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Bruselas desbarata parte de la red de tráfico de migrantes montada por Lukashenko

Turquía prohíbe embarcar a iraquíes, sirios y yemeníes con destino a Bielorrusia

Conflicto Polonia Bielorrusia
Un avión de Turkish Airlines despega de Estambul en una imagen de archivo.Umit Bektas (Reuters)

La Comisión Europea ha tardado poco más de cuatro días en desbaratar parte de la trama montada por el régimen bielorruso de Aleksandr Lukashenko para empujar a migrantes de terceros países a violar las fronteras europeas. Los contactos de la Comisión con los países de origen y tránsito de los migrantes acarreados por Bielorrusia han puesto fin -de momento- a las llegadas procedentes en vuelos directos desde Turquía y han evitado que se retomen los vuelos desde Irak. Bruselas ha entrado también en contacto con una docena de aerolíneas para advertirles que se les podría prohibir volar al territorio europeo si se prestan a ser cómplices del tráfico de personas orquestado por Bielorrusia.

Por lo pronto, iraquíes, sirios y yemeníes no podrán utilizar la conexión aérea entre Estambul y Minsk, que, según denuncia el Gobierno polaco, usaban para llegar a la capital de Bielorrusia y, de ahí, a la frontera con países miembros de la Unión Europea. La decisión ha sido tomada por las aerolíneas Turkish Airlines y Belavia (bielorrusa) a instancias del Gobierno de Ankara, temeroso de verse incluido en las sanciones que ultima Bruselas tras el conflicto migratorio desatado en la frontera entre Polonia y Bielorrusia.

“Disponemos de poderosos instrumentos para actuar y confiamos en no tener que utilizarlos”, ha advertido este viernes el vicepresidente de la Comisión Margaritis Schinas desde Beirut, segunda etapa de su gira por Oriente Próximo para cortar el flujo de migrantes hacia Bielorrusia. En la primera etapa, Schinas visitó Emiratos Árabes Unidos, uno de los principales puntos de conexión en la zona y cuyos aeropuertos y aerolíneas estaban siendo aprovechados por Lukashenko.

Schinas se ha mostrado “impresionado” por el grado de cooperación que ha encontrado en Dubái para frenar la “instrumentalización sin escrúpulos de la migración” que ha montado el dirigente bielorruso. El vicepresidente de la Comisión ha asegurado que la misma colaboración le han ofrecido las autoridades de Líbano. La semana que viene seguirá la gira con escalas en Bagdad y Ankara.

Bruselas también ha entrado en contacto con la patronal de líneas aéreas árabes y con la organización internacional del sector (IATA), así como con las principales compañías de los países desde donde los consulados bielorrusos están alentando la migración irregular hacia Europa. Las compañías contactadas son Fly Dubai, Emirates, Turkish Airlines, Royal Air Maroc, Etihad, Air Arabia y las líneas de Irak, Omán y Egipto. “Todas han condenado el tráfico de seres humanos”, ha señalado un portavoz oficial de la Comisión.

“Estamos viendo quiénes son nuestros amigos y estamos comprobando que tenemos muchos”, ha celebrado Schinas los primeros éxitos de su estrategia. “No permitiremos que continúe esta actividad de traficantes que hacen volar a las personas hacia Minsk haciéndoles ver que tendrán un camino seguro hacia Europa”, ha añadido.

Una fuente de Turkish Airlines ha confirmado este viernes que la aerolínea no aceptará a más pasajeros con nacionalidad iraquí, siria o yemení en los vuelos con destino a Minsk, fuera de aquellos con pasaporte diplomático. Esta medida “se aplica también a aquellos pasajeros que ya hayan comprado el billete”, añade la fuente: “Para el retorno del precio deberán ponerse en contacto con nuestras oficinas”.

También la aerolínea bielorrusa Belavia ha anunciado que, a petición de Ankara, desde este viernes dejará de aceptar a ciudadanos de Irak, Siria y Yemen en la ruta Estambul-Minsk. Con todo, sigue existiendo la posibilidad de volar con escala en Moscú o en países del Golfo Pérsico como Qatar o Emiratos Árabes Unidos.

El martes, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, arremetió contra Turquía y acusó al país y a su aerolínea nacional, Turkish Airlines, de actuar “en completa sincronización con Bielorrusia y Rusia”. “Hace un mes o dos, Turquía parecía querer trabajar con nosotros. Nuestra colaboración ayudándoles a apagar incendios y nuestra ayuda promoviendo la industria turística turca, por desgracia, han resultado ser un favor en una sola dirección. Y eso no nos gusta”, criticó Morawiecki. Turquía y Polonia han reforzado su cooperación también en el campo de la defensa, con la venta de 24 drones armados turcos.

Turkish Airlines y Belavia mantienen 20 vuelos semanales de código compartido con los que conectan directamente Estambul y Minsk. Últimamente viajan completos y apenas quedan plazas libres para las próximas semanas, prueba de que están siendo usados por los migrantes y refugiados de Oriente Medio para alcanzar Bielorrusia, algo confirmado por varios ciudadanos iraquíes consultados por este diario.

Las palabras de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en las que advertía el jueves de que podrían aprobarse sanciones contra aerolíneas “de terceros países” implicadas en esta nueva ruta migratoria, entre ellas Turkish Airlines —una de las aerolíneas que más destinos cubre en todo el mundo y la mitad de cuyas acciones siguen siendo del Estado turco—, hizo saltar las alarmas.

Turquía se puso a la defensiva ante las acusaciones polacas y el miércoles las rechazó de plano. “Nuestra compañía se asegura de cumplir con todas las medidas de seguridad y con todas las sensibilidades en cooperación con las autoridades internacionales en todos sus vuelos en todas partes del mundo”, respondió la aerolínea turca en un comunicado. “Son alegaciones sin fundamento”, dijo el ministro de Exteriores turco, Mevlüt Çavusoglu, que además telefoneó a su homólogo polaco, Zbigniew Rau, y le invitó a enviar técnicos al aeropuerto de Estambul para evaluar que cumple con todos los protocolos.

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