La ONU acusa al Ejército birmano de cometer crímenes de lesa humanidad en Myanmar
La relatora para el conflicto en ese país asiático, de donde han huido decenas de miles de rohinyás, afirma que centenares de personas han muerto recientemente a manos de las Fuerzas Armadas
El Ejército de Myanmar (antigua Birmania) está cometiendo crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra en el conflicto que libra contra la guerrilla del Ejército de Arakán (AA, siglas en inglés) en el oeste del país, según acusó este miércoles la relatora de Naciones Unidas, Yanghee Lee, para esa región. “Mientras el mundo está preocupado con la pandemia de la covid-19, el Ejército de Myanmar continúa intensificando sus ataques en el Estado de Rakáin [Arakán] y tomando como blanco a la población civil”, denunció la relatora especial de la ONU para la situación de los derechos humanos en Birmania a través de un comunicado.
“El Tatmadaw (Ejército birmano) está violando sistemáticamente los principios más fundamentales de la ley humanitaria internacional y los derechos humanos. Su conducta contra la población civil de los Estados de Rakáin y de Chin podría ser considerada crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad”, señaló Lee, que hizo un llamamiento a que se establezca un alto el fuego. Lee acusó al Ejército birmano de bombardear con aviones y artillería poblaciones civiles en Arakán -junto a la frontera con Bangladés- y el vecino Estado de Chin, e impedir que los heridos reciban atención médica, destruir escuelas y domicilios, y de detener sin garantías procesales a sospechosos de ser miembros del AA y someterlos a torturas.
La relatora citó un incidente el pasado 13 de abril en el que ocho personas, incluidos dos niños, fueron asesinados por el Ejército en el pueblo de Kyauk Seik, así como la desaparición de 10 hombres en otro suceso, y afirmó que centenares de personas han muerto a manos del Ejército, incluidos niños y mujeres, en un conflicto que ya ha desplazado a más de 157.000 personas de sus hogares.
El AA fue creado en 2009 por un grupo de estudiantes de la etnia Rakáin, predominantemente budista y mayoritaria en Arakán, para luchar por la autonomía del Estado, como tantos otros grupos armados que representan a minorías étnicas del país, muchos de los cuales llevan luchando contra el Gobierno central desde la independencia de Birmania en 1948. El conflicto se recrudeció enormemente en enero del año pasado, cuando el AA, que fue designado como una “organización terrorista” el pasado 23 de febrero, intensificó sus ataques contra las fuerzas de seguridad birmanas.
La minoría rohingya
Sólo otro grupo de las decenas que operan en Birmania está actualmente clasificado como terrorista por el Gobierno: el Ejército Rohinyá de Salvación de Arakán (ARSA), que se alzó en armas para luchar por los derechos de la minoría predominantemente musulmana rohinyá, a los que las autoridades niegan la ciudadanía y califican como “inmigrantes bengalíes”.
Después de una serie de ataques de ARSA en agosto de 2017 en el norte de Arakán , el Ejército birmano lanzó una brutal campaña militar tras la que la mayoría de la población rohinyá, más de 730.000 personas, huyó a la vecina Bangladés, por la que los militares y el Gobierno se enfrentan a una acusación de genocidio en la Corte Internacional del Justicia (CIJ) en La Haya.
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