El Papa queda atrapado 25 minutos en un ascensor y los bomberos tienen que rescatarlo
Francisco se ha disculpado por el retraso ante los fieles que lo esperaban para el rezo del Ángelus
El papa Francisco ha llegado con cerca de 10 minutos de retraso al tradicional rezo del Ángelus al que cada domingo acude puntual, al mediodía, porque se ha quedado atrapado durante unos 25 minutos en un ascensor, de camino a la ventana del Palacio apostólico desde la que pronuncia la oración y una breve catequesis.
El Pontífice argentino se excusó por haberse presentado tarde y explicó el motivo, sonriente. “Se cayó la electricidad y me he quedado encerrado en el ascensor”, dijo y aclaró que poco después, “gracias a Dios”, llegaron los bomberos y tras más de 20 minutos de trabajo “consiguieron que funcionara”.
Francisco pidió un aplauso para los bomberos a los fieles que estaban congregados en la plaza de San Pedro para escucharle. El Vaticano cuenta desde 1941 con un cuerpo propio de bomberos. En la actualidad lo forma un equipo de unos 30 efectivos.
Normalmente actúan dentro de los muros de la Ciudad del Vaticano, donde, entre otras cosas, se ocupan de la protección civil y de todo lo relacionado con los planes antiincendio del Estado más pequeño del mundo, que guarda tesoros artísticos de valor incalculable. También se encargan de la prevención de incendios durante los aterrizajes y los despegues del helicóptero papal en el helipuerto privado vaticano, cada vez que se traslada el Pontífice o llega alguna personalidad de visita. En algunas ocasiones, o desastres naturales, como los terremotos de la ciudad de L’ Aquila de 2009 o los que devastaron el centro de Italia en 2016 han salido del Vaticano para prestar ayuda.
Al principio, los bomberos vaticanos eran antiguos trabajadores de la Santa Sede, que recibían un breve entrenamiento en extinción de incendios y medidas de seguridad, pero desde 2002 el cuerpo se ha profesionalizado y reorganizado y el proceso de acceso y selección es igual al de cualquier otro lugar.
Vida sencilla
El Palacio Apostólico, donde el Papa se ha quedado atrapado en el ascensor y desde donde cada domingo reza el Ángelus con los fieles, era habitualmente la residencia papal oficial. Sin embargo, Francisco, cuando llegó al pontificado decidió prescindir del lujoso apartamento reservado al Pontífice que lo esperaba en el Palacio y se trasladó a vivir a la Casa de Santa Marta, una residencia de sacerdotes que se encuentra también dentro del Vaticano, a los pies de la basílica de San Pedro, para “llevar una forma sencilla de vida y convivir con el resto de religiosos”, según explicó.
Cada domingo, el Papa recorre a pie los pocos centenares de metros que separan su residencia del imponente Palacio Apostólico, donde se encuentra la Capilla Sixtina y donde está también su estudio personal, para asomarse a la ventana y rezar con los fieles.
Tras el Ángelus, el papa recordó que este domingo la Iglesia celebra la jornada para la oración para la protección de la Creación y pidió “un estilo de vida personal y familiar más sostenible” y la “asunción de responsabilidad ante el grito de la Tierra”. También pidió que los fieles rezaran por él con motivo de su próximo viaje, del 4 al 10 de septiembre, a Madagascar, Mozambique y Mauricio para que esta visita "pueda tener los frutos deseados".
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