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Kamala Harris asegura que EE UU tiene pruebas de que Moscú ha cometido “crímenes contra la humanidad” en Ucrania

Bruselas plantea un sistema de compras comunes para incrementar la capacidad de producción de armas y municiones

La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, se dirige este sábado a los participantes en la Conferencia de Seguridad de Múnich.Foto: THOMAS KIENZLE (AFP) | Vídeo: REUTERS

La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, ha denunciado los “atroces” crímenes cometidos por Rusia en la guerra de Ucrania y ha asegurado que su Gobierno ha concluido que se trata de “crímenes de lesa humanidad”, según ha afirmado durante su intervención este sábado en la Conferencia de Seguridad de Múnich. Los perpetradores, ha avisado, “tendrán que rendir cuentas ante la justicia”. “Debemos estar de acuerdo en que, en nombre de las víctimas, conocidas y desconocidas, es necesario impartir justicia”, ha añadido.

Las declaraciones de Harris se producen cuando está a punto de cumplirse un año desde el inicio de la invasión, lanzada el 24 de febrero de 2022, y ante la visita del presidente estadounidense, Joe Biden, a Polonia la próxima semana. Washington trata de aislar todavía más al presidente ruso, Vladímir Putin, y de preparar a Ucrania para una contraofensiva del Kremlin en primavera, para la que Kiev necesita armas más avanzadas y de mayor alcance de los aliados occidentales. La conclusión sobre los crímenes cometidos por Rusia no tiene efectos inmediatos para el conflicto, pero contribuye a aumentar la presión de cara a futuros juicios y sanciones de tribunales internacionales.

Una investigación de Naciones Unidas publicada en diciembre pasado ya concluyó que las tropas del Kremlin cometieron crímenes de guerra. Así, el informe de la ONU recogió distintos casos de matanzas de civiles, como el de Bucha, ciudad cercana a Kiev, donde las tropas ocupantes dejaron las calles regadas de cadáveres. La conclusión estadounidense de que se trata de “crímenes contra la humanidad” significa que Washington acusa a Rusia del delito más grave del derecho internacional, en el que los actos criminales son sistemáticos, generalizados e intencionados contra la población civil. Rusia niega haber atacado intencionadamente a civiles, así como la comisión de ningún crimen.

Episodios “bárbaros e inhumanos”

Harris ha denunciado que los ataques del ejército ruso a la población se ejecutaron “de forma sistemática” y se ha referido a varios episodios, especialmente “bárbaros e inhumanos”, como las decenas de víctimas halladas en Bucha; el bombardeo del 9 de marzo en una maternidad de Mariúpol, en el sureste de Ucrania, en la que entre las tres víctimas mortales hubo un niño, y la agresión sexual a un niño de cuatro años por parte de un soldado ruso que reseñó el informe de la ONU. También ha hablado de personas deportadas por la fuerza: “Centenares de miles, incluidos niños”.

Rusia es ahora un país “debilitado”, ha asegurado la vicepresidenta estadounidense, después de que la coalición de aliados occidentales haya contribuido a defender a Ucrania de la agresión. Washington seguirá apoyando a Kiev “el tiempo que haga falta”, ha subrayado Harris, que ha advertido de que el tiempo “no juega a favor de Moscú”. “Ningún país puede estar seguro en un mundo en el que otra nación puede violar su soberanía e integridad territorial; donde los crímenes contra la humanidad permanecen impunes; y donde un país con ambiciones imperialistas puede salirse con la suya”, ha remarcado la número dos de la Casa Blanca.

Ejemplo para China

Harris ha insistido en que el mundo no puede permitir que el “ejemplo violento” de Rusia cale de forma que otros países se vean alentados a seguirlo. Después, ha subrayado que le “inquieta” que Pekín haya “profundizado su relación con Rusia desde el inicio de la guerra”. También ha lanzado una advertencia en el caso de que China suministrase apoyo militar a Moscú: lo que estará haciendo es “recompensar la agresión” y “socavar todavía más el orden internacional”.

La reunión de líderes mundiales en el encuentro conocido como el Davos de la seguridad ha permitido escuchar reflexiones sobre la deriva autoritaria de algunos mandatarios y el peligro que supone no actuar. La primera ministra finlandesa, Sanna Marin, ha tildado de “enorme error” la tibia reacción occidental a la anexión de Crimea en 2014 por parte de Rusia y ha asegurado que una respuesta más contundente podría haber evitado la invasión de Ucrania en 2022. Ahora es necesario “aprender la lección”, dejar de ser “ingenuos” e invertir en defensa para que Moscú “se lo piense dos veces antes de usar la fuerza”.

Darle a Ucrania “lo que necesite”

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha abogado este sábado por darle a Ucrania “lo que necesite” para ganar la guerra “y prevalecer como nación soberana independiente en Europa”. Frente a la preocupación ante una posible escalada, ha defendido que “no hay opciones sin riesgo, pero el mayor riesgo de todos es que gane Putin”. Stoltenberg ha subrayado que una victoria de Moscú trasladaría el mensaje de que “otros líderes autoritarios pueden utilizar la fuerza para conseguir lo que quieren”. Y ha añadido: “Eso hará que el mundo sea más peligroso. Y nosotros, más vulnerables”.

