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Siria se incauta de bienes del magnate Rami Makhlouf, primo de Bachar el Asad

El multimillonario ha desatado una inusual polémica familiar al arremeter en las redes sociales contra las fuerzas de seguridad del país

Natalia Sancha
Foto de archivo del magnate Rami Makhlouf, primo materno del presidente Bachar el Asad.
Foto de archivo del magnate Rami Makhlouf, primo materno del presidente Bachar el Asad.LOUAI BESHARA (AFP)

“Es ilegal confiscar mi dinero y el de mi mujer e hijos en un caso relacionado con la empresa [telefónica Syriatel] y no con mi persona”, han sido las palabras que ha escrito en la noche del martes en su cuenta oficial de Facebook Rami Makhlouf, una de las mayores fortunas de Siria y primo materno del presidente Bachar el Asad. Pocas horas antes, el Gobierno sirio ordenó la incautación de sus activos fijos e inmóviles mediante una orden emitida por el Ministerio de Finanzas a la que ha tenido acceso Reuters. No obstante, la presidencia aún no ha confirmado la publicación del documento en el que la ambigua terminología empleada no precisa si los fondos han de ser congelados o incautados. La decisión llega dos semanas después de que se venciera el plazo para que Makhlouf pagara los 130.000 millones de libras sirias (70 millones de euros) reclamados por el Ministerio de Comunicaciones por supuesta evasión de impuestos y fraude.

El desacuerdo entre primos se remonta a ocho meses atrás, cuando el Gobierno sirio empezó a desmantelar el imperio forjado por Makhlouf en los sectores de la construcción, el inmobiliario y los hidrocarburos. No fue hasta el pasado mes de abril cuando tras una investigación judicial, se le acusó de monopolizar el de las telecomunicaciones como presidente y socio mayoritario de la compañía telefónica semiestatal Syriatel, que gestionaba el sector junto a la empresa MTN. Supuestamente, desvió parte de los fondos obtenidos mediante la creación de subcontratas como tapadera.

El pasado 30 de abril Makhlouf publicó en su página de Facebook un vídeo en el que se dirige personalmente al mandatario para defender su inocencia frente a las acusaciones. En paradero desconocido desde entonces, fuentes cercanas a Damasco le sitúan en su villa de Yafour, en la periferia de la capital. “Estoy dispuesto a pagar el monto solicitado, aunque no es cierto que sean impuestos y aunque sea injusto ”, respondió el empresario en un tercer vídeo publicado este domingo en el que asegura que "quieren apartarme de mi cargo”.

Hasta el momento, el magnate de 51 años destinó parte de su fortuna (estimada en 9.000 millones de euros) a capitalizar su influencia en el país. Lo hizo en el ámbito militar al crear su propia milicia con más de 30.000 hombres; en el caritativo con la asociación Al Bustan para ampliar su base social; e incluso en el político con el respaldo al Partido Social Nacionalista de Siria (SSNP). Tres iniciativas que han chocado con la estructura vertical de poder siria y que han sido progresivamente desmanteladas por el Gobierno en el último año.

En busca de apoyos entre la opinión pública siria, Makhlouf ha adoptado un marcado tono religioso en su discurso para arremeter contra las fuerzas de seguridad a las que acusa de arrestar a varios de sus empleados [Syriatel cuenta con más de 6.000 trabajadores] y a su hermano mayor y alto directivo en la empresa, Hafez Makhouf. “Las acusaciones son infundadas y puedo demostrarlo públicamente con datos y documentos”, ha argumentado también el primo del presidente. El polémico recurso a las redes sociales como canal de comunicación indica, según los analistas consultados, que Makhlouf, que se ha autocalificado como “el mayor contribuyente de las fuerzas de seguridad sirias", haya perdido todo contacto directo con Bachar el Asad.

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Ante el mutismo mantenido por el presidente, ha sido el Ministerio de Comunicaciones y Tecnología quien ha refutado este lunes su alegato en respuesta "a lo que el presidente de Syriatel publicó en las redes sociales”. Lo ha hecho en la misma plataforma de Facebook, donde ha negado que Makhlouf haya realizado el desembolso. Le acusa además de instigar “una campaña deshonesta y de engaño para evadir el pago de los impuestos al tesoro público”.

La inusitada trifulca en una hermética dinastía, con la familia El Asad en el poder desde hace medio siglo, ha llevado a interpretaciones contrapuestas sobre la ruptura de una alianza de 20 años entre el magnate y el presidente. La mayoría de los expertos interpretan el incidente en clave económica y consideran esta nueva deriva del Gobierno en la necesidad de alimentar unas diezmadas arcas estatales tras casi una década de guerra. "Makhlouf se creyó intocable por el mismo régimen que le ha aupado a la cabeza de su imperio económico”, comenta un importante hombre de negocios libanés en Beirut. “Lo que más ha irritado a Damasco es que haya sacado la mayor parte de su fortuna al extranjero conforme la economía y la libra siria se desploman”, agrega.

Siria atraviesa una severa crisis económica con una hiperinflación cercana al 50% al tiempo que más de tres cuartos de la población siria viven bajo el umbral de la pobreza. En esta coyuntura agravada por los efectos de la pandemia de coronavirus y las férreas sanciones económicas impuestas por la comunidad internacional, Damasco ha lanzado una campaña anticorrupción para exigir importantes sumas a los hombres de negocios y señores de la guerra. El despliegue de una vida de lujo y ostensión en Dubái de la que alardean los dos hijos de Makhlouf, Mohammad y Ali, en sus cuentas en Instagram no ha hecho más que alimentar la indignación de unos ciudadanos sirios al borde de la hambruna.

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