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Suecia y Finlandia invocan el compromiso de defensa mutua de la UE frente a Rusia

Los Veintisiete estudian fórmulas para anclar a Ucrania en el club comunitario y reforzar la cooperación en áreas como comercio y energía

El primer ministro holandés, Mark Rutte, y el presidente de Francia, Emmanuelle Macron, este miércoles en París.
El primer ministro holandés, Mark Rutte, y el presidente de Francia, Emmanuelle Macron, este miércoles en París.LUDOVIC MARIN (AFP)
Manuel V. Gómez

Suecia y Finlandia —dos países miembros de la UE, pero no de la OTAN— han decidido recurrir a sus socios comunitarios para reclamar una defensa mutua en caso de ataque por parte de Rusia. Las amenazas del presidente Vladímir Putin calan. Y la invasión de Ucrania deja pocas dudas. A la vista de la creciente inseguridad en el continente, los dos países nórdicos han invocado este miércoles la cláusula del Tratado de la Unión Europea que prevé la ayuda mutua en caso de agresión armada. La petición se ha cursado en una carta al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, a la que ha tenido acceso EL PAÍS. En ella piden que la cumbre europea que se celebrará este jueves y viernes en Versalles (Francia) deje “meridianamente claro” que ambos países consideran “que la pertenencia a la UE es una importante fuente de seguridad”, según la misiva firmada por la primera ministra sueca, Magdalena Andersson, y su homóloga finlandesa, Sanna Marin.

La demanda ha logrado, de momento, ser incluida en el borrador del comunicado final de la cumbre. Y fuentes comunitarias indican que con toda probabilidad los 27 socios aceptarán que la promesa de ayuda mutua aparezca recogida en la Declaración de Versalles que se espera aprobar en esa ciudad francesa. A lo que no se hace alusión todavía en los textos preparatorios es a la solicitud de Ucrania, Moldavia y Georgia de entrar en la UE. Fuentes comunitarias señalan que esto dependerá del debate de los jefes de Estado y de Gobierno, aunque señalan que una salida rápida para el país agredido por Putin podría ser algún tipo de asociación reforzada, ya que los procesos de entrada suelen ser muy largos.

Reconsiderar la tradicional neutralidad

La agresión a Ucrania ha llevado a los dos países nórdicos a reconsiderar su tradicional posición de neutralidad y sopesar su entrada en la OTAN. El régimen de Putin no ha tardado en advertir de que este paso “tendría graves consecuencias político-militares”. En la carta conjunta que firman las primeras ministras de Suecia y Finlandia, sin embargo, sí hay una mención explícita a la Alianza Atlántica, aunque no sobre su posible entrada: “La relación transatlántica y la cooperación UE-OTAN son fundamentales para nuestra seguridad general”, aseguran. “Es importante subrayar nuestra determinación común en el comunicado conjunto de la reunión de Versalles”, señalan ambas mandatarias socialdemócratas, en referencia a la cumbre en Francia.

La reclamación ha sido tenida en cuenta en los borradores que se manejan. Pero habrá que esperar al final del encuentro para ver cómo queda la redacción definitiva. “Una UE más fuerte y más capaz en el ámbito de la seguridad y la defensa contribuirá positivamente a la seguridad mundial y transatlántica y es complementaria de la OTAN, que sigue siendo la base de la defensa colectiva de sus miembros. La solidaridad entre los Estados miembros se refleja en el artículo 42, apartado 7, del Tratado de la Unión Europea”.

El artículo 42.7 del Tratado de la Unión Europea fue invocado por Francia en 2015. “Si un Estado miembro es objeto de una agresión armada en su territorio, los demás Estados miembros le deberán ayuda y asistencia con todos los medios a su alcance, de acuerdo con el artículo 51 de la Carta de Naciones Unidas”, empieza diciendo ese artículo.

Su redacción se acerca a la del artículo cinco del Tratado de la OTAN, que sirve de paraguas frente agresiones externas a cualquiera de sus miembros. “Las partes acuerdan que un ataque armado contra una o más de ellas [...] será considerado como un ataque dirigido contra todas ellas, y [...] en ejercicio del derecho de legítima defensa individual o colectiva reconocido por el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, ayudará a la parte o partes atacadas, adoptando [...] las medidas que juzgue necesarias, incluso el empleo de la fuerza armada”, asegura el Tratado de la OTAN.

Petición de entrar en la UE

Además de este punto, otro tema que se abordará por los Veintisiete es la petición de entrar en la UE formulada por Ucrania, Moldavia y Georgia. Hasta ahora, las tres peticiones se han tratado en conjunto y se han tramitado a una velocidad nunca vista. Las de los países balcánicos pendientes de entrar en el club comunitario (Serbia, Albania, Montenegro y Bosnia) tardaron meses, alguno tuvo que esperar casi un año. En este caso han sido días. Esta rapidez se explica por la invasión de Ucrania y la ola de solidaridad internacional que ha desatado. También por eso, a partir de ahora, las tres solitudes se abordarán “país por país”, señalan fuentes comunitarias. Las mismas explican que una cosa es lo hecho hasta ahora, poco más que un acuse de recibo, y otra lo que vaya a pasar posteriormente.

“Los procesos de adhesión pueden ser largos”, recuerdan en Bruselas, hablando ya específicamente de Ucrania. Aunque también es cierto que todo depende de decisiones políticas y en ese aspecto hay distintas sensibilidades entre los Estados miembros. Algunos, especialmente los países del Este como Polonia, apuestan por una vía rápida, mientras que otros piden más tranquilidad. De ahí que el debate de los líderes, que se mantendrá este jueves a última hora, adquiera gran importancia. Fuentes comunitarias explican, sin embargo, que un posible punto de encuentro puede ser, mientras la petición sigue el curso normal, ampliar el acuerdo de asociación actual y reforzar la cooperación en áreas como comercio y energía.

La cumbre de Versalles estaba pensada, en principio, para abordar la reforma de la gobernanza económica de la Unión Europea. En ella se iba a debatir sobre la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, un proceso que la Comisión Europea inició en otoño pasado. La invasión de Ucrania ha hecho saltar por los aires esa agenda y ha puesto otra sobre la mesa. Muy conectado a la petición de Suecia y Finlandia y a la seguridad, está, por ejemplo, el aumento del gasto en defensa. También se tratará la transición energética, vinculada estrechamente a la reducción de la dependencia de la UE de los hidrocarburos rusos.

Estos días ha corrido por la capital comunitaria el rumor de que se iba a crear algún tipo de fondo para financiar esos gastos, basada en la experiencia del fondo de recuperación. Esta especulación había sido alimentada por Francia. Fuentes de algún Estado miembro hablaba este miércoles de que en Versalles se empezaría a hablar de este asunto. Pero naciones como Países Bajos o Alemania lo rechazan de plano. Fuentes comunitarias apuntan que no se está trabajando en esto, las mismas que destacan que el fondo Next Generation EU aún acaba de empezar a entregar sus primeros pagos y que ya contempla muchas inversiones en transición energética.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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