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Putin moviliza a fuerzas especiales para actuar en Bielorrusia si la situación “se descontrola”

El mandatario ruso dice que fue Lukashenko quien le pidió que formara el contingente

El presidente Vladímir Putin preside una reunión del Gabinete por vídeo conferencia este miércoles. En vídeo, un fragmento de la entrevista de Putin.Vídeo: EUROPA PRESS | Reuters

Rusia tiene preparado un contingente de personal de orden público dispuesto a intervenir en Bielorrusia si el conflicto en ese país supera un determinado nivel de violencia, según ha manifestado este jueves el presidente Vladímir Putin, en una entrevista especial emitida por el canal de televisión Rusia 24. En sus primeras declaraciones directas sobre el tema, el mandatario no ha especificado ni el número de efectivos movilizados ni el cuerpo al que pertenecen. Las tareas de orden público en Rusia dependen principalmente de la policía (ministerio del Interior) y de la Guardia Nacional. Putin ha explicado que tal movilización fue realizada a petición del presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, y ha afirmado que por el momento no hay necesidad de intervenir. El consejo de coordinación de la oposición criticó duramente este acuerdo desde Minsk. Bielorrusia vive unas históricas manifestaciones antigubernamentales desde que el pasado día 9 se anunciara que Lukashenko, en el poder desde 1994, había ganado las elecciones presidenciales con el 80% de los votos.

En una de sus conversaciones telefónicas, Lukashenko “planteó la cuestión de que le prestáramos ayuda” en el marco de las obligaciones contraídas por Rusia como aliado de Bielorrusia, ha contado Putin. “Yo le dije que Rusia cumplirá todas sus obligaciones”, ha continuado el líder del Kremlin. “Alexandr Grigórevich (Lukashenko) me pidió que formara una determinada reserva de personal de órganos de orden publico; yo lo hice, pero acordamos que no se utilizará mientras se controle la situación y no se utilizará mientras los elementos extremistas, que se encubren con consignas políticas, no traspasen ciertas fronteras, y no se pase al saqueo, no comiencen a quemar coches, casas, bancos, a ocupar edificios administrativos...”.

“En la conversación con Alexandr Grigórevich llegamos a la conclusión de que no existe esta necesidad ahora y espero que no la haya y no tengamos que utilizar esta reserva”, ha señalado el presidente ruso, según el cual tal proceder se deriva de las obligaciones rusas en el marco bilateral del Estado único (Proceso de unión entre Rusia y Bielorrusia) y en el multilateral de la Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva (que une a Rusia, Bielorrusia, Armenia, Kazajistán, Kirguizistán y Tayikistán).

“Partimos de que todos los problemas que existen hoy en Bielorrusia se resolverán de forma pacífica y de que si hay alguna infracción de parte de quien sea, ya sea de parte de los órganos de poder, órganos de orden público, o por parte de los que participan en las acciones de protesta, si se salen del marco de la legislación vigente, entonces la ley reaccionará de forma adecuada ante ello”, ha afirmado Putin. “La ley tiene que ser igual para todos”, ha sentenciado.

El líder ruso opinó que “los órganos de orden público de Bielorrusia se comportan de forma bastante contenida pese a todo”, pero también ha reconocido la existencia de problemas en Bielorrusia. “Si no, no saldrían a la calle, (los problemas) evidentemente existen y se resolverán en el marco legal constitucional y de forma pacífica”, ha sentenciado. En su opinión, “la situación se equilibra” en Bielorrusia.

Bielorrusia es el país “más cercano a Rusia”, que es receptora del 90% de su producción agrícola, ha dicho Putin, según el cual la actitud de Moscú es “más contenida y neutral” que la de “muchos otros países europeos y norteamericanos, incluidos los EE UU”. Según una encuesta de la semana pasada del centro Levada de Moscú, el 57% de los rusos prefieren que Lukashenko permanezca en el poder, frente a un 17% que favorecen a un candidato de la oposición. En cuanto a las protestas, el 39% las ve negativamente, frente a un 25% que las valora de manera positiva.

