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Los oligarcas rusos quieren ser portugueses como Abramóvich

Dos multimillonarios vinculados al Kremlin solicitan la ciudadanía lusa al amparo de la norma diseñada para los descendientes de sefardíes, que ya dio la nacionalidad a Roman Abramóvich y Andréi Rappoport

El presidente ruso, Vladimir Putin, estrecha la mano del oligarca ruso God Nisanov, tras condecorarlo con la Orden de la Amistad, el 31 de julio de 2014 en Moscú.
El presidente ruso, Vladimir Putin, estrecha la mano del oligarca ruso God Nisanov, tras condecorarlo con la Orden de la Amistad, el 31 de julio de 2014 en Moscú.Sasha Mordovets (Getty Images)
Tereixa Constenla

La lista de portugueses multimillonarios sigue creciendo. Gracias a una investigación del diario Público se ha conocido al segundo oligarca ruso que también goza de la ciudadanía lusa, al igual que Roman Abramóvich, el más famoso de todos ellos. Se trata de Andréi Rappoport, que cuenta con una fortuna de 1.200 millones de euros, según la revista Forbes, y que recibió la nacionalidad portuguesa el 30 de diciembre de 2019 gracias a una puerta directa abierta en la legislación para facilitar la ciudadanía a los descendientes de sefardíes expulsados en el siglo XV de la península Ibérica.

Rappoport, que nació en 1963 en Ucrania (entonces territorio soviético), colaboró estrechamente con otros oligarcas rusos como Mijaíl Jodorkovski, ahora exiliado en Londres, o Mijaíl Fridman, el dueño de la cadena de supermercados Dia que tuvo que renunciar al consejo de administración después de ser incluido en la lista de empresarios rusos sancionados por Bruselas tras la invasión de Ucrania. Andréi Rappoport presidió uno de los mayores bancos privados de Rusia antes de pasarse al campo energético como presidente de la compañía estatal Federal Grid Company. En 2006 cruzó la puerta giratoria hacia la empresa privada y se hizo con el control de la mayor constructora de redes eléctricas de Rusia, que recibía contratos de la sociedad pública que había gestionado hasta entonces. En una operación extraña, Rappoport vendió a un socio de Abramóvich por 216 millones de euros la empresa, que luego sería valorada en más de 2.000 millones de euros.

Con los datos desvelados por la prensa portuguesa hasta ahora, Rappoport se convirtió en el primer oligarca ruso que accedió a la ciudadanía portuguesa gracias al certificado favorable que recibió de la Comunidad Judaica de Oporto, que está en el punto de mira de la investigación judicial que se desarrolla desde hace unos meses en Portugal tras las anomalías descubiertas en numerosos procesos de nacionalización. El segundo multimillonario ruso en recibir la ciudadanía lusa fue Roman Abramóvich, que la obtuvo de forma exprés en comparación con las largas esperas de los restantes solicitantes que llevaban años intentando acceder a una nacionalidad que le abriese las puertas del selecto club de la Unión Europea. El anterior dueño del Chelsea no lo logró en Reino Unido, pero sí en Portugal, que le dio el 30 de abril de 2021 un nuevo pasaporte que le proporcionó todos los privilegios de la ciudadanía comunitaria: moverse libremente por la UE y prescindir de visados para acceder a 116 países, según la estadística Passport Index del año pasado.

Conexiones con el Kremlin

Otros dos oligarcas están a la espera. Según el diario Público, se trata de God Nisanov, que solicitó la nacionalidad el 26 de junio de 2020, y de Lev Leviev, que la tramitó el 6 de noviembre de 2020. Todos ellos a través de la Comunidad Judaica de Oporto, que avaló casi el 90% de las 137.087 solicitudes presentadas ante el Ministerio de Justicia entre 2015 y 2021. Tanto Nisanov como Leviev tienen buena conexión con el Kremlin. El primero, que fue condecorado por el presidente Vladímir Putin con la Orden de la Amistad en 2014, es un promotor inmobiliario de fortuna estratosférica (4.300 millones de euros, según Forbes). Nisanov fue incluido en la lista de empresarios sancionados por Estados Unidos y definido por el secretario de Estado, Antony Blinken, como “un colaborador cercano de varias autoridades rusas”.

Tampoco la cartera de Lev Leviev tiene necesidades. Bautizado como el rey de los diamantes, fue socio en Angola de Isabel dos Santos, la empresaria más rica de África e hija del fallecido presidente José Eduardo dos Santos. Es amigo de Abramóvich y de Berel Lazar, rabino jefe de Rusia y próximo a Putin, y fue certificado en 2020 por la Comunidad Judaica de Oporto como descendiente de sefardíes ibéricos, según el semanario Expresso. Sus conexiones con el poder de la familia Dos Santos le ayudaron a apoderarse de minas y arrinconar en el mercado de las gemas a la poderosa empresa De Beers.

El multimillonario ruso Roman Abramóvich, durante un partido de fútbol.
El multimillonario ruso Roman Abramóvich, durante un partido de fútbol.AP

Tras la tormenta desatada por las irregularidades en la concesión de la ciudadanía bajo el paraguas que se abrió en la Ley de la Nacionalidad para los descendientes de sefardíes, es difícil que el Ministerio de Justicia dé luz verde a las peticiones de Leviev y Nisanov. La propia nacionalidad de Abramóvich está siendo investigada desde hace meses y hace apenas una semana la Policía Judicial realizó nuevos registros en despachos de abogados y domicilios particulares relacionados con la Operación Puerta Abierta, que indaga en las irregularidades cometidas en la tramitación de pasaportes.

El decreto que permitía otorgar la nacionalidad portuguesa a los descendientes de judíos expulsados del país hace más de cinco siglos entró en vigor el 2 de marzo de 2015 y fue modificado en 2020. La impulsora de la nacionalización de sefardíes fue la diputada socialista Maria de Belém Roseira, tía de Francisco de Almeida Garrett, abogado, directivo de la Comunidad Judaica de Oporto y uno de los investigados por las escandalosas nacionalizaciones. Tras salir a la luz los casos de Abramóvich y el negocio de los pasaportes portugueses, el Gobierno ha endurecido los requisitos para obtener la ciudadanía lusa al amparo de los orígenes sefardíes, como la demostración de una vinculación real y actual con el país.

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

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