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El precedente racista de los traslados de inmigrantes: los viajes de la libertad a la inversa

Grupos supremacistas blancos enviaron a negros en 1962 a Estados del norte con falsas promesas

Inmigrantes en Martha's Vineyard (Massachusetts), enviados por el gobernador de Florida, Ron DeSantis.
Inmigrantes en Martha's Vineyard (Massachusetts), enviados por el gobernador de Florida, Ron DeSantis.DYLAN FERNANDES/MASS. STATE REP / ZUMA PRESS / CON (DYLAN FERNANDES/MASS. STATE REP )
Miguel Jiménez

Les decían que les recibiría John F. Kennedy, el presidente. Que tendrían casa y trabajo, la vida resuelta. Eran mentiras. Los actuales traslados de inmigrantes desde Texas, Arizona y Florida a ciudades demócratas como forma de presionar a la Casa Blanca tienen un precedente histórico en el año 1962, con los llamados viajes de la libertad a la inversa (reverse freedom rides), una especie de represalia de grupos supremacistas blancos contra los viajes de la libertad por los que activistas de los derechos civiles hicieron valer las leyes que prohibían la segregación en los transportes.

Este jueves, después de que el gobernador de Florida, Ron DeSantis, enviara dos aviones con inmigrantes venezolanos a Martha’s Vineyard (Massachusetts), y el de Texas, Gregg Abott, un autobús a las cercanías de la residencia de la vicepresidenta, Kamala Harris, la biblioteca JFK tuiteaba un recorte de periódico y un documento de 1962 que recordaba aquella historia: “Para incomodar a los liberales del Norte y humillar a los negros, los Consejos Ciudadanos Blancos del Sur iniciaron sus llamados ‘viajes de la libertad a la inversa’, dando a los negros billetes de ida a las ciudades del Norte con falsas promesas de trabajo, vivienda y una vida mejor”, tuiteaba.

La Casa Blanca recibió entonces mensajes de los líderes de los Estados del Norte, pidiendo al Gobierno federal que interviniera ante el “cruel y despiadado engaño” y “su tráfico de vidas humanas y miseria”.

Tras algunos precedentes previos, los viajeros de la libertad fueron unos activistas por los derechos civiles que en 1961 y años posteriores viajaron en autobuses interestatales por el Sur de Estados Unidos para reclamar el cumplimiento de las sentencias del Tribunal Supremo que establecían que segregar a los viajeros por su raza en los autobuses públicos y en los restaurantes y salas de espera de las terminales era inconstitucional. El primer Viaje de la Libertad salió de Washington el 4 de mayo de 1961. Los Estados del Sur incumplían esas sentencias y los viajeros o pasajeros de la libertad desafiaron esos incumplimientos. Algunos fueron detenidos y condenados, pero sus reivindicaciones acabaron teniendo éxito.

Como respuesta, grupos supremacistas iniciaron en 1962 los llamados viajes de la libertad a la inversa. El grupo más activo fue el de Little Rock (Arkansas), que envió ciudadanos negros Hyannis (Massachusetts), la casa de verano de la familia Kennedy. A otras familias las enviaron a la casa del fiscal de derechos civiles. El New York Times calificó en aquella época como “un tráfico barato de miseria humana”.

Algunos políticos denunciaron esos traslados públicamente. Otto Kenner Jr, gobernador de Illinois, comparó el plan con la deportación de judíos por parte de Hitler y los nazis. Kenneth Keating, senador de Nueva York, denunció las acciones como “crueles e insensibles”. Kennedy dijo que esos viajes eran “deplorables” pero al tiempo aclaró que no veía “ninguna violación de la ley”.

Ni siquiera los blancos del Sur aprobaban esas prácticas, según una encuesta de Gallup realizada en la época. Los viajes no duraron mucho: los grupos supremacistas no tenían muchos fondos porque no tuvieron éxito en sus intentos de lograr financiación pública, así que dependían de aportaciones privadas. Al final, enviaron solo a unos 200 o 300 negros al Norte.

Aquellos episodios han sido recordados ahora por los medios de comunicación y los políticos. La congresista estatal de Florida Anna Skamani, demócrata, ha calificado de “alarmantes” unos traslados que “recuerdan al 100% los viajes de la libertad a la inversa de la era de los Derechos Civiles”, ha tuiteado. “No deberíamos repetir partes oscuras de nuestra historia, pero desafortunadamente esa es la preferencia de políticos como DeSantis”, ha añadido.

El propio presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha criticado los traslados: “Los republicanos están jugando a la política con los seres humanos, utilizándolos como atrezo. Lo que están haciendo es simplemente incorrecto, es antiamericano, es imprudente”, dijo el jueves en la clausura de la gala anual del Instituto del Caucus Hispano en el Congreso (CHCI), ante una audiencia en la que había numerosos congresistas demócratas de origen latino.

Algunos de ellos han polemizado en las redes por la cuestión. Después de que los inmigrantes fueran trasladados temporalmente desde Martha’s Vineyard a la base de Cape Cod, también en Massachusetts, que está preparada para servir como refugio de emergencia, el senador republicano por Texas Ted Cruz tuiteó: “El rico y liberal “pueblo de Martha’s Vineyard” ha deportado a los extranjeros ilegales en 24 horas”, a lo que la demócrata Alexandra Ocasio Cortez, representante demócrata por Nueva York, ha replicado: “No fueron deportados. Fueron llevados a un refugio en Estados Unidos. Sin ayuda de ustedes. ¿Por qué mentir y traficar con los refugiados venezolanos? ¿Por votos? Esta es nuestra familia latina. Deberías dar la cara por ellos. Si en algo podemos contar contigo es en ser una vergüenza”, ha escrito, con la última palabra en español.

Hasta ahora habían sido los gobernadores de Texas y de Arizona los que habían enviado miles de e inmigrantes, principalmente a Washington, Nueva York y Chicago, ciudades con alcaldes demócratas. Ahora se ha sumado el de Florida, Ron DeSantis, que ha logrado que el Congreso estatal apruebe una partida de 12 millones de dólares que puede destinar a ese fin y de la que dice que va a usar “cada centavo”. “Estos son solo los primeros esfuerzos. Ahora tenemos una infraestructura en marcha. Va a haber mucho más”, dijo este viernes en una rueda de prensa en Daytona Beach (Florida). “Vamos a seguir utilizando todas las herramientas a nuestra disposición para aislar al estado de Florida de las ramificaciones negativas de las imprudentes políticas fronterizas [de Biden]”, ha añadido.

Frente a las denuncias de algunos de los inmigrantes trasladados, que alegan que fueron engañados sobre el destino y las condiciones de llegada, DeSantis aseguró que todos habían ido voluntariamente y que se les dio incluso un mapa de Marha’s Vineyard. “Es obvio que allí es a donde iban”, dijo.

Con frecuencia, los promotores de los viajes de la libertad a la inversa avisaban a los medios de comunicación del lugar de destino para lograr cobertura mediática de sus actuaciones. Este jueves, el Estado de Texas también avisó a la Fox de que llegaba un autobús con migrantes cerca de la residencia de Kamala Harris, para que quedase claro que la que estaban castigando por haber dicho que la frontera es segura en una entrevista reciente.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.

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