Ironía y humor, las armas para captar el voto en Israel
Las redes sociales se han convertido en el campo de batalla donde los partidos israelíes lanzan sus dardos electorales en forma de vídeo de campaña
El lenguaje audiovisual es el protagonista indiscutible en las campañas electorales de los principales partidos políticos en Israel. Los candidatos son conscientes del papel tan importante que juegan las redes sociales hoy en día y de la necesidad de enviar mensajes impactantes que movilicen al electorado. Por eso echan mano de recursos publicitarios un tanto agresivos y han convertido internet el campo de batalla donde pelean con ironía y humor.
El anuncio más polémico -difícil de entender sacado de contexto- fue el del partido Nueva Derecha, fundado por el ministro de Educación, Naftali Bennet, en el que su compañera de filas, la ministra de Justicia, la ultraconservadora Ayelet Shaked, aparece promocionando un perfume llamado Fascismo, que dice, le huele a democracia. Una respuesta irónica a quienes la habían tachado previamente de fascista por mostrarse partidaria de reformar el actual sistema judicial para que sea el gobierno quien nombre a los jueces del Supremo.
Ministro al piano
El último anuncio en revolucionar las redes de esta pareja política ha sido un videoclip de desamor en el que parodian el divorcio entre la Justicia y el Ejército. En la cinta, en la que la ministra Shaked canta la historia del romance fallido, acompañada por el ministro Bennet al piano, los líderes de Nueva Derecha presentan como inevitable que el Ejército se libre de las cadenas de la supervisión judicial “para ganar”.
Here’s @naftalibennett and @Ayelet__Shaked song with English subtitles. At least they have other talents if the don’t pass the electoral threshold..... pic.twitter.com/z8Vpn4OIAa
— Ruth Marks Eglash (@reglash) April 7, 2019
Con la balada cantada por Shaked (la Justicia) y la voz en off Bennet (el Ejército), el dueto deja clara su intención de liberar a los militares gracias a las reformas judiciales que propone su partido, para limitar la actuación de la Corte Suprema de Justicia, el caballo de batalla de la ministra Shaked durante toda la campaña electoral. Y el mensaje final, para que no se preocupen los electores por el sonado divorcio, es claro. En hebreo, al terminar la parodia romántica unas letras impresas dicen: “Shaked para Justicia y Bennet para Defensa”.
Celebración de Purim
La ironía unida al humor es el recurso más utilizado por el Likud del primer ministro, Benjamín Netanyahu, que hace dos semanas utilizó la celebración de Purim (el carnaval judío) para lanzar un vídeo en el que venía a decir a los israelíes que rechacen imitadores, que solo él representa la derecha fuerte en el país.
En el anuncio, compartido por el líder israelí en sus redes sociales, Netanyahu va a una fiesta de disfraces y el anfitrión, al abrirle la puerta, lo confunde con su rival directo, el general Benny Gantz. Por más que intenta convencerle de que no va disfrazado, el anfitrión insiste en que ganará el concurso e incluso le dice “déjame adivinar si eres Gantz o Lapid” -el líder del partido centrista opositor Yesh Atid, aliado de Gantz para los próximos comicios-. “Ya no hay izquierda ni derecha”, le espeta. A lo que Netanyahu responde: “Claro que la hay; yo soy la derecha y ellos son la izquierda”.
El líder israelí utiliza la cómica confusión para denostar el conocimiento económico de sus rivales y alabar la actual boyante situación económica del país. De repente, suena el timbre y aparecen en la fiesta Gantz y Lapid disfrazados de Netanyahu, momento que el primer ministro aprovecha para lanzar de nuevo el mensaje a los votantes de que no se dejen engañar por las apariencias. “Es la hora de quitarse el disfraz y decir la verdad. Hay una izquierda débil y una derecha fuerte” sentencia Bibi, que mira a cámara para repetir que ellos (el Likud) son la derecha fuerte. Dos palabras “Iamín hazak” (derecha fuerte, en hebreo) que se han convertido en el eslogan de campaña del partido del primer ministro, empeñado en identificar a los centristas como izquierda.
Su directo rival, el exjefe del Estado Mayor del Ejército, Benny Gantz, al frente del partido Resiliencia y de la coalición Azul y Blanco, ha preferido centrar sus vídeos electorales en sus logros al frente de la institución militar -la más respetada en Israel- y en demostrar que el ser duro militarmente no está reñido con trabajar por la paz.
En uno de los vídeos de campaña, aparece como el artífice de la muerte, en 2012, de Ahmed Yabari, el líder del ala militar del Movimiento de Resistencia Islámico (Hamás), al que Israel acusó de ser el autor intelectual de la captura, en 2006, del soldado Gilad Shalit, liberado en octubre de 2011 en un intercambio de prisioneros. En otro, como el responsable de que los militares israelíes matasen a 1.364 “terroristas” en Gaza, durante la contienda de 2014. “Solo el fuerte gana”, puede leerse en hebreo. Un esquema que el líder de la coalición Azul y Blanco repite en otro anuncio para destacar que en esa misma época, con él al mando, “enviaron partes de Gaza a la Edad de Piedra”, al destruir 6.231 objetivos de Hamás en la franja.
En el último vídeo, Gantz deja la puerta abierta a la negociación asegurando que no se avergüenza de buscar la paz. “No puedo aceptar que exista aquí una generación sin esperanza (...), las cosas pueden ser diferentes”, asegura tras mostrar imágenes que evocan las negociaciones de paz con Egipto, con Jordania e incluso los encuentros de Netanyahu con el líder palestino Yaser Arafat.
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