Boyko Borisov vuelve a ganar las elecciones en Bulgaria, según las encuestas a pie de urna
El país más pobre de la UE vota por segunda vez en tres meses tras el fracaso del conservado de formar Gobierno
El conservador Boyko Borisov ha vuelto este domingo a ganar las elecciones en Bulgaria, según los sondeos a pie de urna citados por Reuters. Borisov podría haber obtenido un estrecho margen de victoria (22%-23%) respecto a su rival, Slavi Trifonov (22%), de acuerdo con estas encuestas. Los conservadores ya habían ganado las elecciones del pasado 4 de abril, pero la negativa del resto de los partidos a unirse a ellos en una coalición y la ausencia de una alternativa de Gobierno abocó a los ciudadanos a acudir a las urnas de nuevo.
Los búlgaros votaban este domingo por segunda vez en tres meses en unas elecciones legislativas con la esperanza de que el resultado de los comicios permitan formar una coalición estable después de una década en el poder de Borisov. El ex primer ministro encabezó los resultados de los comicios anteriores con el 26% de los votos pero, debilitado por las manifestaciones del año pasado, no encontró socios para gobernar.
Borisov, de 62 años, ha ido poco a poco perdiendo popularidad ante la avalancha casi diaria de revelaciones sobre la corrupción que carcome al país más pobre de la Unión Europea. También le afecta la imposición de sanciones estadounidenses a oligarcas, a los que sus detractores le acusan de haber encubierto.
Según las últimas encuestas, su partido Ciudadanos para el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB) ha estado toda la campaña codo con codo, o incluso por debajo en votos, con Existe Tal Pueblo, la formación antisistema del presentador de televisión y cantante Slavi Trifonov, de 54 años, que sorprendió en abril quedando segundo (17,6%). Los sondeos a pie de urna les atribuyen ahora el segundo puesto con el 22% de los votos.
Aunque GERB quede finalmente en primer lugar, “no gobernará”, subraya el politólogo Strahil Deliyski, porque los demás partidos lo rechazan. “Lo que está en juego, por lo tanto, es saber si las elecciones conducirán a un Gobierno” que prosiga “la tarea iniciada por el equipo interino” para “cambiar” las prácticas, señala Antony Todorov, profesor de la Nueva Universidad búlgara.
La formación populista de Trifonov rechaza colaborar con los partidos tradicionales salpicados por corrupción, como los socialistas o el partido de la minoría turca. Por el contrario, acepta negociar con las formaciones que apoyaron las manifestaciones del año anterior como Bulgaria Democrática (derecha) y “¡De pie! Mafia fuera” (izquierdas).
“Para conseguir un Gobierno estable (...) no podemos descartar la posibilidad de unas terceras o incluso unas cuartas elecciones”, dijo el número dos de Trifonov, Tochko Yordanov, que quiere evitar “un gabinete con la soga al cuello que se expondría en todo momento a ser derrocado por el Parlamento”. “El Estado no se derrumbaría, es el proceso democrático”, relativizaba Yordanov al final de la campaña muy discreta de su líder, que a priori no aspira al cargo de primer ministro.
Limitar el fraude
Para estas nuevas elecciones se han instalado máquinas de votación en la mayoría de los colegios electorales con el fin de limitar el fraude. El gabinete interino también atacó una vieja práctica, la compra de votos por parte de los partidos políticos, que afecta a entre el 5% y el 19% de los sufragios, según la ONG Anticorruption Fund.
Más de 900 personas han sido detenidas durante las últimas semanas por presuntamente haber intentado sobornar a los votantes, sobre todo en las zonas pobres, anunció el viernes el ministro del Interior, Boiko Rachkov. Les proponían a cambio del voto “leña, paquetes de harina y lentejas, o incluso dinero, entre 20 y 50 levas [entre 10 y 25 euros]”.
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