_
_
_
_

El ataque con una granada aturdidora a una patrulla de la UE eleva la tensión en Kosovo

Manifestantes serbokosovares bloquean las carreteras en el norte del país tras el arresto de un expolicía serbio. La OTAN, que mantiene una misión en la zona, afirma que está “vigilante”

Un soldado letón, miembro de las fuerzas de la OTAN desplegadas en Kosovo, inspecciona este domingo un camión que bloquea una de las principales carreteras que conducen a la frontera con Serbia.
Un soldado letón, miembro de las fuerzas de la OTAN desplegadas en Kosovo, inspecciona este domingo un camión que bloquea una de las principales carreteras que conducen a la frontera con Serbia.Ferdi Limani (Getty Images)
María R. Sahuquillo

El ataque con una granada aturdidora a una patrulla de reconocimiento de la misión de la Unión Europea en el norte de Kosovo ha elevado la tensión aún más en una zona caliente desde hace meses. El sábado por la noche, tras las manifestaciones de decenas de serbokosovares en el norte de Kosovo, que bloquearon carreteras y causaron disturbios en protesta por la detención de un expolicía serbokosovar, uno de los vehículos blindados de la patrulla de la UE (Eulex) fue agredido, aunque no hubo heridos, según un comunicado de la misión.

El alto representante para Política Exterior de la UE, Josep Borrell, ha advertido este domingo que la Unión no tolerará la violencia contra los miembros de su misión. “Los grupos de serbokosovares deben retirar las barricadas de inmediato. Debe establecerse la calma”, ha reclamado en las redes sociales el jefe de la diplomacia comunitaria.

La situación ha sido muy tensa intermitentemente desde que hace algo más de un año Prístina exigió que los vehículos serbokosovares tuvieran matrículas de Kosovo. La independencia de Serbia de este país se consumó en 2008 —tras la guerra de 1998-1999, que terminó con los bombardeos de la OTAN, que intervino en favor de la mayoría albanesa de Kosovo— y es reconocida por 100 de los 193 países miembros de la ONU (España no está entre ellos).

Además, Prístina reclamó a Belgrado que dejara de emitir placas con denominaciones de ciudades kosovares. Hace unas semanas, la mediación de la UE logró un acuerdo para rebajar la crisis, pero ha seguido latente. El anuncio de Kosovo de programar elecciones locales en municipios de mayoría serbia para este mes ha vuelto a disparar la tensión, con el principal partido político serbio llamando al boicoteo de los comicios.

La OTAN, que tiene desplegados en Kosovo unos 4.000 soldados de la KFOR (siglas en inglés de Fuerza de Kosovo, dirigida por la Alianza Atlántica), ha condenado este domingo enérgicamente el ataque a la patrulla de reconocimiento de Eulex. “Cualquier ataque de este tipo es inaceptable y los responsables deben rendir cuentas”, ha dicho una portavoz. “Nuestra misión KFOR permanece vigilante y con plena capacidad para llevar a cabo el mandato de la ONU en Kosovo. Hacemos un llamamiento a todas las partes para que eviten las acciones provocativas y la retórica y contribuyan a la calma y la estabilidad”, ha añadido en una nota publicada en las redes sociales.

Explosiones y disparos

El martes se escucharon explosiones y disparos cuando las autoridades electorales visitaron dos municipios en el norte de Kosovo para preparar la votación, pero no se reportaron heridos, según informa la agencia France Press. Poco después, la presidenta de Kosovo, Vjosa Osmani, anunció que las elecciones locales se pospondrían hasta el 23 de abril, pero la tensión siguió en aumento. El jueves, un oficial resultó herido después de que la policía de mayoría albanesa —unos 120.000 de los 1,8 millones de habitantes de Kosovo son serbios, donde hay una mayoría albanesa— fuera desplegada en el norte de Kosovo, ya que, según el Gobierno kosovar, la mayoría de los agentes serbokosovares (unos 600) y los alcaldes renunciaron a sus cargos en protesta por la crisis de las matrículas.

Los serbokosovares impulsaron entonces manifestaciones y bloqueos de tráfico en protesta por el despliegue de las fuerzas de seguridad de mayoría albanesa y el arresto de un expolicía serbokosovar (uno de los que había renunciado por la polémica de las placas de los vehículos) acusado de atacar oficinas estatales, a agentes de policía y funcionarios electorales, y de romper las ventanas de las oficinas de la comisión electoral.

Kosovo y Serbia se culpan mutuamente por la ronda de incidentes, los más graves desde hace años en una región que sigue siendo un foco de tensión. El sábado, el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, dijo que su país pediría a la misión de mantenimiento de la paz de la OTAN (KFOR) que le permitiera desplegar soldados y policías serbios en el territorio de Kosovo y Metohija, “conforme a la resolución 1244 del Consejo de Seguridad de la ONU”. Esta resolución es anterior a la declaración de independencia de Kosovo (de 2008), que dice que Serbia podría desplegar hasta un millar de policías, agentes de aduanas y militares en sitios cristianos ortodoxos, áreas con mayoría serbia y cruces fronterizos si la KFOR lo autoriza.

Vucic dijo también que no se hacía “ilusiones” de que se aceptase la solicitud. La petición es llamativa: será la primera vez que Belgrado intente desplegar uniformados en Kosovo bajo esa resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que puso fin a la guerra en 1999, en la que la OTAN intercedió para proteger a la mayoría albanesa de Kosovo. Los bombardeos de la Alianza Atlántica sobre Serbia, que acabaron con el control de Belgrado sobre Kosovo, generaron un sentimiento antiatlántico que aún persiste.

La reacción del primer ministro kosovar, Albin Kurti, a las palabras de Vucic llegó en seguida: “No buscamos el conflicto, sino el diálogo y la paz. Pero déjenme ser claro: la República de Kosovo se defenderá a sí misma, con fuerza y decisión”, dijo.

Las crecientes tensiones no ayudarán a Kosovo en su camino de adhesión a la UE, que aspira a solicitar antes de que acabe el año, según dijo esta semana la presidenta kosovar en la cumbre UE-Balcanes celebrada en Tirana (Albania).

Sigue toda la información internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_