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Disparar con Kaláshnikov y lanzar granadas: los colegios rusos prepararán a los alumnos para la guerra

El Gobierno planea introducir clases bélicas obligatorias para menores, al margen de los entrenamientos extraescolares para el combate ya existentes

Ukraine war
Alumnos asisten a la ceremonia del Día del Conocimiento que marca el inicio de un nuevo año escolar, en una escuela de Moscú, Rusia, el 1 de septiembre de 2022.Anadolu Agency (Anadolu Agency via Getty Images)
Javier G. Cuesta

Las escuelas rusas no solo enseñarán a los adolescentes que “no hay miedo a morir por la madre patria” —como asegura la actividad obligatoria implantada este curso titulada Conversación sobre lo importante—, sino también a matar por ella. El Gobierno planea introducir una nueva clase obligatoria que preparará a los menores para la guerra. En ella se enseñará, según sus primeros esbozos, desde disparar con rifles de asalto a tratar las quemaduras de las explosiones. El proyecto cuenta con el apoyo tanto de los ministerios de Educación y Defensa como de los partidos próximos al Kremlin, que ven en esta asignatura una salida laboral para decenas de miles de veteranos de la guerra de Ucrania.

El jefe del Estado Mayor ruso, Valeri Guerásimov, respondió así a Serguéi Mirónov, líder de Rusia Justa, uno de los partidos satélite del Kremlin: “Teniendo en cuenta la relevancia del tema en consideración, la propuesta de introducir la materia Entrenamiento Militar Básico de forma obligatoria en los cursos de educación secundaria merece la pena y debe ser apoyada”. Para Mirónov, esta clase prepararía a los ciudadanos para futuras batallas, pues en la de Ucrania se ha visto que “muchos no tienen la experiencia que se necesita para participar en hostilidades”, y además permitiría dar empleo a “decenas de miles de personas que aman a Rusia y al mismo tiempo dominan la teoría y práctica de la guerra”.

El partido de Mirónov también se dirigió al Ministerio de Educación. Su titular, Tatiana Vasilieva, ha anunciado este martes que su gabinete está desarrollando el curso de capacitación para la guerra, pero dentro de un marco de “solo” 35 horas distribuidas en cinco días, el máximo que establece la legislación actual para estas iniciativas extraescolares. Por su parte, Guerásimov considera “adecuado” que los alumnos reciban unas 140 horas de asignatura y propone que los profesores, si no reciben formación para ello, sean reclutados entre oficiales y veteranos, con prioridad para quienes hayan participado en acciones de combate, según recoge el diario Izvestia.

Este tipo de cursos ya existen como actividades voluntarias y han sido promovidos dentro de la campaña nacionalista que el Kremlin ha llevado a cabo gradualmente estos años. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Moscú construyó el pasado año un centro de entrenamiento en el Parque Patriota, un complejo temático para la “educación militar-patriótica”, con aforo para más de 600 adolescentes moscovitas.

“¿Quieres aprender a disparar con un rifle de francotirador y a lanzar una granada? ¡Entonces estás en Avangard!”, dice la publicidad online de aquel curso, que remarca que “no es un juego” y sirve para hacer mejores a los menores. “Ampliaremos sus habilidades, elevaremos su moral y mejoraremos su condición física. En general, ¡cambiaremos tu vida a mejor!”, agrega, “por un precio módico de 5.000 rublos”, equivalente a 80 euros.

Respaldo total del Parlamento

Prácticamente, todo el espectro político del Parlamento, cuyas formaciones apoyan incondicionalmente a Vladímir Putin en su guerra contra Ucrania, respalda esta nueva asignatura obligatoria. Mirónov envió una carta al Ministerio de Defensa para reclamarle que se pronunciase sobre una asignatura que ya existía en tiempos soviéticos, y antes fue el populista Partido Liberal-Demócrata de Rusia el que planteó la misma iniciativa con la excusa de que los menores “no solo aprenderán a montar ametralladoras, sino también algunas habilidades cotidianas necesarias”, según contó al diario Izvestia el vicepresidente de la Duma y miembro de este partido, Borís Chernishov.

La idea del Ministerio de Educación es incluir la clase militar en los dos últimos cursos de colegio como un módulo integrado de la lección Fundamentos para la Seguridad Vital. En el primero, enseñarían primeros auxilios a los alumnos, como la ayuda necesaria a víctimas de traumatismos severos, quemaduras y hemorragias. En el segundo, se pasaría a la formación militar propiamente dicha, con un módulo que incluye armar y disparar rifles de asalto AK-47 Kaláshnikov; lanzar granadas RGD-5; la composición de una escuadra de fusileros de un vehículo de transporte blindado BMP, o cómo cada alumno debería cavar su propia trinchera.

Esta asignatura se complementaría con otras nuevas iniciativas “patrióticas” que ha impuesto el Kremlin en los colegios. Desde el 1 de septiembre es obligatorio izar la bandera cada semana en los centros escolares, como sucede en otros países, aunque lo más llamativo es la creación de la nueva actividad Conversación sobre lo importante, en la que se enseña que el amor a Rusia está por encima de las vidas de los alumnos. “No escatimes tus fuerzas ni tu vida por la patria” y “La felicidad de la patria vale más que la vida” son algunos lemas de los manuales de los profesores.

Las autoridades preparan además un nuevo movimiento juvenil que copia a los Pioneros de Lenin. Este grupo lo presidirá el propio Putin y su objetivo será “promover las políticas del Estado” entre niños y jóvenes.

La asignatura de la preparación para la guerra no es nueva. Una clase escolar previa al servicio militar obligatorio fue introducida por las autoridades soviéticas tras la Revolución de 1917 y se prolongó varias décadas, hasta la apertura social promovida durante la perestroika, en los años ochenta del siglo pasado.

Además de promover el belicismo en los colegios, algunos diputados han propuesto ampliar el servicio militar del año que dura ahora a dos años. Sin embargo, la idea ha fracasado y el proyecto de ley no llegará a la Duma Estatal tras no recibir la bendición ni del Kremlin ni del Ministerio de Defensa, según ha revelado el diario Vedomosti. El portavoz de Putin, Dmitri Peskov, dejó la decisión en manos de Defensa, departamento que ha rechazado esta iniciativa, pero aprueba llevar la guerra a los colegios.

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