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Rusia ataca Kiev con una nueva oleada de drones

Los 13 aviones bomba no tripulados que sobrevolaban la capital y sus alrededores han sido derribados sin que haya habido víctimas, según el presidente Zelenski

Uno de los puntos de Kiev donde han golpeado en la mañana de este miércoles los drones iraníes que emplea Rusia en sus ataques Foto: GLEB GARANICH (REUTERS) | Vídeo: EPV
Luis de Vega

Kiev ha vuelto a ser atacada con drones en la mañana de este miércoles. Hasta 13 aparatos de fabricación iraní se han dirigido hacia la capital y sus alrededores y los 13 han sido derribados por las defensas antiaéreas de Ucrania en diferentes puntos de la región, según el presidente Volodímir Zelenski. No hay víctimas, pero se han producido daños en un edificio oficial y en varios residenciales, según fuentes del Ministerio del Interior. El ataque se ha llevado a cabo con los mismos drones empleados ya anteriormente en numerosas ocasiones por Rusia en territorio ucranio desde el comienzo de la invasión a gran escala el pasado 24 de febrero. Son aparatos suicidas porque van cargados de explosivos y se dirigen directamente a golpear su objetivo, pero más fáciles de detectar y derribar que los misiles.

En concreto, se trata de aviones no tripulados modelos Shahed 131 y 136 que habían sido lanzados desde la zona del mar de Azov, según informó el mando aéreo del ejército de Ucrania. Si es así, como en ocasiones anteriores, los drones habrían sobrevolado varios cientos de kilómetros sobre territorio ucranio hasta conseguir llegar a la zona de la capital, Kiev.

Hasta el momento no hay confirmación de víctimas, aunque una televisión local ha mostrado daños en una vivienda de planta baja y los restos de lo que parece uno de los aviones no tripulados empleados. En la pieza aparece una inscripción en ruso en la que se lee: “Por Riazán”. Todo apunta a que se trata de una referencia a la base aérea militar ubicada en esa localidad rusa, a cientos de kilómetros de Kiev, y que fue atacada el pasado 5 de diciembre. Entre los lugares golpeados este miércoles se encuentran el distrito de Shevchenko de la ciudad de Kiev, una zona que se extiende junto a la avenida de la Victoria, y algún otro municipio.

Horas después, Rusia lanzó misiles contra la ciudad de Jersón, donde los proyectiles impactaron en el céntrico edificio de la Administración Militar Regional ―donde hace un mes volvió a ondear la bandera ucrania tras la retirada de las tropas rusas― y causó daños en dos plantas, según el subjefe de la Oficina del Presidente de Ucrania, Kyrylo Tymoshenko, informa EFE. Según la Oficina de la Fiscalía Regional de Jersón, uno de los proyectiles cayó en el tejado de una vivienda. Al menos seis civiles murieron en el ataque.

La última agresión perpetrada por Rusia con drones iraníes tuvo como escenario la provincia de Odesa el sábado. Hasta millón y medio de personas se quedaron allí sin suministro eléctrico y, lo que es peor, las autoridades reconocen que no van a ser capaces de reparar los daños a corto plazo. Hablan incluso de varios meses.

Los drones iraníes tienen un alcance de hasta 2.000 kilómetros y son un arma mucho más barata que los misiles, aunque, al mismo tiempo, mucho menos precisa y letal. No alcanzan una velocidad superior a los 180 kilómetros por hora y el ruido que hace su motor alerta de su presencia en el cielo antes de alcanzar su objetivo. Por eso, los Shahed —bautizados así porque esa palabra en farsi tomada del árabe significa mártir— son más fáciles de detectar y derribar por las defensas antiaéreas de Ucrania que otros artefactos empleados por Rusia. Moscú habría adquirido ya unos 2.400 aparatos no tripulados a Teherán, según fuentes de los servicios secretos de Kiev.

Una de las exigencias permanentes del Gobierno que preside Volodímir Zelenski a sus aliados es que necesitan reforzar su capacidad antiaérea para que estos ataques masivos causen menos daños y víctimas, lo que, según Kiev, mermaría de manera importante la capacidad de ataque rusa, pues el coste de los misiles es considerable.

El ataque ha ocurrido cuando las infraestructuras energéticas del país viven un momento crítico desde que, a partir de octubre, Rusia puso en marcha la estrategia de intentar castigar a la población, dejándola sin suministro de luz, agua y gas, lanzando misiles y drones sobre sus infraestructuras. Hasta el momento ha habido cerca de una decena de ataques masivos en todo el país. El de este miércoles sobre la capital recuerda al que tuvo lugar, también con aviones no tripulados de fabricación iraní, en la mañana del 17 de octubre.

El 5 de diciembre y por vez primera en los casi diez meses de la invasión del Kremlin a gran escala de Ucrania, aeródromos militares rusos situados a casi un millar de kilómetros de la frontera fueron golpeados por lo que algunos medios aseguran que eran drones ucranios. Al día siguiente, varios depósitos de combustible fueron pasto de las llamas tanto en el aeródromo de Kursk como en una planta industrial de Briansk, en este caso en regiones fronterizas con Ucrania. Esos ataques se han llevado a cabo, según confirmaron fuentes locales al medio Político, gracias a aviones no tripulados de la época soviética a los que el Ejército de Kiev ha realizado modificaciones.

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Sobre la firma

Luis de Vega
Ha trabajado como periodista y fotógrafo en más de 30 países durante 25 años. Llegó a la sección de Internacional de EL PAÍS tras reportear en la sección de Madrid. Antes trabajó en el diario Abc, donde entre otras cosas fue corresponsal en el norte de África. En 2024 ganó el Premio Cirilo Rodríguez para corresponsales y enviados especiales.

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