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Ortega y Murillo, en un callejón de pocas salidas, entre el silencio y más represión

Ante el aislamiento internacional de Nicaragua, que incluye la suspensión de relaciones con El Vaticano, el Gobierno sandinista se alinea con China, Rusia e Irán

Nicaraguan police have their picture taken with President Daniel Ortega, in Masaya, Nicaragua, Friday, July 13, 2018
El presidente de NIcaragua, Daniel Ortega, posa junto a dos efectivos de la policia.Cristobal Venegas (AP)
Wilfredo Miranda Aburto

Ocho días antes que el Papa Francisco catalogara al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo como una “dictadura grosera” y “hitleriana” el pasado 10 de marzo, un grupo de expertos de Naciones Unidas concluyó que la pareja presidencial ha sido responsable de cometer “crímenes de lesa humanidad” en Nicaragua. Mientras, en el destierro, los presos políticos despojados de su nacionalidad no han cejado en denunciar a la administración sandinista ante instancias internacionales, lo que ha contribuido a visibilizar aún más el aislamiento de Managua. La reacción del Gobierno ha sido, extrañamente, si se toma en cuenta la visceralidad de su estilo, un ponderado silencio.

La reacción más enérgica de Ortega fue un gesto mudo: la “suspensión” de las relaciones con El Vaticano el 12 de marzo a través de un comunicado. Sin embargo, en sus últimos cuatro discursos públicos (el 6, 15 y 23 de marzo), el mandatario ha ablandado el tono; no ha vociferado contra la Iglesia Católica, el obispo Rolando Álvarez, los presos políticos desterrados o las sanciones internacionales, a excepción de sus habituales alusiones antiimperialistas de corte histórico.

La vicepresidenta, Rosario Murillo, tampoco ha ocupado sus alocuciones diarias para atacar a sus críticos. No han dicho ni una sola palabra o referencia al actual contexto político en el que se encuentran, tras el fracaso que significó la excarcelación de 222 presos políticos que buscaba, según analistas políticos, un alivio de la presión internacional con una negociación con Estados Unidos.

La pareja presidencial está en una posición incómoda: buscando un reacomodo, tanteando los posibles escenarios, pero los analistas tampoco la subestiman. “Ortega está metido en un callejón sin salida, pero es muy fuerte a lo interno (de Nicaragua). No cometamos el error de creer que está débil, pero ya no tiene muchas opciones”, asegura Eliseo Núñez, exdiputado opositor en el exilio. “El tema de los delitos de lesa humanidad, probablemente, no lo afecten a él personalmente por la edad, pero hay preocupación en toda la oficialidad del Ejército y la policía que participaron en la masacre; mandos que hoy tienen menos de 60 años. Estos modelos de persecución de delitos de crímenes de lesa humanidad los alcanzan ya cuando ellos estén en su vejez, con pocos recursos para protegerse y sin un Estado que les dé la protección como ahora”, agrega.

Por otro lado, Edipcia Dubón, opositora despojada de su nacionalidad, sostiene que las maniobras con la Iglesia, la desnacionalización, pero sobre todo la confiscación de bienes que el régimen ha venido ejecutando en las últimas semanas acarrea incertidumbre económica. “¿Qué crea esto? Incertidumbre en la continuidad de los flujos de las instituciones financieras internacionales, incluyendo al Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). Hay desconcierto y dudas en los sectores económicos que han apoyado a la cúpula orteguista, incluyendo la denominada burguesía sandinista. Sectores que sin duda tienen intereses que defender y la suficiente perspicacia política como para darse cuenta de que ellos pueden tener un mañana sin Ortega”, sostiene.

