El presidente de Israel pide al Gobierno retirar la reforma judicial por poner en riesgo “los fundamentos democráticos del país”
Herzog ha pronunciado un discurso a la nación al final de una jornada de protesta en la que los manifestantes bloquearon durante dos horas el acceso al aeropuerto de Tel Aviv. Intentaban evitar que Netanyahu volase a Roma
El presidente de Israel, Isaac Herzog, ha entrado a fondo este jueves en la crisis política y social que atraviesa el país al pedir al Gobierno, en un inusual discurso a la nación, que retire “para siempre” su polémica propuesta de reforma judicial y la reemplace por un texto de consenso que han ido esbozando en los últimos días académicos de distintas ideologías. En Israel, el presidente tiene un papel protocolario, pero puede abandonarlo para arbitrar en las crisis políticas; y Herzog ―acusado de tibieza en los últimos días por los detractores de la reforma― lo ha hecho para calificar las leyes propuestas (aprobadas la semana pasada en el Parlamento en primera de tres lecturas) de “equivocadas, opresivas y un riesgo para los fundamentos democráticos del país”. “La legislación, tal y como es ahora, debe desaparecer del mundo [...] Debe ser reemplazada inmediatamente por un plan distinto y acordado”, ha subrayado. También ha dicho que existe acuerdo en “la inmensa mayoría” de temas en torno a un texto alternativo de compromiso sobre el que trabaja “sin descanso”.
Herzog ha hecho su discurso (el segundo en la presente crisis, tras uno a mediados de febrero) al final del “Día de la resistencia contra la dictadura”, como lo bautizó el movimiento de protesta contra la reforma. En un nuevo pulso al Gobierno, decenas de miles de israelíes han participado este jueves en manifestaciones, marchas y escraches en más de cien puntos del país.
La marcha principal ha tenido lugar en Tel Aviv, donde miles de personas se han manifestado con banderas israelíes y cánticos como “Ha llegado el momento de echar al déspota”. La ciudad costera es el epicentro del movimiento de protesta que ha sacado a las calles a cientos de miles de israelíes en los últimos dos meses. De salir adelante, la propuesta de reforma criticada por Herzog debilitará al Tribunal Supremo y cambiará en beneficio del Ejecutivo el sistema de elección de sus magistrados. El Gobierno de Netanyahu, que juró el cargo en diciembre, la defiende como una forma de dar más poder a las instituciones democráticamente electas frente a un Supremo al que acusan de intervenir en demasía y con intencionalidad política. Sus detractores ven, en cambio, un intento de laminar la división de poderes por parte del Gobierno más derechista en las siete décadas de historia del país, al estilo de lo sucedido en Polonia y Hungría. Son dos países cuyos nombres corean con frecuencia los israelíes en las manifestaciones para dejar claro al Ejecutivo que no es el camino que quieren que recorra su país.
La reforma permitiría al Parlamento anular una decisión del Supremo y convertiría a los asesores legales del Gobierno (hoy cargos profesionales con opiniones vinculantes) en políticos cuya valoración solo sería consultiva. También daría al Ejecutivo en la práctica una mayoría en el comité que nombra a los jueces de la corte y eliminaría una herramienta jurídica que permite al Supremo dejar sin efecto aquellas decisiones o nombramientos políticos que considere “irrazonables”.
Durante la jornada, un grupo de manifestantes ha llegado a bloquear algo más de dos horas el principal acceso al aeropuerto de Tel Aviv, Ben Gurión, con el objetivo de impedir ―sin éxito― que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, volase a Roma para reunirse con su homóloga italiana, Giorgia Meloni. La policía desvió el tráfico sin causar interrupciones graves en el funcionamiento de la terminal afectada y despejó la zona. Algunos agentes emplearon la fuerza, pero de forma puntual, y no llegaron a hacer uso de los cañones de agua que trasladaron a la zona. El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, que había advertido en una entrevista con el canal 13 de que no permitiría “a los anarquistas bloquear el aeropuerto”, se personó en Ben Gurión para supervisar su funcionamiento. “No está bien arruinar la vida de 70.000 personas”, dijo en referencia a los viajeros que estaba previsto que utilizaran las instalaciones durante la jornada.
Algunos pasajeros han tenido que caminar con la maleta en el arcén de la carretera para llegar al aeródromo. Los organizadores de la protesta habían advertido antes a quienes viajaban que facturasen con antelación y fuesen con tiempo. El atasco en la carretera de Jerusalén a Tel Aviv era notable. “No permitiremos que se perturbe la vida de los ciudadanos de Israel [...] No permitiremos a nadie cancelar la decisión de la mayoría en el Estado de Israel, expresada en las últimas elecciones”, señaló Netanyahu este jueves por la tarde en su canal de Telegram. Hay 15 detenidos en las dos principales ciudades, Tel Aviv y Jerusalén.
No está claro cómo llegó al aeropuerto el primer ministro. Primero se anunció que en helicóptero militar desde Jerusalén, pero algunos medios locales apuntan a que fue un señuelo. Lo que es seguro es que la protesta obligó a modificar la visita del secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, que tuvo que cambiar sus planes y entrevistarse en el propio aeropuerto con Netanyahu y su homólogo israelí, Yoav Gallant.
La protesta ha dejado también huelgas parciales, piquetes en las universidades y escraches frente a las casas de miembros del Ejecutivo. En el norte del país, decenas de embarcaciones y kayaks han tratado de impedir el acceso al puerto de Haifa. Varios vehículos han obstaculizado además un cruce. Algunos colectivos, como trabajadores sociales, veteranos del ejército, abogados o empleados de sectores como la alta tecnología o la sanidad, han protagonizado manifestaciones.