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Los conflictos en Bielorrusia “son asuntos de la sociedad y el pueblo bielorruso, pero no nos es indiferente lo que pasa allí”, ha señalado Putin, quien ha dicho suponer que “todos los participantes en el proceso tendrán el sentido común y la tranquilidad para encontrar una salida sin extremismos”. “Si la gente sale a la calle, todos tienen que tenerlo en cuenta, oírlo, reaccionar”, ha afirmado. “El presidente de Bielorrusia ha dicho que está dispuesto a examinar la posibilidad de realizar una reforma constitucional, aprobar una nueva constitución, realizar nuevas elecciones parlamentarias y presidenciales sobre la base de esta nueva constitución”, ha explicado. “Pero no se debe salir del marco de la constitución en vigor”, ha proseguido después con énfasis.

Putin apoyó el dictamen del tribunal constitucional de Bielorrusia, según el cual “es absolutamente intolerable la creación de unos órganos supra constitucionales, no contemplados por las leyes básicas del país, que intentan tomar el poder”.

El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, ha publicado un tuit en el que solicita a Moscú que no actúe en el país vecino. “El Gobierno polaco insta a Rusia a que abandone cualquier plan de intervenir militarmente en Bielorrusia con el falso pretexto de restaurar el orden”, ha escrito Morawiecki.

La entrevista con Putin, que estaba previamente grabada y editada, fue emitida cuando la misma televisión rusa anunciaba la llegada del jefe del Estado a Crimea (el territorio ucranio anexionado por Rusia en 2014).

Putin también se refirió al incidente con los 33 ciudadanos rusos detenidos en Bielorrusia antes de las elecciones y dijo que éstos habían sido engañados por una operación protagonizada por “los servicios secretos ucranianos y EE UU”. Es decir, estos Ucrania y EE UU les habrían convencido a los paramilitares de que iban a un tercer país y los habían dejado en Bielorrusia para desestabilizar la situación.

Un grupo de mujeres forma una cadena humana para protestar contra el presunto fraude electoral, este jueves en Minsk.
Un grupo de mujeres forma una cadena humana para protestar contra el presunto fraude electoral, este jueves en Minsk.VASILY FEDOSENKO (Reuters)

En Minsk, el consejo de coordinación de la oposición bielorrusa ha criticado duramente el acuerdo entre Putin y Lukashenko y recalcan que la única base para ello sería “un ataque armado” en el país de Europa del Este. “Es inaceptable cualquier formación de grupos armados en el territorio de Rusia o de cualquier otro Estado con vistas a utilizar esos grupos en Bielorrusia: esto contraviene el derecho internacional y la posición consolidada de la sociedad bielorrusa”, dice en un comunicado el comité, impulsado por la líder opositora Svetlana Tijanóvskaya y encabezado por una veintena de personas de distintos perfiles, desde la opositora Maria Kolesnikova al diplomático Pavel Latushko o la Nobel de literatura Svetlana Alexiévich.

Los miembros del comité, que buscan lograr un proceso de diálogo que termine en una transición y la convocatoria de nuevas elecciones y que han sido acusados por Lukashenko que intentar “tomar el poder”, han lamentado que el líder bielorruso pidiese a Putin la formación de esa unidad y han recordado que Lukashenko ha insistido en que es inadmisible la injerencia externa en los asuntos de Bielorrusia. Y eso, recalcan, incluye a Rusia. “No vemos ninguna razón para que la situación dentro del país se salga de control. Solo se están llevando a cabo acciones pacíficas en Bielorrusia y con el apoyo de la mayoría de la ciudadanía”, han añadido.

La antigua república soviética vive su decimonoveno día de movilizaciones contra Lukashenko y el fraude electoral. Y tras unos días de relativa calma, las detenciones de manifestantes pacíficos y de informadores se han reanudado. Este jueves, las fuerzas de seguridad han arrestado a más de un centenar de personas en una manifestación en Minsk. Mientras tanto, el líder bielorruso, que amenazó a la ciudadanía con volver a aplicar la mano dura esta semana, ha vuelto a la idea de comenzar una reforma de la Constitución con la que trata de ganar tiempo. Este jueves, por primera vez, se ha mostrado abierto al diálogo pero solo con representantes de trabajadores de las fábricas, agricultores y estudiantes; no con el comité de coordinación ni con el movimiento cívico que participa en las movilizaciones que ha sacado a decenas de miles de personas a las calles de todo el país y a quienes ha llamado este jueves “matones violentos que deambulan por las calles y gritan que quieren un diálogo”.

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