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Aplazada la cumbre europea por el contacto de Charles Michel con un contagiado de coronavirus

El presidente del Consejo Europeo ha empezado un periodo de cuarentena tras haber estado con un agente de seguridad que ha dado positivo

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, durante una videoconferencia en Bruselas, este martes.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, durante una videoconferencia en Bruselas, este martes.ARIS OIKONOMOU / POOL (EFE)

El virus que lleva meses alterando la vida de los casi 500 millones de ciudadanos europeos también trastorna la agenda de sus máximos dirigentes. La cumbre de jefes de Estado y de Gobierno europeos que debía celebrarse en Bruselas este jueves y viernes ha sido suspendida a solo 48 horas de su celebración. El presidente del Consejo Europeo, el belga Charles Michel, estuvo en contacto la semana pasada con un agente de seguridad que ha dado positivo en un test, y ha empezado un periodo de cuarentena, como exigen las leyes belgas. Según ha informado su portavoz a través de Twitter, Michel dio negativo en un test realizado este lunes, pero eso no le priva de la obligación del encierro. Ante la imposibilidad de asistir personalmente, ha rechazado la opción de la videoconferencia o ser sustituido, y la reunión ha sido aplazada una semana, hasta el 1 y 2 de octubre.

“El presidente del Consejo Europeo se ha enterado hoy [este martes] de que un agente de seguridad con el que estuvo en estrecho contacto la semana pasada ha dado positivo por Covid. El presidente es controlado regularmente y dio negativo ayer. En cumplimiento de las leyes belgas, hoy ha empezado su cuarentena", dice el mensaje del portavoz de Michel. El dirigente comunitario ha participado este martes por la mañana en una reunión telemática con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y la canciller alemana, Angela Merkel, para tratar la situación del Mediterráneo oriental. Y durante la tarde tenía previsto diversos encuentros presenciales que ha debido cancelar.

La decisión perturba un encuentro fijado desde hace más de un mes, y al que estaba previsto se desplazaran los 27 líderes europeos para tratar temas como la crisis bielorrusa, el conflicto con Turquía, la situación de la pandemia, la parálisis de la negociación entre la UE y el Reino Unido sobre su futura relación, la transformación digital o las relaciones con China. Pero la forzada dimisión del comisario irlandés Phil Hogan por no respetar las restricciones de su país sobre el coronavirus este verano dejó grabado a fuego en los dirigentes europeos que cualquier desliz en el cumplimiento de las leyes puede salir muy caro, y ante la dificultad para Michel de coordinar el encuentro desde la distancia, se ha optado por el aplazamiento.

La cancelación no ha cambiado los planes del presidente español, Pedro Sánchez, que se desplazará este miércoles a Bruselas para mantener varios encuentros de alto nivel. Por la mañana se verá con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y con el Alto Representante para Asuntos Exteriores y Seguridad, Josep Borrell. Y por la tarde mantendrá una reunión con el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

La prórroga del cara a cara ha sido del todo inesperado. Justo a la salida del Consejo de Asuntos Generales, que ha reunido este martes por primera vez desde febrero en Bruselas a los ministros de Asuntos Europeos, el secretario de Estado español de la materia, Juan González-Barba, loaba las virtudes del regreso al contacto presencial (habló de “entusiasmo” entre sus homólogos por verse de nuevo en carne y hueso) cuando se ha enterado de la suspensión del Consejo extraordinario. Ha torcido el gesto, como todos, y ha reconocido lo difícil que la pandemia está poniendo las cosas. A pesar de la tecnología, ha añadido, es imposible llevar a cabo negociaciones tan complejas como la que permitió aprobar el Fondo de Recuperación Europeo este julio si no es en la distancia corta, cara a cara con tu interlocutor.

Por suerte, ha añadido, uno de los puntos clave que se iba a negociar en el Consejo, y quizá el más acuciante, había sido fuente de buenas noticias poco antes. Tras la videoconferencia matinal entre Merkel, Michel y Erdogan, que distendió las turbulentas aguas del Egeo, el presidente turco se ha mostrado por la tarde dispuesto a que comenzaran unas “conversaciones exploratorias” entre Atenas y Ankara para resolver sus enquistadas posiciones, según Reuters. Esa rendija para el diálogo, cuya apertura todos estaban esperando, según ha dicho el secretario de Estado español, le da un margen y un respiro a los líderes europeos. Hasta la próxima semana.

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