de hacer frente durante meses al descontento y rebelión que se había extendido entre los trabajadores del ente público y numerosos diputados conservadores y laboristas. Sharp ha presentado este viernes su dimisión, justo antes de la publicación de un informe independiente que expresaba, negro sobre blanco, cómo el exbanquero de inversión quebrantó las reglas de incompatibilidad de la corporación justo antes de que fuera propuesto y elegido para liderarla.

La corporación pública encargó una investigación independiente al abogado Adam Heppinstall. Sus conclusiones, que han sido dadas a conocer este viernes, han sido demoledoras para Sharp, que ha anunciado de inmediato su dimisión, pero se mantendrá en el puesto hasta finales de junio.

El documento deja claro que Sharp ayudó al ex primer ministro conservador Boris Johnson, quien precisamente lo nombró para el puesto, a obtener en 2020 un crédito personal de más de 900.000 euros que le permitiera salir de apuros. El entonces primer ministro andaba agobiado por las responsabilidades financieras derivadas de su divorcio de Marina Wheeler, con quien estuvo casado 25 años, así como por el dinero que se había visto obligado a reembolsar por la decoración del apartamento de Downing Street. El banquero puso en contacto al millonario canadiense Sam Blyth, deseoso de mostrar su apoyo a Johnson y ofrecer sus recursos financieros, con el equipo del entonces primer ministro. Sharp, sin embargo, insistió en todo momento en que no había pruebas, más allá de esa presentación, “de que jugara algún papel en la concesión, acuerdo o financiación de un préstamo al ex primer ministro”.

Sharp, de 67 años, es un viejo conocido del actual primer ministro, Rishi Sunak. Fue su jefe durante el tiempo en que Sunak trabajó en el banco de inversión Goldman Sachs, y el político llegó a ficharle como asesor durante el tiempo en que estuvo al frente del Ministerio de Economía. El banquero expresó en su momento tanto a Johnson como a Sunak su voluntad de presentar la candidatura a presidir la BBC, y Downing Street se encargó de dejar claro que iba a ser el único aspirante a quien apoyaría. El abogado Heppinstall critica en su informe la filtración a los medios de esa apuesta personal del Gobierno, por lo que tuvo de desincentivo para otros candidatos y el modo en que acabó condicionando todo el proceso de selección.

Sin embargo, desde que salió a la luz su intermediación para ayudar a que Johnson saliera indemne de sus apuros económicos, el actual primer ministro tomó distancia con el presidente de la BBC y no quiso brindarle apoyo público.

El pasado febrero, la Comisión de Medios, Cultura y Deporte del Parlamento británico sometió a una tensa sesión a Sharp y concluyó que había quebrado, con su comportamiento, los “estándares éticos esperados” en alguien que ocupa un puesto como el suyo, y que había cometido “un importante error de juicio” al seguir adelante con su candidatura.

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Sharp ha peleado hasta el final con su equipo jurídico y, de hecho, logró que el abogado Heppinstall rebajara en parte el tono de sus acusaciones después de escuchar su réplica. “El Sr. Heppinstall sostiene que quebranté el código de buena gobernanza en materia de nombramientos públicos, pero también indica que esa quiebra no invalida necesariamente un nombramiento”, ha señalado Sharp en su carta de dimisión. “En cualquier caso, he decidido que debo dar prioridad a los intereses de la BBC. Creo que este asunto habría sido una distracción para el buen desempeño de la corporación”, ha añadido.

Esa interferencia pudo verse claramente durante el malogrado episodio de Gary Lineker, el exfutbolista y presentador del programa Match of The Day, que el pasado marzo fue suspendido de su puesto, después de que criticara en Twitter el endurecimiento de la política migratoria de Sunak. El director general de la corporación, Tim Davie, se vio obligado a reincorporar a la estrella mediática después de una catarata de críticas de diputados y aficionados, y una rebelión de los periodistas y presentadores deportivos de la cadena que puso en riesgo su programación. Aunque Sharp no intervino directamente en el episodio, la investigación a la que se hallaba sometido arrojó una enorme sombra sobre la autoridad moral de la dirección de la corporación y sobre el modo en que había pretendido dar una lección a Lineker.

Desprecio de los conservadores hacia la BBC

Sharp era un hombre respetado por sus tareas filantrópicas y su buen carácter, pero el nombramiento simbolizó el creciente desprecio que los conservadores tenían hacia la BBC, a la que acusaban de un sesgo izquierdista y falta de imparcialidad. Johnson llegó a ensayar la posibilidad de ahogar financieramente al ente y eliminar la tasa anual de 180 euros que los ciudadanos pagan para sostener la radiotelevisión pública. Parte del compromiso del banquero de inversión, que en su nuevo puesto pasó a cobrar un sueldo anual de 180.000 euros, era precisamente corregir ese rumbo. Curiosamente, durante su mandato acabó enmendando errores pasados y aumentó la financiación del servicio exterior de la corporación, uno de los departamentos con mayor prestigio internacional.

Sin embargo, el descontento de los empleados era cada vez mayor, hasta hacerse insuperable. Y la oposición laborista supo desde un principio que Sharp era presa fácil: “Su comportamiento ha causado un enorme daño a la reputación de la BBC, y ha socavado gravemente su independencia como resultado del amiguismo y las corruptelas del Partido Conservador”, ha dicho la portavoz laborista de Cultura y Medios, Lucy Powell, poco después de que llegara a sus manos el informe independiente.

El Gobierno de Sunak comenzará de inmediato un nuevo proceso de nominación y selección de candidatos a presidir la BBC para un mandato de cuatro años. De este modo, aunque la oposición laborista venciera en las elecciones generales previstas para finales de 2024 y llegara a Downing Street, no estaría en condiciones de designar un nuevo presidente de la corporación hasta 2027.

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Sobre la firma

Rafa de Miguel
Es el corresponsal de EL PAÍS para el Reino Unido e Irlanda. Fue el primer corresponsal de CNN+ en EE UU, donde cubrió el 11-S. Ha dirigido los Servicios Informativos de la SER, fue redactor Jefe de España y Director Adjunto de EL PAÍS. Licenciado en Derecho y Máster en Periodismo por la Escuela de EL PAÍS/UNAM.

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