El opositor ruso Navalni llega a Alemania para recibir tratamiento médico
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha solicitado al Gobierno ruso el informe médico del activista
A las 08.46 de la mañana tocaba tierra en un Berlín lluvioso el avión con Alexéi Navalni a bordo. El opositor ruso llegaba a Alemania procedente de Siberia en un avión medicalizado y en coma, según confirmó a este diario su portavoz Kyra Yarmysch. El entorno de Navalni sospecha que el activista anticorrupción, que cuenta con una larga lista de enemigos, podría haber sido envenenado. Tras horas de negociaciones el día anterior con los médicos rusos que le atendían, el avión fletado por una ONG alemana despegó a las cuatro de la madrugada de la ciudad rusa de Omsk, a casi 4.000 kilómetros de Berlín. A media mañana, Navalni ingresaba en la Charité, el gran hospital universitario berlinés.
Los médicos rusos que le atendieron descartaron, que hubiera restos de veneno en su cuerpo y atribuyeron su estado de salud a un trastorno metabólico. Jaka Bizilj, fundador de Cinema for Peace, la ONG que ha organizado el traslado de Navalni en un avión privado a Alemania, indicó a la prensa alemana que el estado de salud del opositor se mantuvo estable durante el vuelo.
La acogida del opositor ruso se produce en un momento de tensión diplomática entre Berlín y Moscú. La canciller alemana, Angela Merkel, acusó recientemente a Rusia del “escandaloso” ciberataque al Bundestag en 2015, a la luz del resultado de las pesquisas de la Fiscalía general alemana. Poco después, la fiscalía acusaba a Moscú de ordenar el asesinato de un rebelde checheno a plena luz del día en un parque de la capital alemana.
El hospital berlinés confirmó en un comunicado y a través de redes sociales que Navalni se encuentra allí ingresado “para recibir tratamiento médico” y que le están realizando pruebas diagnósticas. “Tras consultar con la familia, los médicos que le atienden informarán acerca de su salud y del tratamiento que debe seguir”, añadieron. Un portavoz del hospital explicó a este diario que las pruebas diagnósticas llevarán cierto tiempo. Mientras, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha anunciado este sábado que ha solicitado al Gobierno ruso el informe médico de Navalni.
El político de 44 años cayó fulminado el jueves en un avión cuando se trasladaba de Siberia a Moscú y después de haber ingerido una taza de té, según relató su portavoz que le acompañaba en el vuelo. Tras un aterrizaje de emergencia para trasladarle a un hospital de Siberia, los doctores que le atendieron le indujeron el coma para conectarle a un ventilador pulmonar.
El traslado de Navalni se produjo después de presiones internacionales, ante la negativa en un primer momento de los médicos rusos a trasladarle fuera del país. Merkel indicó el jueves la disposición alemana a acoger a Navalni para que recibiera tratamiento y pidió transparencia para esclarecer lo sucedido.
En el gran hospital Charité de Berlín, donde se encuentra ingresado Navalni ya recibió tratamiento hace dos años el activista ruso del grupo Pussy Riot Pyotr Verzilov, después de presentar síntomas de envenenamiento. En el mismo centro recibió también tratamiento en 2014 la ex primera ministra de Ucrania, Yulia Timoshenko tras salir de prisión.
El hospital congregó este sábado en sus puertas a los informadores que hacían desde allí sus directos y a algún compatriota que acudió a mostrar su solidaridad con Navalni y a desearle una pronta mejoría.
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