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Angola celebra las elecciones más reñidas desde su independencia

El MPLA parte como favorito, pero por primera vez en 47 años la opositora UNITA tiene serias aspiraciones de conquistar el poder

Una mujer dobla su papeleta de voto en una cabina de votación en Luanda, este miércoles.
Una mujer dobla su papeleta de voto en una cabina de votación en Luanda, este miércoles.JOHN WESSELS (AFP)
José Naranjo

Angola, potencia petrolera africana de unos 30 millones de habitantes, celebra este miércoles unas reñidas elecciones generales en las que, por primera vez desde la independencia en 1975, el otrora todopoderoso partido en el poder, el Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA), corre un serio riesgo de ser derrotado por la oposición y perder la mayoría parlamentaria y, por tanto, la presidencia del país. El candidato oficialista y actual presidente, João Lourenço, parte como favorito, pero, según todos los analistas, su principal rival, el carismático líder opositor Adalberto Costa Júnior, al frente de la Unión Nacional por la Liberación Total de Angola (UNITA), tiene también el sillón presidencial al alcance de los dedos.

Hay 14 millones de angoleños llamados a las urnas para escoger sus diputados entre siete partidos y una coalición en liza. Sin embargo, la batalla decisiva se libra entre las dos principales fuerzas políticas, el MPLA y la UNITA, una suerte de remake electoral de la guerra civil que enfrentó a ambos entre 1975 y 2002. Pero en esta ocasión el resultado final no depende de las armas, sino de la voluntad de los angoleños. Tras 47 años en el poder, el MPLA ya no es el mismo partido omnipresente que ganaba comicios tras comicios de los tiempos de José Eduardo dos Santos, quien se retiró en 2017 y falleció recientemente en España. La recesión económica por la caída de los precios del petróleo y la covid-19 ha golpeado con dureza en Angola y, según el Banco Mundial, la mitad de los angoleños vivía en 2020 bajo el umbral de la pobreza, un deterioro de las condiciones de vida que influirá mucho a la hora de votar este miércoles.

Los medios se disputan el espacio mientras el presidente de Angola y líder del partido gobernante Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA), Joao Lourenco, emite su voto en Luanda, este miércoles.
Los medios se disputan el espacio mientras el presidente de Angola y líder del partido gobernante Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA), Joao Lourenco, emite su voto en Luanda, este miércoles.SIPHIWE SIBEKO (REUTERS)

El presidente João Lourenço, de 68 años y quien pese a todo parte como favorito, trata de presentar un balance favorable de sus cinco años en el poder, durante los cuales ha introducido reformas en el modelo económico, abriendo el país a la inversión extranjera y a la privatización de numerosas empresas públicas, y ha construido decenas de infraestructuras. Uno de sus principales caballos de batalla ha sido la lucha contra la corrupción del esclerotizado régimen anterior, que ha abierto incluso la puerta a la persecución judicial de la familia del expresidente y, en particular, de su poderosa hija, Isabel dos Santos, considerada por Forbes en 2013 la mujer más rica de África y hoy investigada por corrupción tanto en Angola como en Portugal. Sin embargo, el aumento de la pobreza y el desempleo juegan en contra de Lourenço.

Frente al poder y nadando a favor de la corriente del descontento popular, emerge la figura de Adalberto Costa Júnior, ingeniero de 60 años y líder de UNITA desde 2019, quien ha logrado seducir a buena parte de la juventud con un discurso renovador y crítico contra el poder. “A hora é agora (Este es el momento, en portugués)”, aseguraba Júnior en un último mensaje a los angoleños repitiendo su lema de campaña, “este es tu momento para tener la democracia que tanto has esperado, tu momento de conquistar la verdadera libertad, de votar tal y como te dicte el corazón”. En sus mítines y declaraciones públicas, el líder opositor insistió con vehemencia en las ideas de paz y unidad y reclamó a los ciudadanos que acudieran a las urnas con respeto a la ley y el orden, “protegiéndose los unos a los otros”.

Tras estas palabras subyace el temor de la oposición a un posible fraude electoral. Más de dos millones y medio de electores ya fallecidos continúan inscritos en el censo electoral, anomalía confirmada por la misión de observación electoral de los países lusófonos. El escrutinio, que tendrá lugar en 26.000 colegios electorales, será vigilado por unos 2.000 observadores de la sociedad civil, así como por diferentes organismos internacionales, lo que no impide que la consigna de la oposición y colectivos ciudadanos a sus seguidores sea la de votar y permanecer vigilantes en los propios colegios electorales a la espera de los resultados. UNITA ha anunciado que llevará a cabo su propio recuento para contrarrestar cualquier intento de fraude.

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Elecciones Angola
Varias mujeres aguardaban este miércoles su turno para votar en un colegio electoral de Luanda.JOHN WESSELS (AFP)

En las últimas elecciones generales, celebradas en 2017 y primeras a las que concurría Lourenço, el MPLA obtuvo la victoria con el 61% de los votos. Sin embargo, su tendencia es descendente: en 2008 obtuvo el 82% de los sufragios y en 2012 el 72%. Frente a la omnipresencia de los mensajes del partido en el poder en la mayor parte de los medios de comunicación, tanto públicos como privados, la oposición exhibe su músculo en las redes sociales y en los nuevos portales digitales, donde se hacen amplio eco de sus críticas contra el poder y dan voz a movimientos sociales y ciudadanos que reclaman una alternancia política que Angola no ha conocido jamás. La proclamación de resultados tendrá lugar en los próximos días.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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