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De Björk a Tomatito: 25 años del Festival de Músicas Sagradas de Fez

La ciudad marroquí celebra el cuarto de siglo del certamen de música espiritual

Concierto de José Mercé y Tomatito el pasado sábado en Fez.
Concierto de José Mercé y Tomatito el pasado sábado en Fez.
Carlos Córdoba

Cuesta encontrar el vínculo entre las voces de Joan Baez, Björk y Teresa Berganza. Y aún más si esas voces, perfectamente blancas y occidentales, comparten auditorio con el senegalés Youssou N´Dour, el virtuoso indio del sitar Ravi Shankar o el cantante sirio Sabah Fakhri. Sin embargo, el Festival de Músicas Sagradas del Mundo, que clausuró este fin de semana su vigesimoquinta edición en la ciudad de Fez, corazón espiritual de Marruecos, lleva un cuarto de siglo aunando músicas que no entienden de razas ni religiones.

El evento reúne cada año a cerca de 100.000 viajeros y habitantes de la ciudad, que asisten a los 60 conciertos y espectáculos organizados en el casco viejo de Fez, la grandiosa plaza de Bab Makina, que acogía antiguamente las ceremonias oficiales del palacio real, o en los cada vez más lujosos riads de la milenaria Medina, fundada en el año 809. "Es una alquimia curiosa. En un mismo escenario pueden coincidir Sami Yousuf, uno de los cantantes sufíes más importantes del mundo, los bailes rituales de las mujeres cubanas, las canciones sagradas de Persia o la gaita de Carlos Nuñez que se ha escuchado en esta edición", explica Abderreafith Zouitene, presidente del festival, designado en 2001 por la ONU como uno de los eventos destacados en su agenda en favor del diálogo de civilizaciones. "Se trata de celebrar la comunión entre culturas y religiones", explica el director, que insiste en "desvincular lo espiritual de lo religioso".

El evento, que acogió en 2013 una de las últimas actuaciones de Paco de Lucía, se clausuró este domingo con una noche flamenca conjunta a cargo del cantaor José Mercé y del guitarrista Tomatito, quien no había publicado un disco enteramente concebido para ser acompañado de voz desde hace 27 años, cuando grabó su última colaboración con Camarón de la Isla. Tras actuar juntos en noviembre de 2018 en el Palau de la Música de Barcelona y en la Bienal de Flamenco de Sevilla, Mercé y Tomatito llevaron sus seguirillas, soleá, alegrías y tarantos al escenario de Bab Makina, donde antes se pudo escuchar a Sami Yusuf, "la mayor estrella de rock del Islam", según Time Magazine, o al Kingdom Choir, el coro gospel que alcanzó fama mundial ante dos mil millones de telespectadores al cantar en la boda del Príncipe Enrique y Meghan Markle en la capilla de San Jorge en Windsor.

"El gospel nació antes que el jazz, como el cante flamenco lo hizo antes que la propia música flamenca. Y así como el jazz es el dolor del pueblo negro, el flamenco recoge el dolor de otro pueblo", explica Tomatito sobre el nexo de las músicas que reúne el festival. "El flamenco es espiritual, no hay duda. Nuestros sonidos conectan a través de la raíz de nuestros antepasados. Los melismas de los cantaores flamencos, por ejemplo, se parecen mucho a los sonidos del andalusí".

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Con el lema Fez, en la confluencia de las culturas, el festival ha reunido este año a músicos de más de 30 países, además de a escritores, filósofos e investigadores, invitados a participar en sus foros de reflexión. Coincidiendo con el vigésimo año de la entronización del rey Mohammed VI, el certamen que el pasado año tuvo como país invitado a España, ha dedicado por primera vez esta edición a la propia ciudad de Fez y a su Medina, con una extensión de 3.300 hectáreas: más de 9.000 calles y callejuelas repletas de vendedores de aceite de argán, puestos en los que se decapita en el acto a las gallinas, se venden pieles de ganado tintadas con técnicas centenarias y los burros atraviesan la parte más vieja y amurallada de la ciudad cargados con las más variadas mercancías.

La cita aspira además a consolidar a Fez como el primer destino turístico de Marruecos, por delante de la ciudad de Marrakech. De hecho, su presidente fue durante cinco años director general de la Oficina de Turismo de Marruecos y antes vicepresidente de Royal Air Maroc, una de las aerolíneas que hoy conecta la ciudad por avión con Madrid, Barcelona, Sevilla, París, Londres, Bruselas, Ámsterdam, Roma o Milán, y que recibió a través de su aeropuerto en 2017 a más de un millón de viajeros, lo que le situó en cuarta posición en el país tras los aeródromos de Casablanca, Marrakech, Agadir y por delante de Rabat.

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Sobre la firma

Carlos Córdoba
Redactor jefe de Vídeo de EL PAÍS y profesor de Vídeo de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Desde hace más de 15 años se dedica al periodismo audiovisual. Anteriormente fue director, presentador, guionista, reportero y redactor de distintos programas en TVE, Atresmedia, Mediaset o Telemadrid, entre otras cadenas.

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