La tensión social se reaviva en Chile en vísperas del referéndum constitucional
Un muerto y más de medio millar de detenidos en las revueltas desatadas en el país este fin de semana
La jornada de conmemoración del primer año del estallido social en Chile acabó el domingo con un muerto, 580 detenidos y 107 eventos graves de violencia en distintas zonas del país, según informó este lunes el Gobierno de Sebastián Piñera. Al menos 30.000 personas regresaron a las calles en la zona de Plaza Italia, el epicentro de las protestas en la capital, a una semana del plebiscito constitucional del 25 de octubre, el proceso electoral más importante de las últimas tres décadas.
El subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli, distinguió entre los manifestantes que ejercieron su “legítimo derecho de reunión” y los que produjeron “graves acciones violentas” en las inmediaciones. Quemaron dos iglesias, hubo enfrentamientos entre barras bravas de fútbol, saqueos en el comercio –incluido un famoso hotel–, y enfrentamientos con Carabineros. El céntrico barrio de Santiago volvió a parecer este lunes una zona de guerra.
“Esperamos que estos violentistas dejen expresarse al país”, dijo sobre el plebiscito del domingo Patricio Santamaría, presidente del consejo directivo del Servicio Electoral (SERVEL). Más de 14 millones de personas están convocadas a las urnas de manera voluntaria para decidir si aprueban o rechazan la idea de cambiar la Constitución vigente de 1980, redactada por la dictadura de Augusto Pinochet, que ha sufrido medio centenar de reformas en las últimas tres décadas, en democracia. A la ciudadanía se le preguntará, a su vez, quién debería redactarla: si una convención constitucional compuesta por 155 ciudadanos especialmente elegidos para ese fin o una convención mixta de 172 miembros, integrada en partes iguales por parlamentarios.
Crisis de confianza
El plebiscito del domingo se realizará en medio de una fuerte crisis de confianza en las instituciones democráticas, como el Congreso, los partidos y el Gobierno. La protesta emerge al margen de estructuras tradicionales. Una muestra de esta desafección se produjo este domingo en la misma zona de Plaza Italia, cuando el alcalde de la comuna capitalina de Recoleta, el comunista Daniel Jadue, fue insultado y amenazado. Es la figura de la oposición de izquierda y centroizquierda mejor posicionada con miras a la elección presidencial de 2021.
Luego de los incidentes en el centro de Santiago de Chile, se registraron hechos violentos en distintas zonas de la ciudad y del país. Barricadas y saqueos e intentos de saqueos, según dijo el subsecretario del Interior. Fue en una de las poblaciones históricas de la capital, La Victoria, en la comuna de Pedro Aguirre Cerda, donde falleció una persona, según confirmó Carabineros. De acuerdo al general Ricardo Yáñez, director nacional de Orden y Seguridad de la institución, un cuartel policial de la zona fue atacado “con armas de fuego y elementos incendiarios”, con carabineros lesionados. Cuando un vehículo policial iba a prestarles ayuda, fue agredido “con elementos incendiarios y con armas de fuego”, indicó el general, y se produjo “un intercambio de disparos”. “En los entornos se da cuenta de una persona que llega fallecida al hospital”, agregó el general Yañez, sobre un hecho que está siendo investigado.
“Carabineros tuvo que defenderse de los hechos de violencia y, por lo tanto, estamos muy tranquilos a espera de las investigaciones que realiza tanto la Fiscalía, como los estamentos policiales especializados”, indicó este lunes el ministro del Interior, Víctor Pérez.
La institución policial llega al aniversario de las revueltas sociales y al plebiscito sumida en una grave crisis de desprestigio, sobre todo por los abusos cometidos en el marco de las revueltas que explotaron hace un año. Para el director general de Carabineros, Mario Rozas, que anoche se reunió en La Moneda con el presidente y sus ministros políticos, “ha quedado en evidencia quiénes son los delincuentes, quiénes son los vándalos”. Informó que cerca de 44.000 carabineros se desplegaron el domingo en todo el país.
Hubo ataques a ocho cuarteles policiales tanto en Santiago como en otras ciudades, según Carabineros. En la zona sur de la capital, en Puente Alto, un grupo de al menos 300 encapuchados atacaron una subcomisaría. Lanzaron bombas molotov y otros elementos contundentes. En otra comuna de Santiago, Padre Hurtado, manifestantes arremetieron contra el cuartel policial. En Coquimbo, a unos 500 kilómetros al norte de la capital, un grupo atacó a carabineros y prendió barricadas, según informó la institución, que informó de 106 funcionarios lesionados.
Los recintos religiosos incendiados están en la zona de la Plaza Italia: la capilla de Carabineros San Francisco de Borja, que ha sido atacada continuamente en estos meses, y la parroquia Asunción, un edificio construido en 1876, de valor patrimonial, cuyo campanario se derrumbó por las llamas, mientras grupos de jóvenes celebraban. En las redes sociales circula la imagen de una muchacha vanagloriándose de la destrucción en el interior del templo. “Basta, basta de violencia. No justifiquemos lo injustificable”, indicó anoche el arzobispo de Santiago, monseñor Celestino Aós.
A la zona de Plaza Italia llegaron el domingo sobre todo jóvenes, aunque también familias y personas de todas las edades, incluidos niños y gente mayor. Hubo batucadas, comparsas de colectivos feministas –que han sido la punta de lanza del movimiento–, banderas mapuches y de Chile, música en vivo, entre otras manifestaciones. Los miles de ciudadanos que salieron a las calles desafiaron las medidas vigentes por la pandemia, que impiden encuentros en espacios públicos de más de 50 personas. En Chile, actualmente hay 14.183 casos activos, en una crisis sanitaria que ha dejado 13.635 fallecidos, considerando solo los casos confirmados. La primera ola todavía no está controlada en el país sudamericano: el domingo fueron reportados 1.759 nuevos casos de la covid-19.
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