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Varios países inician la evacuación de sus ciudadanos de Sudán tras la salida de EE UU

Arabia Saudí ha concluido la repatriación; Francia, el Reino Unido, Países Bajos y Alemania la han iniciado y España, China o Corea del Sur se preparan para ello

Miembros de la Marina saudí atienden a un niño durante la evacuación que Riad ha llevado a cabo desde Puerto Sudán, a 800 kilómetros de Jartum. Vídeo: REUTERS TV (REUTERS)
Agencias
Jartum -

Los persistentes enfrentamientos entre el Ejército y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) en Sudán han movido a numerosos países a acelerar la evacuación de su personal diplomático y ciudadanos en el país africano. El presidente estadounidense, Joe Biden, anunció ya en la noche del sábado (madrugada del domingo en España) que Estados Unidos ha evacuado a su personal gubernamental de Jartum y ha suspendido temporalmente las operaciones de la Embajada en Sudán. El mandatario señaló en un comunicado difundido por la Casa Blanca que Etiopía, Yibuti y Arabia Saudí fueron “decisivos” para que esa salida se produjera con éxito. “Suspendemos temporalmente las operaciones de la Embajada de Estados Unidos en Sudán, pero nuestro compromiso con los sudaneses y con el futuro que quieren no tiene fin”, añadió Biden en la nota, donde dijo estar “orgulloso” del trabajo efectuado por el personal estadounidense en la legación diplomática.

Horas después, numerosos países han anunciado este domingo operaciones de salida de sus nacionales pese a los combates en la capital. Francia ha comenzado la “operación de evacuación rápida” de sus ciudadanos y del personal diplomático, según el Ministerio francés de Relaciones Exteriores. La operación incluye a ciudadanos europeos y de países aliados. Según fuentes diplomáticas, un centenar de personas han salido en un avión de Jartum. Pero un ciudadano francés ha resultado herido en un ataque contra uno de los convoyes de evacuación, ha informado un oficial bajo condición de anonimato a The New York Times. El Ejército sudanés y las milicias paramilitares opositoras se han acusado mutuamente de la agresión.

Por su parte, el primer ministro británico, Rishi Sunak, ha celebrado a media tarde la salida del personal diplomático del Reino Unido y de sus familias, en una evacuación “compleja y rápida”. El ministro de Defensa, Ben Wallace, ha explicado que la operación se ha realizado junto con EE UU, Francia y otros aliados no identificados. Sin embargo, aún no han sido rescatados el resto de ciudadanos británicos. Un ciudadano llamado William ha contado a Sky News que no ha oído nada del Ministerio de Exteriores de su país y que no ve factible para los extranjeros recorrer cientos de kilómetros y pasar los controles militares para llegar a la frontera. El ministro de Exteriores, James Cleverly, ha aconsejado a los británicos que están en Sudán que se refugien en lugares cerrados e informen de su paradero.

España y Corea del Sur ya tienen en Yibuti aviones y blindados preparados para sacar del país a ciudadanos y personal cuando la situación lo permita. Hay unos 60 españoles atrapados en Jartum. El pequeño Estado de Yibuti, en el Cuerno de África, a unos 1.300 kilómetros de la capital sudanesa, se ha convertido en la gran base logística de los países para la evacuación: entre otros, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, España y Japón. Todos los países con presencia en la zona están en contacto a través de sus Estados Mayores y se ha establecido un equipo de coordinación sobre el terreno.

Ciudadanos saudíes embarcando en Puerto Sudán, evacuados del país africano por el recrudecimiento de los enfrentamientos.
Ciudadanos saudíes embarcando en Puerto Sudán, evacuados del país africano por el recrudecimiento de los enfrentamientos. SAUDI MINISTRY OF DEFENSE (via REUTERS)

También han anunciado evacuaciones China, Turquía, así como Países Bajos, según ha dicho su ministro de Exteriores, Wopke Hoekstra, que ha afirmado que un primer grupo de holandeses ya ha logrado dejar el país en un avión francés. También Alemania está en proceso de evacuar a unos 200 ciudadanos, e Italia prevé la salida en breve de unos 140 nacionales junto a ciudadanos de Suiza, el Vaticano y otros países europeos. Mientras, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha anunciado en Twitter que la “primera evacuación” de diplomáticos de la UE y ciudadanos ha arrancado. En su mensaje, Michel agradece sus esfuerzos al alto representante de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, al presidente francés, Emmanuel Macron, y a Yibuti.