“Ahora es el momento de redoblar nuestro apoyo militar”, ha insistido por su parte el primer ministro británico, Rishi Sunak. “Cuando Putin inició esta guerra, apostó a que nuestra determinación flaquearía. Pero le demostramos que se equivocaba entonces, y se lo demostraremos ahora”, ha añadido. El Gobierno de Sunak fue el primero en anunciar el envío de tanques a Kiev, los Challenger 2, y también es uno de los países que parecía más dispuesto a escuchar la solicitud de Volodímir Zelenski de contar con aviones de combate occidentales.

De momento, el premier no está dispuesto a enviar sus cazas, que considera que no podrían utilizarse en Ucrania de forma inmediata porque requieren un largo entrenamiento de los pilotos, pero sí ha dicho que apoyará a cualquier país que esté dispuesto a mandar los suyos. La semana pasada Londres anunció que empezará a entrenar a pilotos ucranios en el manejo de aviones de combate.

El ministro de Defensa ucranio, Dmitro Kuleba, ha reiterado en Múnich la petición de suministro de una munición muy controvertida y prohibida por el derecho internacional: las bombas de racimo para defenderse de la invasión rusa. Kuleba ha explicado que Ucrania no ha firmado la convención que prohíbe su uso, por lo que, desde el punto de vista legal, no habría obstáculos. Esta munición se usaría exclusivamente contra las tropas rusas, ha añadido, en declaraciones recogidas por la agencia alemana DPA. Tanto las autoridades alemanas como el secretario general de la OTAN han rechazado la petición.

El jefe de la diplomacia china, Wang Yi, fue la única nota discordante de una conferencia que prácticamente solo contó con participantes de la alianza transatlántica. Sin Rusia ni Irán, que ni siquiera fueron invitados, su discurso se esperaba con especial atención. Wang aseguró que China hará público en pocos días un documento en el que condensa su postura sobre el conflicto en Ucrania, que se resume, dijo, en una frase: instar a que empiecen las conversaciones de paz. No dio más detalles sobre el contenido del documento, a parte de subrayar que Beijing está “firmemente del lado de la paz y del diálogo”.

El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, ha señalado que según sus cálculos unos 200.000 soldados rusos han resultado muertos o heridos desde el comienzo de la invasión y que más de un millón de rusos han dejado su país porque “no quieren ser parte de esta guerra”.

Escasez de munición

Todo apunta a que el conflicto en Ucrania se prolongará. Y este rumbo de los acontecimientos ha despertado en Occidente inquietud acerca de la capacidad industrial para sostener con suficientes armas y municiones el esfuerzo bélico de Ucrania y a la vez mantener sus arsenales en un nivel adecuado. Varios líderes se han referido a esta cuestión en la Conferencia de Seguridad de Múnich. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha aprovechado la cita para plantear una iniciativa a escala europea que, a través de un esquema planificado de compras conjuntas, facilite la expansión de la capacidad de producción industrial.

Ursula von der Leyen
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, este sábado durante la Conferencia de Seguridad de Múnich.JOHANNES SIMON / POOL (EFE)

“Ahora es el momento de acelerar la producción de productos estandarizados, que Ucrania necesita desesperadamente, entre ellos munición”, ha dicho la líder comunitaria. “Lo que he pensado es usar el Mecanismo de Paz Europeo, que ya existe y sirve para financiar el suministro de armas por parte de los Estados miembros a Ucrania. Hemos reunido a la industria de la defensa europea y hemos preguntado qué es lo que necesitan para ampliar la capacidad de manufactura de productos estandarizados. Lo que tenemos que hacer es parecido a lo de la pandemia. Podemos pensar en contratos de adquisición anticipada que pueden dar a la industria la posibilidad de invertir en líneas de producción ahora”, ha explicado Von der Leyen.

Sentada a su lado en el mismo panel, Sanna Marin, primera ministra de Finlandia, ha coincidido en la “necesidad de ampliar la producción de armas y munición muy rápidamente”.

El día anterior, en la jornada inaugural de la conferencia, también el canciller alemán, Olaf Scholz, y el presidente francés, Emmanuel Macron, se refirieron a la cuestión. “Durante tiempo, hemos pensado en la relación entre ministerios de Defensa y la industria del sector como la de una empresa que está comprando un coche; creyendo que siempre habría stock, producción, o piezas de mantenimiento”, dijo Scholz. “Una vez satisfecho el pedido, aceptábamos que la producción se parara. Tenemos que entender que para nuestra seguridad es necesario cambiar esto”, prosiguió el canciller.

El líder alemán también apuntó a la necesidad de una “producción permanente de las armas más importantes que usamos, para su mantenimiento y por la munición. Eso es lo que estamos aprendiendo; estamos actuando para corregir el problema, tanto por nuestras propias capacidades de defensa como por el apoyo a Ucrania. En ese contexto, hemos reanudado la producción de munición de vehículos Gepard [tanques con capacidad antiaérea]. También estamos pensando en cómo lograr munición para los tanques de origen soviético o ruso que utiliza Ucrania. En este apartado nuestros socios del Este pueden desempeñar un papel importante”.

Macron también se refirió a la cuestión, realizando un claro llamamiento a “aumentar la capacidad de producción” de la industria de defensa europea. El presidente francés aprovechó su intervención en Múnich para exhortar a los europeos a “invertir masivamente” en este sector, como elemento indispensable para asegurar a la UE una plaza en las mesas de seguridad y geoestrategia del futuro.

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