_
_
_
_

La justicia ordena al Gobierno alemán vigilar la legalidad de ataques con drones de EE UU

Un tribunal de Münster da parcialmente la razón a tres víctimas yemeníes sobre la responsabilidad de la base militar de Ramstein en las operaciones

Ana Carbajosa
Imagen de archivo de un avión aterrizando en la base estadoundiense de Ramstein, en Alemania.
Imagen de archivo de un avión aterrizando en la base estadoundiense de Ramstein, en Alemania.Ronald Wittek (AP)

El encaje jurídico de la guerra a distancia dio ayer un nuevo giro en Alemania. El Tribunal Superior Administrativo de Münster ha ordenado al Gobierno de Berlín comprobar la legalidad de los ataques con drones estadounidenses en los que participe la base de Ramstein, situada en territorio alemán. La sentencia supone una victoria parcial para los tres demandantes yemeníes, cuyos familiares murieron en un ataque con drones en 2012. La sentencia considera parcialmente responsable a Alemania de los ataques, aunque no ordena el cese de las operaciones remotas como pedían los demandantes.

“El Estado [alemán] tiene el deber de proteger en caso de que haya peligro para el derecho fundamental a la vida, incluso en casos en el extranjero, siempre que exista una relación suficientemente estrecha con el Estado alemán”, indicó el tribunal de Münster en una nota. “Este es el caso actual, porque los demandantes temen justificadamente peligros personales y de vida o muerte debido al despliegue de aviones no tripulados de EE UU contrarios al derecho internacional, que utilizan instalaciones de la base aérea de Ramstein”, añade el tribunal, que obliga al Gobierno a “investigar las dudas existentes [de violación de la legalidad internacional] mediante las medidas que considere apropiadas”.

En Ramstein, en el Estado alemán de Renania-Palatinado, al oeste del país, no se sientan los pilotos de los drones que aprietan el botón, pero la base sí sirve como estación para telecomunicaciones y transmisión de datos necesarios para diseñar los ataques, como confirma la sentencia. La corte explica que la información procedente del Bundestag y de los datos oficiales a los que tuvo acceso el tribunal de primera instancia “demuestran el papel central de la estación de retransmisión” de datos de satélites de Ramstein, “en particular para el despliegue de aviones no tripulados estadounidenses en Yemen”.

Más información
'Drones' en Yemen
Trump elimina la obligación para la CIA de informar de sus ataques con drones y las bajas civiles
Un ataque con un dron mata a seis militares en Yemen

El tribunal recuerda que el uso de drones no está prohibido por el derecho internacional humanitario, pero que los ataques solo pueden dirigirse “contra combatientes de grupos armados que participen en el conflicto o contra personas directamente involucradas en las hostilidades”.

Las organizaciones de derechos humanos promotoras de este caso consideran el fallo “un éxito absoluto” porque “significa que Alemania ya no puede ignorar a las víctimas civiles de los drones [estadounidenses]”, sostiene por teléfono Andreas Schüller, del centro Europeo para los Derechos Humanos y Constitucionales.

Fuentes del Ministerio de Exteriores alemán evitaron valorar la decisión judicial y se limitaron a explicar que “examinaremos la sentencia y sus fundamentos en detalle” y a confirmar que “el Gobierno federal mantiene un intercambio regular y de confianza con EE UU sobre el papel de Estados Unidos en la base aérea de Ramstein respecto al despliegue internacional de vehículos aéreos no tripulados”. El Ministerio de Defensa, responsable de la parte procesal del caso, aún no ha decidido si apelará la sentencia.

Estados Unidos apoya en Yemen a la coalición saudí que combate a las fuerzas rebeldes apoyadas por Irán. El conflicto se ha convertido en la peor catástrofe humana del mundo, según la ONU. Más de 10.000 personas han muerto desde el inicio del conflicto hace cuatro años.

“Como si la montaña fuera a explotar”

Fue la noche del 29 de agosto de 2012 cuando varios misiles disparados por drones estadounidenses alcanzaron Khashamir, una localidad en el centro de Yemen. Los tres demandantes de la familia Al Jaber se encontraban con otros familiares en el pueblo en el que se celebraba una boda. Dos de sus familiares murieron en el ataque, según el testimonio que los ciudadanos yemeníes  presentaron en 2014 en una demanda ante la justicia alemana.

Faisal Ali Jaber se encontraba ese día en el salón de su casa, cuando empezó a escuchar el zumbido de los drones, según el testimonio que recogen sus abogados. Al mirar por la ventana, vio un destello de luz y luego se escuchó una explosión. “Fue como si la montaña fuera a explotar”. Corrió al lugar de la explosión y se encontró cuerpos quemados, entre ellos el de su cuñado y el de su sobrino, según el mismo relato. “Mi esperanza es que Alemania deje de utilizar su territorio para el programa de drones. No queremos que ninguna otra familia sufra los mismos ataques sin sentido”, indicó Jaber a las organizaciones de derechos humanos que les representan en este caso.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Ana Carbajosa
Periodista especializada en información internacional, fue corresponsal en Berlín, Jerusalén y Bruselas. Es autora de varios libros, el último sobre el Reino Unido post Brexit, ‘Una isla a la deriva’ (2023). Ahora dirige la sección de desarrollo de EL PAÍS, Planeta Futuro.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_