_
_
_
_

Canje de prisioneros entre Israel y Siria tras una relación proscrita en los Altos del Golán

Excarcelados dos detenidos sirios a cambio de la liberación de una joven judía que había atravesado la hipervigilada frontera en pos de un presunto amorío

Juan Carlos Sanz
Protesta de la comunidad drusa contra la anexión por Israel de los Altos del Golán, el domingo en Majdal Shams.
Protesta de la comunidad drusa contra la anexión por Israel de los Altos del Golán, el domingo en Majdal Shams.JALAA MAREY (AFP)

El escenario de tensión y violencia de Oriente Próximo también registra a veces episodios humanos, incluso rocambolescos. Dos prisioneros sirios —pastores que traspasaron hace unas semanas la frontera— fueron devueltos el jueves por Israel a su país con la mediación de Rusia. A cambio, el Gobierno israelí ha logrado la liberación de una joven de una población judía ultraortodoxa que había penetrado la semana pasada en territorio de Siria por su propia voluntad, según informaciones de la presa hebrea, “tras haberse enamorado de un ciudadano sirio”. Ha aterrizado en el aeropuerto de Tel Aviv en la madrugada de este viernes en un vuelo especial.

En plena campaña para las legislativas del 23 de marzo, las cuartas en menos de dos años, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, convocó el martes de urgencia una reunión secreta del Gabinete de Seguridad. A las pocas horas, todos los medios israelíes aireaban el caso de una mujer judía de 25 años que había sido arrestada tras haber cruzado a territorio del país árabe por los Altos del Golán (meseta siria ocupada por Israel desde 1967), una de las fronteras más vigiladas del mundo.

La joven, que fue arrestada por una patrulla siria en las inmediaciones de Quneitra, no ha sido identificada. Solo se sabe que procedía de la localidad de Modiin Illit, feudo ultrarreligioso y asentamiento de colonos en Cisjordania, también bajo ocupación militar desde la Guerra de los Seis Días. El incidente toca lo más profundo de la fibra emocional de la sociedad israelí. Sobre todo después de que el diario Yediot Ahronoth desvelara que había atravesado la Línea Púrpura, que hace las veces de frontera, por un amorío proscrito con un enemigo.

El miércoles, el consejero de seguridad nacional del Gobierno hebreo, Meir Ben Shabbat, voló a Moscú para negociar su puesta en libertad con la intermediación de Rusia, principal aliado del presidente Bachar el Asad en la guerra siria. “Trabajamos para salvar su vida”, enfatizó Netanyahu en declaraciones a la radio. “Estoy utilizando mis conexiones con el presidente (Vladímir) Putin para solucionar este asunto”. “Israel siempre ha hecho y siempre hará todo lo posible para llevar de vuelta a casa a sus ciudadanos”, remachó tras la liberación de la joven.

A primera hora de la tarde del jueves, el Ejército israelí informó que, por orden del Gobierno, había entregado los dos pastores sirios a delegados de Cruz Roja en el puesto fronterizo de Quneitra, controlado por una fuerza de observadores de Naciones Unidas. La agencia de noticias estatal de Siria, SANA, los identificó como Mohamed Ahmad Husein y Tariq Qasab al Obeidan, que habían sido capturados por los soldados hace dos semanas como sospechosos de espiar para Hezbolá, partido-milicia libanés proiraní.

Sin embargo, SANA había informado la noche anterior de que la joven israelí iba a ser intercambiada por dos presos sirios en Israel. Identificó a uno de ellos como Diab Kahamuz, condenado en 2018 a 14 años de prisión por introducir explosivos en nombre de Hezbolá en la localidad de Ghajar, una aldea originalmente siria que hoy está dividida en dos mitades por la Línea Azul de separación entre Israel y Líbano.

La prensa siria también citaba a Nihal al Maqt, una mujer drusa (minoría religiosa de Oriente Próximo) de Majdal Shams, pueblo de los Altos del Golán ubicado en la misma divisoria de separación con Siria. Fue condenada a tres años de cárcel tras haber sido acusada de espiar los movimientos de las tropas israelíes para informar a sirios e iraníes. Tras el acuerdo de intercambio se encuentra en su localidad de origen, donde su pena de privación de libertad ha sido conmutada por la de trabajos al servicio de la comunidad.

La joven israelí viajó desde Damasco a Moscú antes de tomar el vuelo especial en un avión privado con destino al aeropuerto de Tel Aviv. Allí la aguardaban agentes del Shin Bet (seguridad interior) para interrogarla sobre su entrada voluntaria en territorio enemigo. El misterio rodea las circunstancias que hicieron posible su paso, en pos de una supuesta aventura romántica, por una frontera con un gran despliegue de fuerza militar, sistemas de vigilancia electrónica y una sucesión en cadena de vallas, alambradas, verjas y campos de minas.

El caso sigue rodeado de incógnitas. De acuerdo con la información publicada por Yedioth Ahronoth, la prisionera se ha definido a sí misma como una activista del pacifismo, y en el pasado ya intentó penetrar por su cuenta en la franja de Gaza, territorio palestino sometido a bloqueo por el Ejército israelí, que entre 2008 y 2014 libró tres guerras a gran escala en el enclave costero. Entonces fue interceptada por una patrulla militar.

El acuerdo para intercambiarla por detenidos sirios se vio frenado por la negativa de los prisioneros Kahamuz y Al Maqt a ser entregados a las autoridades de Damasco, como preveía inicialmente la negociación apalabrada en Moscú. Ambos habían expresado su voluntad de regresar a sus localidades de origen, respectivamente Ghajar y Majdal Shams. Según informa este viernes el diario Haaretz, el pacto alcanzado incluye una cláusula reservada, cuyo contenido no puede hacerse público, que puede ser cuestionada por amplios sectores de la opinión pública hebrea. La agencia siria SANA había asegurado que Israel se había comprometido también a dejar de lanzar ataques sobre territorio sirio.

Intermediación rusa entre israelíes y sirios

No es la primera vez que Rusia media entre israelíes y sirios. En 2019, también en vísperas de unas elecciones, Putin oficializó en el Kremlin ante Netanyahu la entrega de los restos de un militar israelí dado por desaparecido en 1982 en la guerra de Líbano y cuya pista se había perdido en Siria. En una emotiva ceremonia en el Ministerio de Defensa ruso, se efectuó la entrega de los efectos personales del soldado en un ataúd cubierto por la enseña israelí.

La identidad de los restos del sargento tanquista Zachary Baumel, dado por desaparecido en el valle de la Bekaa libanés, fronterizo con Siria, fue confirmada por expertos forenses israelíes. Los cadáveres de otros dos militares hebreos que intervinieron en la batalla de Sultán Yacub entre carros de combate de Israel y Siria siguen aún en paradero desconocido.

El Estado judío considera un imperativo moral la localización de sus soldados desaparecidos en combate. La tumba de Baumel fue localizada en el campo de refugiados palestinos de Yarmuk, en la periferia de Damasco, después de que el Ejército sirio desalojara de su interior a las milicias del Estado Islámico que lo controlaron durante parte de la guerra tras expulsar a las milicias palestinas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_