Elogios a Xi Jinping

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En orden de apariciones, Ortega primero habló desde Caracas, donde viajó para conmemorar el décimo aniversario de la muerte de Hugo Chávez. Criticó de manera muy tangente a la ONU por “apoyar el terrorismo contra los pueblos de Cuba, Venezuela y Nicaragua”. El 15 de marzo remitió un discurso a un evento llamado Diálogo de Alto Nivel del Partido Comunista de China con los partidos Políticos del Mundo. Planteó que “el modelo neoliberal de pretendido dominio y sumisión de los pueblos del mundo está agotado”, y felicitó al “compañero y camarada Xi Jinping por su reelección al frente de la Presidencia de la República Popular China”. Este 23 de marzo, presidió otro acto del aniversario de la Cruzada de Alfabetización de Nicaragua y se limitó a contar recuerdos revolucionarios.

A Félix Maradiaga, excandidato presidencial y preso político desterrado, no le extraña que el régimen elogie no sólo a China, sino que esté alineado con la Rusia de Putin. “Ortega y Murillo ya no tienen ningún amigo que sea un actor creíble en la comunidad internacional. También tiene la soga al cuello con las sanciones y la posibilidad de más aislamiento financiero. Todo esto lleva a la dictadura a alinearse de manera más acelerada con autocracias como China, Rusia e Irán. También hace al régimen más peligroso, no sólo para los nicaragüenses que sufren represión y exilio forzado, sino que también lo hace más peligroso para la región. Ortega afianza estas alianzas con regímenes peligrosos, y lo hace en un contexto de mucha polarización y volatilidad global”, apunta.

El informe anual del Director Nacional de Inteligencia de Estados Unidos colocó a Nicaragua como una de las “piezas” de Rusia en el hemisferio occidental, y calificó al Gobierno de Putin como una de las “amenazas mundiales” para la seguridad nacional de Estados Unidos.

“Todos estos factores hacen a la dictadura más peligrosa. Creo que quienes han usado el término Talibanización no han exagerado”, agrega Maradiaga. “Eso es lo que está pasando. Hay un recrudecimiento que se va a expresar también, y ojalá me equivoque, en más expropiaciones, en más confiscaciones de propiedades privadas de nicaragüenses y de extranjeros radicados en Nicaragua. Ortega y Murillo van hacia un modelo de una Corea del Norte tropicalizada”. Por eso, para él, el liderazgo a favor de la democracia, ahora desde el exilio, debe ser muy realista y muy pragmático. “Debemos seguir trabajando incansablemente en unidad pero al mismo tiempo reconociendo que la salida es posible, aunque parezca compleja. Estoy convencido que a los Ortega-Murillo se les puede detener; pero eso sólo será posible de la mano de una comunidad internacional que use todas las herramientas de la diplomacia, con todo su poder”, apunta.

Nuevas capturas

Por ahora, el régimen ha reactivado el efecto puerta giratoria de la prisión al reactivar las capturas de opositores. La policía capturó la noche de este jueves 21 de marzo a la doctora Anely Pérez Molina, integrante de la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia. Mientras que en la ciudad de Masaya, los oficiales amenazaron con arrestar al sacerdote Pedro Méndez. El periodista desterrado Anibal Toruño denunció este viernes que la casa propiedad de sus hijos en la ciudad de León, en el occidente del país, fue confiscada “de facto”.

“Estamos ante un régimen que actúa desenfrenadamente y de forma absurda”, dice la exdiputada Dubón. “Veo que tiene solamente tres alternativas: la de aflojar y abrir algún espacio, la de dejar que transcurra un tiempo en el mismo estatus sin retroceder; esperando un viento favorable, por ejemplo, que cambie la correlación Rusia-Ucrania; o la última opción es que se implementen nuevas formas de represión. Pero por ahora descarto la posibilidad de que afloje. Ya habrá algún espacio. La verdad es que él es un maestro de los tiempos”, concluye.

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Sobre la firma

Wilfredo Miranda Aburto
Periodista nicaragüense. Colaborador de EL PAÍS basado en Costa Rica, donde está exiliado. Ha cubierto temas políticos, en especial sobre violaciones de derechos humanos: desplazamiento forzado, tráfico ilegal de tierras indígenas, medio ambiente y ejecuciones extrajudiciales en Centroamérica. Ha ganado el premio Ortega y Gasset y el Rey de España.

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