Rusia repliega a sus tropas en medio de la mayor contraofensiva de Ucrania en meses
El avance de Kiev en la región de Járkov, en el este del país, obliga a la retirada de los militares del Kremlin en una zona de vital importancia para el suministro logístico que Rusia necesita para mantener sus posiciones actuales en Donbás
En lo que supone un importante varapalo militar, Moscú ha ordenado replegar a sus hombres en la región de Járkov, en el este de Ucrania. Kiev canta mientras victoria por el mayor y más rápido avance de sus tropas después de meses en los que las líneas que separaban a ambos ejércitos se han mantenido estancadas. Esa retirada, aunque el Ministerio de Defensa ruso lo venda como un movimiento estratégico para fijar posiciones en Donbás, representa la mayor pérdida de terreno desde que el presidente Vladímir Putin ordenara el pasado 24 de febrero invadir el país vecino.
Las autoridades locales aseguran que se ha izado de nuevo su bandera en Kupiansk, en manos rusas desde marzo. Se trata de un nudo ferroviario estratégico para el soporte logístico de Moscú a sus hombres y para su permanencia en esa zona de Ucrania. Mientras, fuentes prorrusas, reconocen que los soldados del Kremlin han salido de Izium, otro punto estratégico de Járkov. Cuentas en redes sociales de miembros del Ejecutivo ucranio mostraban fotos de sus militares victoriosos a la entrada de esa localidad. El Ministerio de Defensa británico confirma la efectividad de la contraofensiva ucrania y el peligro que suponen estos últimos movimientos para los planes de Moscú. Estados Unidos, a través de su secretario de Defensa, Lloyd Austin, saluda esos logros ucranios.
Antes de que el Kremlin reconociera su repliegue, el ejército de Ucrania aseguró que está realizando importantes avances en el este del país, según habían comunicado el presidente Volodímir Zelenski, las autoridades locales y fuentes castrenses. En las últimas horas, se suceden los anuncios en torno al terreno que ganan sus tropas, a las localidades que van recuperando en la región de Járkov y a cómo a los invasores rusos no les queda más remedio que escapar.
Las redes sociales se llenan al mismo tiempo de publicaciones en las que aparecen militares ucranios supuestamente alzando la bandera nacional o interpretando el himno a coro en localidades que llevan meses en manos de las tropas del Kremlin. En algunos de los vídeos se ve a la población local dando la bienvenida entre lágrimas y abrazando a los soldados recién llegados. También se improvisan actos de recuperación de plazas como la de Balakliia, grabado por los propios soldados y difundidos seguidamente en internet.
“Para lograr los objetivos planteados con la Operación Militar Especial para la liberación de Donbás (como Rusia denomina la invasión de Ucrania), se ha decidido reagrupar a las tropas rusas situadas en los distritos de Balakliia e Izium con el fin de aumentar esfuerzos en la dirección de Donetsk”, comunicó el Ministerio de Defensa de Putin, informó la agencia Reuters citando a la rusa Tass.
Las dificultades se extienden más allá de la región de Járkov. El alcalde de Liman, Alexander Zhuravlev, una localidad de Donetsk a unos 50 kilómetros de Izium que fue escenario de intensos combates hasta que cayó en manos rusas a finales de mayo, ha señalado que está volviendo a estar disputada coincidiendo con la ofensiva ucrania de estos días.
Se trata, casi siempre, de zonas militarmente cerradas a las que no se suele permitir el acceso a los medios de comunicación y en las que no es sencillo confirmar de manera independiente el alcance real de esas informaciones y en manos de quién va quedando cada posición. En todo caso, el Ministerio de Defensa británico, que hace un seguimiento permanente de la situación, confirma esos avances del ejército de Ucrania, que ha golpeado al ruso “por sorpresa”.
La línea del frente este más crítica estaría situada en estos momentos en torno a las localidades de Kupiansk e Izium, puntos estratégicos para el abastecimiento de las tropas rusas y para el control que mantiene desde hace varios meses el Kremlin en la mayor parte del territorio de las regiones de Donetsk y Lugansk, que conforman la zona conocida como Donbás. Se trata de un bastión industrial que ocupa el este de Ucrania, de población rusoparlante y que lleva en guerra desde que en 2014 grupos prorrusos se levantaron contra Kiev apoyados por Moscú.
Tras la contraofensiva emprendida desde el 6 de septiembre, “las unidades ucranias han capturado o rodeado varias ciudades”, han logrado penetrar unos 50 kilómetros en zona ocupada por efectivos rusos y, alrededor de la ciudad de Izium, la fuerza rusa está cada vez “más aislada”, señala el Ministerio de Defensa del Reino Unido en el informe que publica a diario. La captura de otro punto clave como Kupiansk por los militares locales “sería un golpe significativo para Rusia porque se encuentra en las rutas de suministro a la línea del frente de Donbás”.
“Vemos el éxito en Jersón (provincia del sur también en disputa) ahora, vemos algo de éxito en Járkov y eso es muy, muy alentador”, comentó el jueves el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin desde Praga. Si Kiev logra obstruir las comunicaciones de los rusos en torno a Izium y Kupiansk, eso podría facilitar el “colapso” del ejército del Kremlin en la zona, advierte el Instituto para el Estudio de la Guerra. Daniil Bezsonov, un líder prorruso en la región de Donetsk, dijo en su cuenta de la red social Telegram que las tropas rusas se han retirado de Izium y otros puntos de Járkov, según informa el diario Kiev Independent.
El Gobierno de Kiev ha informado de que en estos días han logrado recuperar unos 1.000 kilómetros cuadrados que estaban en manos del enemigo y que, solo en la región de Járkov, se han hecho con la autoridad en una treintena de localidades, como destacó el presidente Volodímir Zelenski en su alocución del viernes. Comienza entonces, según fuentes de las Fuerzas Armadas, un proceso que se repite en los pueblos y ciudades que van “liberando”: desminado de la zona, despliegue de las Fuerzas de Seguridad, incluida la policía, e investigación de los crímenes cometidos bajo la ocupación rusa.
En Hrakove, una de las aldeas reconquistadas, patrulla la policía ucrania y hay vehículos con la letra Z (símbolo de la invasión rusa) quemados en las calles, así como cajas de municiones y basura en las posiciones que hasta hace poco ocupaban los militares invasores, según constató un reportero de la agencia Reuters. “Hola a todos, somos de Rusia”, aparece pintado con espray en una pared y tres cuerpos yacían en un patio envueltos en bolsas blancas.
Mientras, en la arena diplomática, por primera vez, un mandatario extranjero de visita oficial en Ucrania durante la guerra ha pasado la noche en la capital, Kiev. Se trata del letón Egil Levits.
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