A última hora del sábado, Arabia Saudí afirmó haber concluido la evacuación al haber trasladado a 157 de sus ciudadanos, así como a algunos de otras nacionalidades. Kuwait también adelantó que había iniciado la operación de la salida de 300 personas, mientras que Egipto ha empezado a sacar a ciudadanos de Puerto Sudán y Wadi Halfa. Turquía efectuará la movilización de sus ciudadanos “por carretera, a un tercer país”, ha informado el Ministerio de Exteriores turco en un comunicado. Un viaje que “durará entre 22 y 24 horas” y en el que pueden transportar un equipaje máximo de ocho kilos, donde se incluyen comida y agua para la travesía.

El embajador de Moscú, por su parte, afirma que unos 140 de los cerca de 300 rusos en el país africano quieren salir y que los planes están en marcha, pero aún no se pueden ejecutar porque implican cruzar líneas del frente de los combates.

Estados Unidos, mientras, asegura estar haciendo lo posible por ayudar a sus ciudadanos en el país. “También estamos trabajando estrechamente con nuestros aliados y socios en este esfuerzo”, ha dicho Biden. “Esta trágica violencia en Sudán ya ha costado la vida de cientos de civiles inocentes. Es inconcebible y debe parar. Las partes beligerantes deben implementar un alto el fuego inmediato e incondicional, permitir el acceso humanitario sin trabas y respetar la voluntad del pueblo de Sudán”, ha pedido.

Nubes de humo en Jartum, que evidencian que la violencia perdura este sábado en las calles de la capital de Sudán.
Nubes de humo en Jartum, el sábado en las calles de la capital de Sudán.Marwan Ali (AP)

Los esfuerzos por sacar a los residentes extranjeros frustran a algunos sudaneses que consideran que las facciones rivales muestran menos preocupación por la población del país. “Ver marchar a los extranjeros me ha disgustado porque veo que el ejército y las FAR han ayudado a algunos grupos, mientras que a nosotros nos siguen golpeando”, declaró Alsadig Alfatih, que el domingo consiguió salir de su casa por primera vez desde que estallaron los combates.

Los combates iniciados el día 15 entre el Ejército de Sudán y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) surgieron tras semanas de tensión en torno a la reforma de las fuerzas de seguridad en las negociaciones para formar un nuevo Gobierno de transición. Ambas fuerzas fueron artífices del golpe de Estado conjunto que derrocó al Gobierno de transición de Sudán en octubre de 2021. La asonada militar acabó con el proceso de democratización del país tras la dictadura de Omar al Bashir, derrocado en 2019 por protestas sociales masivas tras tres décadas en el poder. Aunque el líder del golpe y jefe del Ejército, Al Burhan, prometió que nombraría un Ejecutivo tecnócrata para dirigir el país hasta la convocatoria de nuevas elecciones, se encontró con una amplia oposición popular y ha tenido que hacer frente con pocos apoyos a una grave crisis económica, altos niveles de violencia interna y un fuerte aislamiento diplomático.

Desde el estallido del conflicto, según el recuento ofrecido el viernes por la Organización Mundial de la Salud (OMS), al menos 413 personas han muerto y 3.551 han resultado heridas en Sudán. La tregua de tres días propuesta esta semana por la ONU no se ha respetado.

Los combates han dejado a una parte de la población sin acceso a agua, alimentos y atención sanitaria en las ciudades. Grupos comunitarios y páginas web intentan movilizar ayuda médica y encontrar suministros básicos. En Jartum, un comité de protesta que organizó en el pasado manifestaciones contra el consejo militar en el poder se ha transformado en una especie de servicio sanitario de base. “Cuando empezó la guerra, esa misma noche nos reunimos para empezar a buscar voluntarios”, explica Azza Surketty, miembro del Comité de Resistencia de Maamoura, que se formó durante el levantamiento de 2019 y ayudó a organizar la ayuda durante la pandemia en ese distrito de la capital. El comité ha movilizado a personal sanitario y ha reabierto un centro de salud local para casos urgentes. “Los médicos nos ayudan a tratar muchos casos, incluidos los disparos. Pero la situación se complica cuando hay mucha hemorragia, lo que requiere un hospital”, afirma Surketty.

Por su parte, Makram Waleed, un médico de 25 años, ha creado una comunidad de WhatsApp que ya tiene 1.200 miembros, para compartir información sobre suministros básicos. “Hemos conseguido que algunas personas reciban medicinas y alimentos”, explica. “No tenemos dinero o ayuda financiera, simplemente tratamos de facilitar la comunicación entre la gente”, añade.

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