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Liberados más de 100 estudiantes en Nigeria tras el pago de un rescate

Padres y administradores de la escuela vendieron propiedades para reunir el dinero y compraron motocicletas a los secuestradores

José Naranjo
Aminu Salisu, padre de uno de los estudiantes secuestrados en la escuela Salihu Tanko de Tegina, en Nigeria, en una imagen del pasado 11 de agosto.
Aminu Salisu, padre de uno de los estudiantes secuestrados en la escuela Salihu Tanko de Tegina, en Nigeria, en una imagen del pasado 11 de agosto.AFOLABI SOTUNDE (Reuters)

Más de 100 estudiantes de la escuela privada musulmana Salihu Tanko de la ciudad de Tegina, en el estado nigeriano de Níger, fueron liberados este jueves por sus captores tras tres meses de cautividad y el pago de un rescate por parte de la comunidad, según confirmó este jueves a varios medios de comunicación el director de la escuela, Abubakar Alhassan. Otros seis murieron durante el secuestro y una quincena lograron escapar en junio. Más de 1.000 alumnos han sido secuestrados y posteriormente liberados desde el pasado mes de diciembre en el centro y norte de Nigeria en una lucrativa actividad criminal a la que el Gobierno federal ha sido incapaz de poner freno.

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“Todos han sido liberados”, aseguró Alhassan a AFP, quien también relató que la mayoría de los jóvenes mostraban un frágil estado de salud y síntomas de agotamiento, por lo que muchos han sido trasladados a un hospital de Minna, la capital regional, para recibir atención sanitaria. El secuestro tuvo lugar el pasado 30 de mayo cuando unos 200 hombres armados irrumpieron en la escuela y se llevaron consigo a 136 estudiantes. En el momento del rapto falleció una persona y otra resultó herida.

Aunque el director se negó a facilitar información sobre la cantidad abonada como rescate todo apunta a que este ha sido el detonante de la liberación. Un emisario enviado a finales de julio con instrucciones de pagar 30 millones de nairas a los secuestradores (unos 62.000 euros) fue también retenido durante una semana y regresó con el mensaje de que ese dinero no era suficiente. Los padres y administradores de la escuela vendieron parte de sus propiedades y terrenos pertenecientes al centro escolar para reunir la cantidad necesaria, que incluso complementaron con motocicletas que fueron entregadas a los secuestradores para convencerles de que soltaran a los jóvenes.

Ola de secuestros

El pasado domingo otro grupo de secuestradores que retiene a un centenar de estudiantes de un instituto del estado de Kaduna, en el noroeste del país, liberó a una quincena de ellos también tras el pago de un rescate, según anunció a los medios un portavoz de las familias. Los estados de Kaduna, Katsina, Níger y Zamfara, todos al norte de la capital, Abuya, han registrado una ola de secuestros de estudiantes desde finales del año pasado que han acabado en casi todos los casos con la liberación de los alumnos tras un proceso de negociación y el abono de un rescate. Esta lucrativa actividad económica es protagonizada por grupos de delincuentes armados a los que el Gobierno federal no ha sido capaz de combatir, en un contexto de creciente inseguridad en el país.

Las mismas bandas armadas son las responsables de secuestros de ciudadanos, robo de ganado y asesinatos por venganza en esta zona, una violencia inédita que se ha trasladado en parte al vecino país de Níger. A principios de junio, cientos de manifestantes protestaron en Abuya y Lagos contra estos secuestros y la inseguridad en general, cortando carreteras y quemando neumáticos, mientras pedían la dimisión del Gobierno. El presidente Mahamadú Buhari reiteró poco después su promesa de mano dura. “Vamos a dar a la Policía y al Ejército poder para ser despiadados y ya verán que, en unas pocas semanas, serán diferentes”, manifestó durante una entrevista concedida a la cadena de televisión Arise TV. “Vamos a tratarles en un idioma que entiendan”, agregó.

Declaraciones similares realizadas a través de Twitter provocaron que la red social borrara uno de sus mensajes y que, en respuesta, el Gobierno bloqueara esta red social en todo el país, un conflicto que generó una gran polémica. El presidente nigeriano ha advertido también a los gobernadores que no cedan al chantaje de los secuestradores, pero sus promesas de mantener la seguridad en las escuelas han caído hasta ahora en saco roto.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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