Los militares venezolanos secuestrados por disidencias de las FARC piden la intercesión del chavismo
Los ocho oficiales cumplen un mes como rehenes en medio del conflicto entre el Ejército venezolano y grupos irregulares en la frontera con Colombia
Una nueva fe de vida se ha difundido este fin de semana sobre los ocho militares venezolanos secuestrados desde hace un mes por disidencias de las FARC. En la grabación, el teniente coronel Jhan Carlo Bemón, portavoz del grupo aprisionado, lee un comunicado fechado el 16 de mayo. “Este testimonio y fe de vida es para agradecer que las gestiones sean de manera diligente y lo más rápido posible, y con esto garantizar la seguridad y confianza que amerita nuestro caso”, dice Bemón. En el mensaje aseguran haber escuchado al ministro de Defensa, Vladimir Padrino, que el pasado sábado 15 de mayo reconoció que los efectivos habían sido secuestrados por grupos irregulares y anunció que hacía gestiones con la Cruz Roja Internacional para su rescate.
El comunicado tiene un destinatario: Diosdado Cabello. Segundo hombre del chavismo, vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela y capitán retirado del Ejército, Cabello goza de cierta ascendencia dentro de las Fuerzas Armadas Bolivarianas por haber participado en los golpes militares con Hugo Chávez en la década de los años noventa. Los soldados secuestrados le piden su intermediación en el conflicto como negociador, a pesar de que este no tiene ningún puesto oficial dentro de la estructura castrense. “Aprovecho también la oportunidad para solicitar a mi capitán, Diosdado Cabello, que agilice las gestiones para que esta entrega y la liberación sea pronta y rápida”, pide el soldado Bemón. En el mensaje asegura que desean volver con sus familias y “poner en práctica la lección aprendida”.
Hace dos meses que el Gobierno venezolano desplegó una de sus más grandes operaciones militares en décadas para combatir supuestos grupos irregulares en la región de Apure, al sur del país, en la frontera con Colombia. Los combates han generado miles de desplazados que han cruzado la línea limítrofe del río Arauca hasta el país vecino, espantados por la violencia, que algunas organizaciones no gubernamentales en la zona aseguran que no ha cesado. En el vídeo, el oficial secuestrado señala que desde el lugar donde están han visto el regreso de personas a sus casas y lugares de trabajo, una señal de que la situación está volviendo a la normalidad. El Ejército venezolano ha registrado en este conflicto al menos 16 bajas de oficiales, sin embargo, el chavismo ha manejado con gran opacidad esta operación denominada Escudo Bolivariano.
En la porosa frontera colombo-venezolana se disputan el control del territorio y de negocios ilícitos distintas facciones de las disidencias de las FARC, la guerrilla del ELN y otras agrupaciones del crimen organizado, según organizaciones como Crisis Group. El grupo que tiene secuestrado a los ocho oficiales venezolanos —a los que han calificado de “prisioneros de guerra”— se identificó como parte del Décimo Frente de las disidencias de las llamadas FARC-EP, comandado por alias Gentil Duarte. Este hecho demuestra el control que tienen estos guerrilleros de esta zona en territorio venezolano, que estarían en pugna con otras disidencias de las FARC como la Segunda Marquetalia, liderada por Iván Márquez.
El gobierno venezolano no ha dado más información sobre el caso desde que el ministro de Defensa reconoció el secuestro de los oficiales. Pero un día después de su declaración se supo de la muerte de Jesús Santrich, compañero de armas de Márquez, en circunstancias que todavía no han sido aclaradas. No hay cadáver ni grupo que se atribuya la autoría de su muerte. Un comunicado firmado por las FARC-EP asegura que el viejo guerrillero andaba con bastón y lentes para ocultar su ceguera fue emboscado en la Serranía del Perijá, en territorio venezolano, por “comandos colombianos por orden directa del presidente Iván Duque”. Es difícil señalar si la supuesta muerte de Santrich y el secuestro de los militares venezolanos tienen relación, pero son parte de la agudización de crisis fronteriza que viven ambas naciones.
Organizaciones de la sociedad civil han insistido en la necesidad que las Naciones Unidas designen a un mediador para el conflicto en la frontera, que ha escalado luego de más de dos años de congelamiento total de las relaciones entre ambos países y de cinco años de mantener totalmente cerrado el paso de vehículos y de aplicar bloqueos intermitentes de los pasos oficiales, que han permitido a los grupos del crimen organizado tomar control de trochas y caminos verdes.
Esta semana la Cancillería de Colombia informó que estudiaba la posibilidad de reabrir la frontera con Venezuela a partir de junio, con medidas especiales por la pandemia, como parte de su plan de reactivación económica. Esto sería un alivio para los miles de personas que viven, trabajan y estudian a ambos lados del borde. Freddy Bernal, que funge como representante o “protector” del gobierno de Nicolás Maduro en el estado fronterizo de Táchira —una especie de gobernador en una entidad donde la oposición ganó las elecciones de 2018—, también confirmó que se iniciarían conversaciones con el gobernador del Norte de Santander, Silvano Serran Guerrero, para la reapertura de los pasos y señaló que habían pedido la mediación de la Organización Panamericana de la Salud para implementar esta medida. “La apertura será progresiva, no se abrirá toda la frontera ni todos los puentes las 24 horas”, dijo el dirigente chavista en su programa de radio esta semana.
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