El primer ministro de Haití dimite para dar paso a un nuevo Gobierno
Ariel Henry, quien había sido nombrado por el presidente Jovenel Moïse dos días antes del magnicidio, asumirá el liderazgo del país tras la salida de Claude Joseph
El primer ministro Claude Joseph, que dirige Haití desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse, el pasado 7 de julio, dimitirá este martes y le cederá el poder a Ariel Henry, según ha anunciado el ministro de Asuntos Electorales, Mathias Pierre. Henry había sido nombrado primer ministro dos días antes de la muerte de Moïse, pero no llegó a ser investido en el cargo.
Joseph volverá ahora a sumir la cartera de Exteriores, en un nuevo Gobierno que previsiblemente se anunciará hoy. El pasado abril, Moïse había sacado a Joseph de Asuntos Exteriores para que se centrara en el objetivo de frenar la ola de secuestros y la delincuencia urbana que azota al país. Después nombró a Henry como nuevo primer ministro poco antes de morir. Sin embargo, el magnicidio recrudeció la situación de incertidumbre y Joseph, que ejercía de forma interina, siguió al mando.
La intención de Moïse era que Henry integrase a diferentes fuerzas del espectro político en su Gabinete, con el fin de calmar las crecientes tensiones políticas y así propiciar la celebración de las elecciones. La Constitución haitiana establece que en caso de la muerte del presidente, el Consejo de Ministros, encabezado por el primer ministro, ejerce el poder ejecutivo hasta la elección de un nuevo gobernante. Las elecciones presidenciales y legislativas están convocadas para el próximo 26 de septiembre. Henry será ahora el encargado de llevar al país a las urnas.
De 71 años, Henry es un prestigioso neurocirujano considerado de perfil moderado y conciliador. Tiene experiencia previa en labores de gobierno, puesto que fue ministro entre 2015 y 2016 bajo la presidencia de Michel Martelly y, anteriormente, integró el Consejo de Sabios, un ente con un papel importante en el periodo de transición posterior al derrocamiento del presidente Jean-Bertrand Aristide en 2004.
Este pasado fin de semana, representantes de Naciones Unidas y de la Organización de Estados Americanos (OEA) apoyaron a Henry y le instaron a formar un nuevo Gobierno. En un comunicado expresaron su deseo para que “todos los actores políticos, económicos y de la sociedad civil del país apoyen plenamente a las autoridades” en la organización de elecciones “libres, justas, transparentes y creíbles lo antes posible” y en el restablecimiento de la seguridad.
El apoyo a Henry llegó después de días de incertidumbre política al disputarse el poder el futuro primer ministro, el responsable saliente, Joseph, e incluido el presidente del Senado, Joseph Lambert, al que un grupo de senadores apoyaba para tomar las riendas tras el magnicidio.
Joseph había recibido el sábado a Martine Moïse, viuda del presidente Jovenel Moïse, a su regreso a Haití para el funeral del mandatario. La primera dama resultó herida durante el asesinato de su esposo y se recuperaba en un hospital de Florida al que fue trasladada para recibir atención médica.
Mientras se coordinan los preparativos del sepelio para el próximo 23 de julio, las investigaciones del crimen continúan avanzando. Hasta el momento, 24 exmilitares colombianos han sido señalados como autores materiales, de los cuales 18 sicarios fueron capturados por las autoridades caribeñas, tres murieron en operativos policiales y otros tres están prófugos.
Al menos dos exmilitares se reunieron supuestamente con el médico Emmanuel Sanon, detenido como presunto instigador del magnicidio, y con el exfuncionario del Ministerio de Justicia de Haití Joseph Badio, quien dio supuestamente la orden para asesinar al presidente Jovenel Moïse, de acuerdo con el director de la policía de Colombia, Jorge Luis Vargas. “En reunión con Badio y otra persona llamada Askard”, los exmilitares colombianos Duberney Capador (muerto) y Germán Rivera fueron informados de que supuestamente iban a arrestar al presidente, señaló.
Las investigaciones indican también la participación de integrantes de la empresa CTU Security, cuyo gerente es el venezolano Antonio Intriago, y que se encargó de reclutar a los sicarios, y a la vinculación de la empresa Worldwide Capital, del ecuatoriano Walter Veintemilla, en la compra de los boletos aéreos.
Mientras se conocen a cuentagotas los detalles del magnicidio, las autoridades consulares de Colombia esperan viajar a la isla para conocer la situación judicial de los exmilitares involucrados y repatriar los cadáveres de los tres abatidos.
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