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Condenado a tres cadenas perpetuas un extremista judío por quemar viva a una familia palestina

El colono israelí arrojó en 2015 una bomba incendiaria a la casa de Cisjordania en la que dormían un matrimonio y sus hijos

Juan Carlos Sanz
Amiram Ben Uliel, el 18 de mayo en el tribunal de Lod durante el juicio por el atentado.
Amiram Ben Uliel, el 18 de mayo en el tribunal de Lod durante el juicio por el atentado.POOL New (Reuters)

El colono israelí Amiram Ben Uliel, de 25 años y relacionado con grupos extremistas de los asentamientos, ha sido condenado este lunes a tres cadenas perpetuas, una por cada uno de los asesinatos que perpetró hace cinco años al quemar viva a una familia palestina. Ben Uliel —que en mayo ya fue declarado autor de la muerte del matrimonio formado por Saad y Reham Dawabashe y de su hijo Alí, de 18 meses— arrojó en la madrugada del 31 de julio de 2015 cócteles molotov contra la vivienda en la que dormían las víctimas palestinas en Duma, en la provincia de Nablus, norte de Cisjordania. Otro niño —Ahmad, que entonces tenía cuatro años—, sobrevivió tras sufrir graves quemaduras en el 60% de su cuerpo.

Cinco años después del ataque incendiario que precedió a la ola de violencia conocida como “Intifada de los cuchillos” (2015-2016), la justicia israelí ha hablado. El atentado de Duma conmocionó a las sociedades de Palestina e Israel y a la comunidad internacional. En las paredes de la casa fueron halladas pintadas en hebreo que rezaban: “¡Venganza!” y “¡Viva el rey mesías!”. El fallo estableció que Ben Uliel cometió “un ataque de carácter racista” en venganza por la muerte de un colono judío, que había sido deliberadamente embestido por un conductor palestino un mes antes cerca de Duma.

El colono sentenciado a pasar el resto de sus días entre rejas cometió el atentado junto con un menor que ha sido declarado cómplice y sigue a la espera de que se fije su condena. El Shin Bet (servicio de seguridad interior) calificó la condena de Ben Uliel de “hito en la lucha contra el terrorismo judío”. Los abogados del reo, que recurrirán el fallo ante el Tribunal Supremo, aseguraron que la suerte de su cliente quedó echada cuando la justicia admitió como prueba una “confesión que fue arrancada a la fuerza”.

El Shin Bet ha sido acusado de haber recurrido en este caso a las mismas técnicas de interrogatorio que utiliza con los detenidos palestinos “de seguridad” (acusados de terrorismo). La justicia anuló las dos primeras confesiones de Ben Uliel obtenidas por considerar que se había usado “fuerza física”, aunque aceptó una tercera en la que “ofreció detalles de los hechos que todavía no eran conocidos y que permitieron la completa reconstrucción del crimen”.

El condenado formaba parte de un grupo mesiánico de colonos que no reconoce la legitimidad del Estado de Israel y defiende la implantación de una monarquía teocrática. El Gobierno israelí autorizó tras el atentado la aplicación de medidas de excepción para investigar el terrorismo judío, como la llamada detención administrativa, para mantener indefinidamente los arrestos de los sospechosos sin intervención judicial, que solo suele aplicarse a detenidos palestinos.

El segundo acusado del atentado incendiario de Duma —cuya identidad no se ha facilitado, ya que era menor de edad en 2015— llegó a un acuerdo con los jueces a cambio de reconocer su participación como cómplice en los hechos. Según anticipa la prensa hebrea, el tribunal tiene previsto imponerle una condena inferior a seis años de cárcel.

Hussein Dawabashe, el abuelo que acompañó durante meses al pequeño Ahmad en el hospital israelí en el que fue tratado de sus graves quemaduras, y que ahora ejerce la tutela sobre él, dijo al diario Haaretz: “La sentencia no me devolverá nada de lo que he perdido”.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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