El discurso de Herzog y la nueva exhibición de fuerza de los manifestantes se produce en medio de la expansión de la protesta al ejército, la institución mejor valorada con diferencia por los israelíes judíos, en parte por su papel unificador en un país atravesado por numerosas fracturas internas. La última muestra es una carta en la que unos 400 reservistas de la unidad especial Maglan piden al ministro de Defensa, Yoav Gallant, que use su influencia para detener la reforma judicial a fin de “proteger al Estado de Israel”, y advierten de que no se quedarán “de brazos cruzados” si acaba saliendo adelante, porque “cambiaría el rostro del país”. Este jueves, la Fuerza Aérea ha anunciado su primer castigo: la expulsión de un reservista, al que no identifica, por “incumplir las instrucciones del comandante”.
Borrador de consenso
El esbozo de texto de consenso al que ha aludido el presidente es fruto de un canal paralelo que ha creado con académicos de distintas tendencias ideológicas, dado que Gobierno y oposición no están dialogando formalmente sobre la reforma: el primero insiste en hacerlo en paralelo al trámite parlamentario y el segundo exige su paralización para sentarse a la mesa de negociaciones. Según el diario Yediot Aharonot, en la versión remozada, la Kneset (Parlamento) no podría anular las decisiones del Supremo, ni el Gobierno contaría con mayoría automática para elegir a los jueces. En cambio, la corte quedaría despojada de la facultad de tumbar leyes básicas (con carácter constitucional en un país sin Constitución) y la herramienta de la “irrazonabilidad” quedaría limitada a decisiones “patentemente absurdas” que no versen sobre “políticas o nombramientos”.
El secretario del Gobierno, Yossi Fuchs, con tareas similares a las de un jefe de gabinete, ha calificado en Twitter la propuesta de “seria” y de “base para la negociación”, con tan solo “algunas lagunas”. Herzog ya aseguró el lunes que la posibilidad de un acuerdo marco “está más cerca que nunca” gracias a las negociaciones “entre bambalinas”. Los líderes de la protesta le respondieron, sin embargo, que sus “esfuerzos sinceros están desafortunadamente destinados al fracaso”. “Hasta que no retiren [el Gobierno] su intención de transformar Israel en una dictadura, no detendremos nuestra lucha para preservar Israel como Estado judío y democrático”, sentenciaron.
La polémica parece haber empezado a generar divisiones en el seno del Ejecutivo. La radio pública ha informado de que varios ministros del Likud, el partido de derechas que lidera Netanyahu, le insisten cada vez más para que ordene al titular de Justicia, Yariv Levin, que pise el freno, por el deterioro de imagen que está sufriendo la formación.
Mientras, la violencia ha continuado en la zona. Durante la jornada, el ejército israelí ha matado a tres milicianos de la Yihad Islámica en una redada en el pueblo cisjordano de Jaba, cerca de la ciudad de Yenín, y un palestino ha herido esta noche a tres personas en un atentado en Tel Aviv. Una de ellas se encuentra en estado muy grave. La policía ha abatido al atacante. Hace dos días, soldados israelíes mataron a seis milicianos palestinos en otra incursión, en el campo de refugiados de Yenín.
El primer ministro (casi) no tiene quien le transporte
El viaje a Italia de Netanyahu este jueves ha venido precedido de una saga que muestra el alcance de la protesta. En los días previos, la aerolínea nacional, El Al, tradicionalmente encargada de los desplazamientos al extranjero de los primeros ministros, no encontró un solo piloto dispuesto a llevar a los Netanyahu (Benjamín y su esposa, Sara), aparentemente por una rebelión soterrada, según medios locales. Normalmente, estos viajes se planifican con semanas de antelación, pero los que se añaden más adelante a la agenda, como este, dependen de que un piloto se presente voluntario a hacerlo fuera de su horario habitual de trabajo.
Ante esta situación, la oficina del primer ministro abrió la licitación el domingo a otras compañías aéreas nacionales. La ganó de nuevo El Al y su primera ejecutiva, Dina Ben Tal Ganancia, anunció que el vuelo contará con personal “de acuerdo a los protocolos de la compañía y despegará con normalidad en la fecha prevista”. Netanyahu, sin embargo, no ha volado (como es habitual y quería) en un Boeing 777, sino en un 737, de los que la aerolínea tiene más en su flota y, por tanto, más pilotos entrenados para dirigirlos. La clase Business del modelo 777 es más grande que la del 737 y cuenta con asientos plenamente reclinables para hacer de cama.
Aunque El Al vinculó el incidente a la falta de pilotos del modelo 777 tras la pandemia, las palabras de Ben Tal Ganancia apuntan en otro sentido: “No echaremos un cable a ningún tipo de boicot, desde luego no contra el primer ministro de Israel […]. Es un gran honor para nosotros transportar al primer ministro en los viajes de Estado. Es lo que siempre hemos hecho y lo que haremos en el futuro”.
A esto se suma una publicación en Facebook este jueves de una traductora del hebreo al italiano, Olga Dalia Padua, en la que asegura haber rechazado una oferta para ejercer de intérprete de Netanyahu en Roma por considerar su liderazgo “extremadamente peligroso en todo lo referente a la democracia en el Estado de Israel” y, sobre todo, porque —subraya— sus hijos no se lo perdonarían. “Siempre me animan a aceptar trabajos nuevos. Pero en este caso estaban decididos: no cooperamos con quienes promueven principios fascistas y reprimen la libertad […]. Decidí escucharlos”, concluye su respuesta a la propuesta.
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