La jefa del Gobierno de Hong Kong da por “muerta” la polémica ley de extradición
Los convocantes de las manifestaciones siguen considerando insuficientes las garantías de la ministra principal
Dos días después de una nueva manifestación masiva en Hong Kong, la jefa del gobierno autónomo, Carrie Lam, ha lanzado un nuevo gesto conciliador. El polémico proyecto de ley de extradición, origen de esta ola de protestas y que por primera vez hubiera permitido entregar sospechosos a China, “está muerto”, ha sostenido la ministra principal. Pero, de nuevo, ha evitado confirmar la retirada definitiva de la medida, ahora suspendida sine die, y los grupos convocantes de las marchas han dejado claro que la rama de olivo les sigue pareciendo insuficiente.
La ministra principal había anunciado la suspensión del proyecto de ley el 15 de junio, tres días después de que la Policía dispersara por la fuerza una concentración de decenas de miles de estudiantes que intentaba impedir la tramitación. Entonces, Lam aseguró que esa suspensión equivalía a “matar” el proyecto de ley, pues ya no habría tiempo material ni voluntad para retomarlo durante la actual legislatura, que expirará a mediados de 2020.
En una rueda de prensa antes de reunirse con sus asesores en la sede del Ejecutivo autónomo, Lam reconoció que el trabajo de su gobierno en el proyecto de ley ha sido un “completo fracaso”. “Sigue habiendo dudas sobre la sinceridad del gobierno o preocupaciones acerca de que el gobierno vaya a reiniciar el proceso (de tramitación) en el legislativo”, explicó. “Así que lo reitero: no existe tal plan, el proyecto de ley está muerto”.
Pero la ministra jefe no declaró explícitamente la retirada de la medida, como le exigen los manifestantes. Sin esa declaración, sostienen, el gobierno puede volver a ponerla sobre la mesa cuando quiera.
Desde el 9 de junio, los hongkoneses se han manifestado en cuatro grandes marchas, dos de ellas por encima del millón de participantes según sus organizadores, contra el proyecto de ley. Pero ante la resistencia de Lam a declarar retirada la medida, la protesta se ha ido ampliando y se ha convertido en la peor crisis que China ha afrontado en su territorio autónomo desde que el Reino Unido le traspasó la soberanía en 1997.
Ahora las exigencias incluyen también la apertura de una investigación independiente sobre abusos de la Policía en la disolución de las manifestaciones; garantías de que no se encarcelará a los detenidos en esas concentraciones y que no se etiqueten las protestas como “disturbios”, algo que puede acarrear hasta diez años de cárcel para sus protagonistas; dimisión de la propia Lam y reforma democrática del sistema de elección del jefe de gobierno. El 1 de julio, para exigir el cumplimiento de estas demandas, centenares de estudiantes tomaron durante tres horas la sede del legislativo hongkonés.
En su rueda de prensa este martes, Lam reiteró que se abrirá una investigación sobre el comportamiento policial; pero solo de nivel interno, no encabezada por un juez como reclaman los manifestantes. Pero sí "publicaré el resultado del informe, para que todos puedan saber qué ha ocurrido este último mes. Los que participaron, tanto manifestantes como policías, podrán presentar pruebas".
Lo que ocurra con las varias decenas de detenidos, sostuvo, dependerá de los tribunales. También precisó que no ha habido una declaración oficial de “disturbios”, una etiqueta que solo se ha aplicado al comportamiento de algunos.
Está dispuesta, según confirmó, a abrir un diálogo público con los jóvenes manifestantes. "Tenemos que escuchar a las generaciones más jóvenes y de diferentes sectores para saber qué es lo que piensan", admitió, al reconocer que los acontecimientos del último mes "reflejan que hay problemas más profundos" y hay que "trabajar para solucionarlos".
No hizo mención alguna a la posibilidad de dimitir o de cesar a alguno de sus ministros implicados en el embrollo. En cambio, pidió "una oportunidad, tiempo y espacio" para que Hong Kong regrese a la normalidad.
Las organizaciones que representan a los manifestantes han considerado las declaraciones de Lam muy insuficientes. En una rueda de prensa en el exterior de la sede del legislativo, el Frente de Derechos Civiles y Humanos de Hong Kong, que ha convocado tres de las cuatro grandes marchas, indicó que la ministra jefe se ha limitado a repetir la posición que mantiene desde el día 15, sin cambios significativos.
“No por repetir una cosa una y otra vez se convierte en algo mejor”, subrayó la portavoz del Frente de Derechos Humanos y Civiles, Bonnie Leung. “Sigue rechazando retirar la ley. La palabra ‘muerta’ no tiene ningún significado legal”.
En un comunicado, el partido Demosisto, fundado por el antiguo líder estudiantil Joshua Wong, exigió que se declare retirado el proyecto de ley y “se prometa que el proceso de tramitación legislativa no se retomará en el futuro”.
También subraya que “el gobierno ha empujado a los representantes de los jóvenes a la oposición, eliminando sus derechos humanos básicos y sus libertades políticas metiéndoles en la cárcel y descalificándoles (como candidatos electorales). Si el gobierno desea reparar esta relación, el secretario de Justicia debe comprometerse a no presentar cargos contra los manifestantes jóvenes y no privar más a las jóvenes generaciones de sus candidatos y de su participación en el proceso electoral”.
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