Los kurdos anuncian la liberación de miles de sirios detenidos en el campo de Al Hol
Los extranjeros internados con familias de yihadistas del ISIS, entre ellos tres mujeres y 17 menores españoles, quedan excluidos de la amnistía
Miles de sirios, hasta 25.000, van a ser liberados próximamente en el campo de detenidos de Al Hol, en el noreste de Siria, donde se hacinan cerca de 65.000 personas, entre familiares de combatientes del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) y civiles desplazados por la guerra. Las autoridades kurdas que controlan el centro de internamiento han anunciado este lunes una “amnistía general”, exclusiva para los ciudadanos sirios, con el fin de aliviar la presión sobre el recinto, donde se han registrado desde agosto los primeros casos de contagio por coronavirus.
Después de haberse apoderado del tercio nororiental de Siria en casi una década de conflicto y de contribuir directamente a la derrota de los yihadistas de las fuerzas del Califato en marzo de 2019, el Frente Democrático Sirio (FDS, alianza liderada por las milicias kurdas) ha tenido que hacerse cargo de centros de detención superpoblados como el de Al Hol, con internos de 66 nacionalidades, entre ellos un hombre, tres mujeres y 17 menores españoles.
La mayoría de los países se han negado hasta ahora a repatriar a sus nacionales alegando razones de seguridad a causa del retorno de civiles altamente radicalizados tras más de cinco años bajo el Califato. Miles de excombatientes del Estado Islámico, mientras tanto se encuentran encarcelados en prisiones bajo control del FDS.
“Hemos acordado liberar a todos los sirios del campo”, anunció en un vídeo difundido a través de las redes sociales Ilham Ahmed, dirigente kurda del Consejo Democrático Sirio que gobierna de facto esa parte del territorio sirio, tras haber autoproclamado su autonomía de Damasco. Ahmed aseguró que también serían libres de abandonar el centro los cerca de 30.000 iraquíes internados, aunque reconoció que la mayoría de ellos no van a regresar a su país por temor a las represalias de las autoridades de Bagdad contra antiguos yihadistas y sus familias. “Pero quienes permanezcan en el campo”, puntualizó, “ya no serán responsabilidad de nuestra Administración”.
Las autoridades kurdas no han facilitado aún ni el calendario ni el procedimiento de la “amnistía general” anunciada para los ciudadanos sirios de Al Hol. Desde el verano de 2019, más de 4.300 sirios considerados como “escasamente radicalizados” han salido del campo de internamiento, según datos de Naciones Unidas citados por France Presse.
Los responsables del Frente Democrático Sirio, que contó con el respaldo de Estados Unidos en la lucha contra el ISIS, llevan tiempo anunciando que van a dejar de soportar la pesada carga que supone el mantenimiento de 65.000 personas, entre los que se cuentan 43.000 menores. Unicef informó el pasado agosto que los niños de varias decenas de países permanecen en el campo de Al Hol sin recibir educación ni cuidados. Para ello, las autoridades de la Administración Autónoma de Norte y Este de Siria van a permitir la salida de sirios e iraquíes de Al Hol.
Los dirigentes kurdos pretenden, además, dejar de asumir la responsabilidad sobre los extranjeros detenidos una vez sean juzgados por un tribunal especial constituido en el mismo campo. “No estamos en condiciones de seguir pagando sumas exorbitantes para dar de comer y mantener a toda esta gente”, advirtió Ilham Ahmed. “Tampoco podemos seguir manteniendo el orden en medio de episodios diarios de violencia, que incluyen asesinatos y violaciones, y de continuos intentos de evasión”.
Estados Unidos, que ya ha repatriado a todos sus ciudadanos detenidos en Al Hol, ha instado a los países occidentales a seguir sus pasos después de que la situación esté comenzando a tornarse insostenible en el campo. Las tribus árabes suníes, ahora aliadas de los kurdos, que habitan en el noreste del país han presionado también al Frente Democrático Sirio para que libere a los ciudadanos sirios internados, en su práctica totalidad musulmanes suníes, si quiere mantener en pie la alianza. Al menos 15.000 de ellos proceden de las provincias nororientales de Raqa y Deir Ezzor.
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